Capítulo 988
Clara también se puso impaciente. —De acuerdo, si no quieres que te mire, hay muchas personas que ruegan. No te arrepientas después.

Mientras hablaba, comenzó a trepar fuera del barril. No podía quedarse ahí mucho tiempo más o se asfixiaría con el calor.

Llevaba puesta una larga falda de lino, y el barril era alto y resbaladizo. Además, Diego ocupaba el lado con los escalones.

Justo cuando estaba a punto de subir, pisó su falda empapada y, al hacer fuerza, resbaló hacia el interior del barril.

—¡Ten cuidado!

Diego la atrapó instintivamente. Clara dejó escapar un suspiro y recuperó su propia voz.

—¡Clari! —un destello de alegría loca pasó por el rostro de Diego.

Cuando ella reaccionó, ya estaba apoyada en el pecho expuesto de Diego sin ninguna barrera.

La palma de su mano suave se pegaba a sus fuertes pectorales, y lo más aterrador era la expresión de Diego, como si quisiera devorarla.

Clara mantuvo la calma y habló con su voz camuflada. —Por favor, suéltame.

Diego se sorprendió. Esa er
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