Puedo sentir su mirada clavada en mi a cada movimiento que hago, a cada paso que doy y a cada cosa que pongo en la maleta o una de las cajas que ha traído para ayudarme con la mudanza. Realmente tengo la sensación de que esto debería molestarme, o no sé quizás ponerme nerviosa, pero me sucede todo lo contrario; me da risa. —¿Piensas mirarme todo el día?— Le cuestiono sin poder parar de reírme.
Sigo metiendo cosas en las cajas mientras espero su respuesta, la cual por alguna razón tarda en llegar —Sabes, estaba pensando que debería cansarme de estar aquí parado sin poder ayudarte, porque no sé qué hacer por ti y mirarte... pero no... no me canso... no me canso de mirarte; creo que podría hacerlo toda la vida.— Me responde y sus palabras hacen que deba mirarlo.
Esta cruzado de brazos parado con su cuerpo apoyado sobre la pared y solo puedo pensa
Entro a su departamento con la maleta en mi mano mientras que él carga dos de las cajas. —Te besaría y te diría bienvenida a tu casa, pero dame un instante que dejo esto.— Me dice entre risas y luego deja las cajas en el suelo. —Ahora si... bienvenida— Me dice mientras me toma por el aire y me hace enredar mis piernas en su cintura, y de inmediato lo beso.—Gracias mi amor...— Le digo sonriéndole.—Creo que deberíamos ir por el resto de las cosas al auto.— Propongo.—Mejor después...— Dice sin querer soltarme.—Amoooor... vamos...— Insisto.—Vale, vamos antes que oscurezca.— Me propone.[…]Terminamos de subir todas las cosas; al menos las que he traído y solo puedo mirar a mí alrededor preguntándome ¿Cómo organizare todo esto?—¿Qué suc
Debo de admitir que soy bastante buena en la cocina, pero con él amarrado a mi cintura observando cada movimiento que hago por encima de mi hombro, no ayuda mucho. —¿Aprendiendo a cocinar?— Le pregunto de manera sarcástica.—No, olvídate de eso... ya mi madre ha intentado y fracaso.— Responde entre risas.Sus palabras me parecen muy graciosas, el solo hecho de imaginármelo tomando clases de cocina me resulta imposible. —Mejor ni intentare entonces... Si quieres me pudieras dar una copa de vino, ¿no?— Comento.—Claro que quiero...— Responde de inmediato y me suelta un instante. Busca el vino en el refrigerador, abre la botella como todo un experto y me sirve una copa mientras que yo sigo cuidando la salsa que estoy preparando para los espaguetis. El ruido de mi móvil me distrae por un momento —Ya te lo traigo cariño.— Me ofrece y va en b
Sus brazos rodeándome son una manera perfecta de amanecer. Su barba haciéndome cosquillas y sentir su corazón latir son sensaciones que no quisiera olvidar nunca y con las cuales elijo despertar a cada día. Ya llevamos tres días de convivencia y cada uno de ellos han sido una aventura acostumbrándonos al otro, aunque nos complementamos demasiado bien. Lamentablemente en un par de horas debo irme y la verdad que no me gusta mucho la idea.Sus ojos se abren lentamente —Buenos días, amor.— Me dice sonriente.—Hola guapo...——Sigamos durmiendo... llama a tu trabajo, di que estás enferma…no me dejes...— Me pide como niño chiquito.Sus palabras y la manera en que las dice me hacen reír —No puedo hacer eso, lo siento...— Le dejo saber y lo abrazo—No te puedo convencer, ¿no?— Me pregunta y
