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Capítulo 3- ya no es igual

Jared

No tengo idea de lo que te sucede, pero estas queriendo comer muchos mariscos últimamente y recuerdo que ese era tu antojo cuando estabas embarcada.

Gala tienes que parar de comer tanto o te crecerá la barriga y pensaremos que es porque estarás embarazada, lo que indica que estaremos equivocados, jajaja.

— Idiota, no me agradó tu comentario — me dice Gala y sé que está a punto de enojarse por lo que dije, así que mejor la trato de calmar para que todo no se complique.

— Mi amor solo quería poner un tema para conversar, llevamos veinte minutos aquí y no me habías dicho casi nada — le digo para tranquilizar a la bestia que lleva dentro, porque cuando la desata el que sale perdiendo soy yo.

— Lo sé, pero no era necesario decirme que me pondré gorda solo porque me coma un poco de marisco. Creo que tu intención no era poner un tema de conversación, sino, que era hacerme enojar y casi lo consigues — me dice Gala. Por esa razón mejor me quedo tranquilo y sin muchos comentarios de ahora en adelante.

— No era mi intención hacerte enojar, pero ya pasó — le digo a Gala para que su bestia interior no se desate, porque estaba a punto de hacerlo.

Continuamos con la cena, con poca conversación, pero luego se me ocurre hacerle una pregunta. No sé si sea buena idea, aún así, le preguntaré.

— ¿Por qué decidiste venir a cenar conmigo a este restaurante? — le hice la pregunta porque deseo saber lo que tiene que decirme, tengo ansias de escucharla.

— Lo decidí porque teníamos mucho tiempo sin salir a cenar, prácticamente todo nuestro tiempo se nos va en el trabajo y cuidando a nuestros hijos — me responde Gala. Y después de escuchar lo que me dijo me quedo un poco pensativo, porque creí que su decisión fue por otra cosa.

— Tienes razón en eso, llevamos mucho tiempo sin salir, pero sabes que me encanta estar con los niños. Además tenemos una niñera podemos salir el día que lo desees, nuestros niños nunca han sido un obstáculo y nunca lo serán — le digo para hacerla entender las cosas, lo más calmado que pude para que no se ponga intensa con sus preguntas y para que no suelte a su bestia interior.

— Jared, sabes bien a lo que me refiero ¿Piensas que los niños son un obstáculo para mí? No puedo creer que pienses así, después de estar tanto tiempo juntos — me responde Gala y ya empiezo a coger un poco de miedo, porque está a punto de desatar la bestia y no quiero ser la víctima.

— No quise decir eso mi amor, lo has malinterpretado. Solo quise decir que podemos salir cuando quieras, los niños los dejamos con la niñera como acabamos de hacer — digo para que se calme y según la expresión de su cara creo que lo logré, y respiro profundo luego de hablar.

— Bueno ya, sigamos con la cena y en paz. Necesitaba despejar un poco la mente y por eso quise salir.

Continuamos cenando y de repente Gala recibe una llamada, me quedo esperando a que termine para iniciar con mi interrogatorio rutinario. Quiero demostrarle que no es bueno, que se siente incómodo cuando te hacen muchas preguntas acerca de una llamada.

— ¿Con quién hablabas? Digo si es que puede saber, señorita Gala.

— Hablaba con Robert, me llamó porque hace días no lo hacía y solo quería saber cómo estaba — Gala responde a mi pregunta y noté que está calmada.

— Ah, con que era el famoso Robert, tu amigo de la tienda en la que trabajabas hace años ¿Por qué te preguntó sobre el lugar en el que estás? — le hago la pregunta y sé que viene una respuesta cortante.

— Me dio la gana de decirle donde estoy, para que no crea que siempre estoy en la casa y que tengo derecho a salir — me responde y no me extraña porque ya sabía lo que venía, la conozco bastante bien.

— Te entiendo, pero pensé que no era necesario que le contaras porque es nuestra vida privada y no todos deben saberlo ¿Verdad? — le hago la pregunta.

— ¿Cuál es tu problema con él? Desde que supiste que éramos amigos estás con tus discusiones cada vez que me llama — responde Gala y solo se me ocurren algunos comentarios y no me importa que desate su bestia interior.

— Tenía entendido que en una relación debe existir la privacidad y que no todas las llamadas se toman ¿Te gustaría que una amiga me llame y que le cuente todo, incluso hasta donde estoy? — sé que esa pregunta creará un ambiente no deseado en la conversación.

— Jared, no es lo mismo porque tú no tienes amigas, porque los hombres no tienen amigas. Nunca he visto un caso como ese — ya sabía que la plática tomaría otro rumbo.

— Creo que es mejor dejar de hablar de otros y terminar con nuestras copas de vino, para luego irnos — le digo para tratar de culminar con eso.

— Yo también lo creo, porque ya ni cenar en los restaurantes es como antes. Siempre terminamos discutiendo y en realidad no sé lo que ganamos con eso. Parecemos unos niños, cada vez que salimos juntos — me dice Gala y decido no responder para que todo no se complique. 

Terminamos de cenar y tomarnos el vino. Pago la cuenta y nos vamos para la casa.

Durante todo el trayecto no nos dirigimos la palabra, llegamos a casa. Pregunté por los niños, pero ya estaban dormidos, así que decidí ir a ducharme y luego ir a su habitación para verlos.

Gala se quedó conversando con Alejandra, le dio su paga y ella se marchó.

Olvidé darle las gracias por cuidar a los niños, pero estaba distraído con otras cosas que tenía en mente.

Voy donde los niños, los beso y cierro con seguro las puertas y ventanas. Gala estaba acostada, le dije buenas noches y me fui a sentar en el sofá, porque había mucho silencio entre ambos y decidí dejarla a solas.

LA CENA TERMINÓ EN DISCUSIÓN Y TODO POR UNA LLAMADA DE ROBERT.

¿QUÉ SUCEDERÁ?

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