–No hace falta, yo puedo complacerte señor Mendoza del CampoY así durante buena parte de la noche, los amantes comparte un nuevo momento de intimidad, disfrutando del contacto, de los sonidos acuosos, de sus besos que decían todo lo que sentían el uno por el otro, de las caricias desenfrenadas.De todo lo que no podían decirse con palabras, lo decían con sus cuerpos desnudos.Jadeando – Adrián…–¿Qué pasa Catalina? – Catalina se gira y lo besa en los labios–Te amo, te amo mucho estoy agotada – sonrojadaAcariciando la mejilla de Catalina – tú me dejas exhausto, Catalina eres el mejor placer que he podido encontrar, ven mi amor tenemos que salir de la tina e ir a dormir, antes de que lo olvide – saliendo de la tina, ayuda a salir a Catalina y seca su cuerpo con cariño y esmero–¿Qué pasa Adrián?–Tengo que ir a la ciudad todo el día, espero no te moleste si no puedo venir mañana a verte mi amor–Solo si me prometes que pasado mañana no me vas a ignorar por estar de coqueto con otras –
–Por favor – sacando un saco de monedas que entrega al médico – no diga nada, usted no sabe de esto – el hombre asienta–¿Ha dicho algo, ha dicho quien le hizo esto?–No señor Córdoba, la señorita Ponce y Galán ha estado inconsciente durante todo este tiempo, tuve que administrar bastante alcohol para poder cocerle la cabeza sin que se moviera, pero en cualquier momento debería despertar–Es usted muy amable por haber venido hasta acá, ¡Martín! – este asienta con la cabeza – acompaña al médico hasta la puerta, trae un refrigero para nosotros y un té de manzanilla para Catalina–Si señor Palomino – haciendo una reverencia, está por salir–¡Martín!–Si señor Mendoza del Campo–Dime exactamente quien fue el que hizo esto – apretando los puños, encajando sus uñas en sus manos – “mi hijo…Catalina me hará padre de nuevo”–Fernando Barón y Biza vino con Fernanda Palomino, querían uno obligar a Catalina a devolver a los esclavos de La Tormenta, dos a que según Fernanda de una vez aceptara casa
–Catalina, dime la verdad ¿Cómo murió tu padre? – Catalina abre sus ojos totalmente sorprendido – dime Catalina por favor–No recuerdo Adrián, te lo juro no lo recuerdo tenía quince años cuando murió mi padre “él no puede saber que mi padre murió por causa de Francisco”–Está bien te creo – suspirando – aunque te vuelvo a decir, lo que sea me lo puedes decir ¿de acuerdo? – Catalina asienta con su cabecita – ¿tienes hambre, quieres algo?–Me gustaría comer algo y dormir aún me duele un poco la cabeza ¿no podré ir a tu recepción?–Si podrás ir Catalina pero asegúrate de no esforzarte mucho, aunque quiero que mañana entres conmigo al despacho por unos minutos – diciendo sugerentemente al oído de Catalina, esta se sonroja como un tomate–¿Qué me vas a hacer? – sonrojada–Es una sorpresa mi amor, espera iré a pedir que te traigan algo de cenar, Catalina – esta se queda mirándolo – te quiero mucho, no vuelvas a darme estos sustos, por cierto tengo que decirte algo importante–¿Eh? ¿Qué pasa?
