Capítulo 544
Cuando Clara despertó de nuevo, ya era de noche. Escuchó llantos desde el pasillo.

Abrió los ojos medio adormilada y no se movió. Se quedó mirando fijamente el techo con la mirada perdida.

Como si todo fuera un sueño, sin sensación de realidad.

Diego, con los ojos enrojecidos, la miraba. Su voz sonaba ronca: —Clari, has despertado.

Al ver a Diego tan desgastado, Clara entendió de inmediato que había pasado días y noches cuidándola.

Durante estos días, Clara solo había dependido de suero nutricional y no había comido nada. Diego le humedecía los labios con un algodón cuando se secaban.

Después de despertar, apenas podía abrir la boca. Sus pupilas se movieron ligeramente.

—¿Qué quieres? Si tienes sed o hambre, dímelo.

—Tengo sed...

Finalmente, Diego escuchó que ella hacía una solicitud y mostró una expresión de felicidad, levantándose apresuradamente.

Sin embargo, sin darse cuenta de que llevaba días sin descansar ni comer adecuadamente, al ponerse de pie, se mareó y su imponente figura
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