Capítulo 198
Sin embargo, ella salió temprano por la mañana para hacerse un tratamiento de belleza, tomar el té de la tarde y asistir a un concierto de música.

Cuando el mayordomo la llamó, ella respondió con frialdad: —¿Para qué me llamas? No soy médico, si alguien está enfermo, que busque a un médico.

Clara tenía fiebre y en su delirio, continuaba pidiendo pastel en sus sueños.

Pasó todo el día pidiendo pastel hasta que finalmente su fiebre bajó. Miró la nieve que caía afuera mientras el mayordomo traía el pastel de oso. Su rostro se iluminó con una sonrisa.

—Seguro que lo hizo mamá, ¿verdad?

—Sí.

Más tarde, Clara se enteró de que el pastel fue hecho por el chef y que su madre no se había preocupado por ella ni le había preguntado nada.

El tiempo pasó, y Clara miraba el rostro frente a ella, que se superponía con el de sus recuerdos.

Para ser honesta, ese rostro frío incluso le parecía algo despiadado.

Para poder ver una sonrisa en sus labios, Clara escuchó a sus compañeros decir que a los padres
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