–Adrián…Ahhhh…nos pueden escuchar…Ahhhh, Ahhhh Adrián, detente pervertido–No, no quiero detenerme es tu culpa, por venir tan hermosa – la gira y la hace sentarse en una de las sillas del despacho – mi niña de ojos azules ¿no me va a complacer? – haciendo una mirada un tanto suplicante y demasiado tierna, besando a Catalina, esta le corresponde el beso–S…si…si te quiero complacer Adrián; pero ¿si nos escuchan? – sonrojada hasta las orejitas – aunque Adrián, no tienes porque verme así–¿Así como Catalina?–Así como un borrego a medio degollar esa mirada no te queda – Adrián la mira, con esa mirada pervertida y lasciva que derrite a Catalina–¿Mejor mi amor? – Catalina asienta con la cabecita – y por tu pregunta ¿Por qué crees que los músicos están al lado del despacho? Catalina mi amor, no te preocupes nadie nos va a oír, además los músicos estarán muy ocupados tocando como para escuchar – besa a Catalina y retira el chal dejando ver el bello diseño del vestido – eres tan linda Catalin
–Desde que alguien, quiso interrumpirnos en el despacho de tu casa – acariciando el miembro de Adrián por sobre su pantalón – ¿te gusta mi amor?–Si Catalina me gusta mucho–Bien entonces ¿para qué te atormento más? – baja los pantalones de Adrián, toma ese enorme pedazo de carne que clama por sus atenciones y lo masturba un poco – te quiero Adrián ¿Por qué me esclavice a tu amor?–Eso miso puedo preguntar yo, mi niña de ojos azules yo estoy esclavizado a tu corazón y no quiero que nada nos separe–Nada ni nadie nos va a separar mi amor – mirando con dulzura a Adrián – ¿quieres que te quite la venda?–Sólo quítamela cuando me montes mi amor, aunque yo quiero hacértelo también Catalina ¿me vas a dejar probarte?–Tomando las manos de Adrián y guiándolas por todo su cuerpo, Catalina se acerca a los labios de Adrián y susurra antes de besarlo – bien te daré ese gusto sólo sí logras desnudarme ¿crees que puedes hacerlo con los ojos vendados? – Adrián la toma de la cintura y la gira quedando
–Gracias eres muy amable – sonriendo – bien entonces iré a acomodarme nos vemos después FranciscoAl pasar los días Helena ganaba más y más belleza, yo ya estaba prendado de ella y sabía que si hablaba con el señor, cuando ella llegara a la edad de casarse pediría permiso al señor, pero todo cambió cuando al cumplir ella los doce y nosotros tres los quince llegó de Barcelona la hermosa joven María Sofía Palomar que cosas de la vida esa joven era igual en apariencia al joven Mendoza del Campo cabello negro ojos azules…–Bien María Sofía espera voy por mi hijo–Señor Mendoza del Campo ¿usted cree que su hijo me acepte? – sonrojada – soy huérfana, aunque tengo buena dote–Claro que sí, eres hermosa, de buena familia eres más que perfecta espera acá en el despacho iré por mi hijo – sale a buscar a su hijo y lo encuentra montando un bello caballo negro, que en un futuro sería el padre de Cristal – ¡Miguel Ángel ven acá ahora mismo!–¡Enseguida voy padre! Pedro por favor lleva a Impetuoso al
–Claro que sí, le tengo mucho cariño a la señora y a ese bebé no se preocupe aún faltan dos meses para que el bebé nazca todavía tiene tiempo para que la señora lo vuelva a querer – se retira hacia la habitación de María Sofía dejando a Miguel Ángel pasmado – señora mire le traje un pastel de carne y un jugo de naranja fresco – entrando en la habitación y dejando la bandeja en la mesa – ¿necesita que le ayude en algo señora?–Si Helena por favor ayúdame a ponerme de pie – sonriendo – esta barriga está enorme me canso mucho últimamente sin mencionar que no puedo dormir bien–Es normal señora, se nota que será un bebé grande – ayudando a María Sofía a ponerse de pie–Si, aunque no quiera admitirlo este bebé será igual que su padre – suspirando – mira Helena termine la ropita que le pondré cuando nazca ¿Qué opinas? – mostrando un pequeño traje color blanco, con detalles en azul–Es perfecto señora – entregando el pastel a María Sofía – para ser un bebé tan grande la hace comer poco–Es un
–¡Papi Helena se puso muy mal! ¡dice que le duele su barriga, y dice que está sangrando! ¡¿Qué es eso de que está sangrando?! ¡¿se va a morir, se va a morir su bebé?! – Pedro se queda pasmado–¡No digas esas cosas Adrián ella estará bien! Pero ¡¿Qué haces acá en la hacienda José María?!–Eso pregúntale a tu hijo de tres años, llego corriendo hasta la hacienda – Miguel Ángel y Pedro se quedan pasmados – creo que alguien de verdad quiere a mi sobrino–Eso es porque mi papi me dijo que ese bebé sería mi amigo–¡Tenemos que ir con Helena ahora! – los tres hombres suben corriendo las escaleras y encuentran la puerta de la habitación de Adrián cerrada con candando – ¡¿Qué, cómo es posible esto?!–¡Yo dejé la puerta abierta, lo juro papi! – con sus ojitos cristalizados por las lágrimas–Yo te creo Adrián, ahora hazte para atrás, ¡vamos a tumbar la puerta! – los tres hombres tras repetidos intentos logran tumbar la puerta – ¡esto tiene que ser una broma, Adrián no veas esto! – toma al niño y s