Capítulo 821
Clara calculó el tiempo. Ya habían pasado más de seis meses desde que ella y Darío comenzaron a convivir. Desde la inicial cautela hasta ahora, donde él actuaba como un padre a tiempo completo sin quejarse, Clara ya había dejado atrás sus antiguas precauciones.

—Yo... —titubeó ella, la historia era extensa y no sabía por dónde empezar.

—No te preocupes, soy muy discreto. No le diré a nadie.

Clara echó un vistazo al niño. —Espera un momento.

—Claro.

No tenía prisa, tardó más de medio año en esperar hasta que Clara estuviera dispuesta a hablar con él, así que no le importaban unos días más.

Cuando el niño se durmió la siesta, Diego estaba sentado junto al jardín esperando.

Clara salió y él se levantó de inmediato: —Señorita.

—No hace falta ser tan cortés, siéntate y hablemos.

—De acuerdo.

Diego fue considerado y le preparó un jugo. Bajo la sombra del parasol, con la brisa marina suave, el ambiente era muy apacible.

Clara dio un sorbo al jugo, fresco y con un toque de acidez de los cítric
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