Capítulo 1104
Diego respondió sin rodeos: —Lo siento, no puedo cumplir con esa solicitud. Mi vida tampoco me pertenece a mí. Hernán, sé que me odias y me culpas, pero ya no hay vuelta atrás. Rafael no puede volver a la vida.

—Entonces, ¿por qué sigues fingiendo ser un buen tipo? Si quieres matarme, hazlo; si quieres torturarme, hazlo. No tengo escapatoria de todos modos.

Diego negó con la cabeza: —Tú eres su hermano, no te haré daño.

Hernán se rió con desprecio: —Hipócrita.

—Hernán, somos primos, nacidos para ser familia.

—Solo tengo un hermano. —Hernán dijo y cerró los ojos sin mirar más.

Diego ya esperaba esa reacción, así que no le importaba: —No estás seguro aquí, te sacaré de aquí.

—¡No te acerques a mí!

—Fuiste tú quien se metió en el asunto de Vuestra Excelencia. ¿Crees que la familia Enríquez tolerará eso? No lo tolerarán, y la familia Guzmán menos aún.

Diego llevó la conversación hasta ese punto, y Hernán finalmente lo miró: —¿Qué sabes tú?

—Sé más de lo que imaginas. Tú seguiste las órdene
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