Salgo del área de seguridad del aeropuerto y allí lo veo a él con un gorro bastante extraño, gafas de sol y vestido de una manera bastante diferente a la que usualmente se viste. Aunque estuviera disfrazado de payaso, creo que lo reconocería. Corro hacia él y prácticamente me cuelgo de su cuello —¡Te he extrañado!— Le digo sin soltarlo.—Yo también mi vida.— Dice y luego amaga a besarme, pero no hace. —Aquí no podemos cariño... si nos ven saldremos en la primera plana de una revista.— Me dice con una tímida sonrisa.—En el auto...— Le sususrro al oído.—Eso ni lo dudes...—《¿Por qué me lo dice de esta manera? ¿es necesario?》Él toma mi maleta y disimuladamente vamos saliendo del aeropuerto hasta llegar al auto. No ha bastado más que el subirnos al auto para qu
Si las miradas mataran, Gabriel ya estaría muerto, y yo hubiera tenido que salir de testigo en un crimen. Es tanta la tensión que veo en Bautista que la verdad no sé cómo manejar lo que está pasando aquí. —Bautista, ¿podemos hablar un momento?— Le dice Naira y afortunadamente él se va hacia donde esta ella.—No puedo creer que vayas a ser tú con quien trabajare.— Me dice Gabriel con una enorme sonrisa. —¿Hace cuánto que no nos vemos ¿un año? ¿dos?— Me pregunta dando un paso hacia delante para estar más cerca de mí.—Más o menos...— Le respondo intentado volver a tener distancia entre su cuerpo y el mío.Él vuelve a dar un paso al frente —¿Y de dónde conoces a Bautista?—No sé bien que decirle... no creo que sea conveniente deci
Bautista, Gabriel y yo nos estamos poniendo de acuerdo con las fechas de las sesiones de filmación y reuniendo ideas para el proyecto, estoy sentada al lado de Bautista, pero siento la mirada de Gabriel clavada en mí. Esta situación realmente me está poniendo un tanto incomoda, porque por un lado él está mirándome y por el otro la mano de Bautista juega sobre mi pierna por debajo de la mesa.—Si yo fuera tú, la dejaría de mirar de esa manera.— Comenta Bautista de la nada con su mirada clavada en él.No puedo creer que el haya dicho eso... creí que no diría nada de lo nuestro, al menos ese era el trato.Gabriel lo sigue mirando un poco confundido —¿Disculpa?——Es que verás... Abril, tiene novio y la verdad es que si lo conocieras te darías cuenta de que no quieres tener problemas con un tipo como él. Es m&a
[Bautista]Terminándome de ajustar el cinturón salgo del estudio para ver quien ha entrado, sea quien sea tiene un “timing” increíble... no podría haber llegado en peor momento. Al llegar a la recepción me encuentro con un hombre bastante alto de tez bastante clara y muy corpulento; no tengo ni idea quien es. —Hola, ¿Quién es usted?— Le pregunto algo preocupado. Hasta donde yo sé, no mucha gente tiene las llaves de este lugar.—Mi nombre es Sergio y soy el guardia de seguridad. El señor Leandro me ha enviado porque este lugar debe de ser desocupado.— Me explica y me da un documento.—¿Desocupar el estudio? Pero si esta alquilado el sitio...— Le pregunto con algo de dudas.—Lea el documento y deje el lugar por favor...— Me insiste.Abro el documento bastante confundido y ciertamente Leandro ha rescindido
Entramos a nuestra casa en una guerra de besos que van quitando el rastro de las lágrimas de mi rostro —Tus besos saben a sal— Me dice mientras que sus manos sujetan mi cintura.—Los tuyos son dulces...— Rebato con mis manos agarradas a las cintura de su pantalón.Sus labios besan todo mi rostro quitando los rastros de mis lágrimas. —Hablaré con tu padre para que solucionemos esto entre él y yo... no quiero volverte a ver llorar por esta situación; simplemente no lo soporto.— Explica mirándome a los ojos.Entrecierro mis ojos sin poder creer lo que me dice —¿Te has vuelto loco?— Le pregunto.—No, no estoy loco. Solo quiero lo mejor para ti... y lo mejor es que tu padre y yo hablemos de frente. Ahora no te preocupes por eso y sigamos con lo que habíamos comenzado.— Propone y vuelve a besarme sin darme oportunidad de h