Capítulo 357
Clara se quedó sin palabras. En una situación como esta, incluso desenfundar la pistola demasiado lento podría significar la muerte. ¿Cómo podía alguien usar un cuchillo en semejante escenario?

Por su parte, Carlos regresó al lugar de los hechos sin mencionar nada sobre la escena. Incluso resumió todo con una sola oración aparentemente desinteresada.

Al ver las imágenes de seguridad y recordar el rostro impecable del joven, Clara comenzó a sudar profusamente por miedo.

No se imaginaba que alguien en quien confiaba tanto pudiera ser tan despiadado.

—Si él no resultó herido, ¿cómo explicar la herida?

Los dedos ardientes de Diego rozaron la mandíbula de Clara, —Clari, ¿no sabes por qué hizo esto? ¿Siempre te mostró su lado inocente, amable y cariñoso? ¿Te sentirías culpable si se lastimó por ti?

Clara parpadeó. No podía negarlo. Diego continuó: —No te dejes engañar por la apariencia o la juventud. Si no hubiera intervenido, es posible que Carlos te hubiera sacado del país esa noche, y no
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