Sus brazos rodeándome son una manera perfecta de amanecer. Su barba haciéndome cosquillas y sentir su corazón latir son sensaciones que no quisiera olvidar nunca y con las cuales elijo despertar a cada día. Ya llevamos tres días de convivencia y cada uno de ellos han sido una aventura acostumbrándonos al otro, aunque nos complementamos demasiado bien. Lamentablemente en un par de horas debo irme y la verdad que no me gusta mucho la idea.
Sus ojos se abren lentamente —Buenos días, amor.— Me dice sonriente.
—Hola guapo...—
—Sigamos durmiendo... llama a tu trabajo, di que estás enferma…no me dejes...— Me pide como niño chiquito.
Sus palabras y la manera en que las dice me hacen reír —No puedo hacer eso, lo siento...— Le dejo saber y lo abrazo
—No te puedo convencer, ¿no?— Me pregunta y
Salgo del área de seguridad del aeropuerto y allí lo veo a él con un gorro bastante extraño, gafas de sol y vestido de una manera bastante diferente a la que usualmente se viste. Aunque estuviera disfrazado de payaso, creo que lo reconocería. Corro hacia él y prácticamente me cuelgo de su cuello —¡Te he extrañado!— Le digo sin soltarlo.—Yo también mi vida.— Dice y luego amaga a besarme, pero no hace. —Aquí no podemos cariño... si nos ven saldremos en la primera plana de una revista.— Me dice con una tímida sonrisa.—En el auto...— Le sususrro al oído.—Eso ni lo dudes...—《¿Por qué me lo dice de esta manera? ¿es necesario?》Él toma mi maleta y disimuladamente vamos saliendo del aeropuerto hasta llegar al auto. No ha bastado más que el subirnos al auto para qu
Si las miradas mataran, Gabriel ya estaría muerto, y yo hubiera tenido que salir de testigo en un crimen. Es tanta la tensión que veo en Bautista que la verdad no sé cómo manejar lo que está pasando aquí. —Bautista, ¿podemos hablar un momento?— Le dice Naira y afortunadamente él se va hacia donde esta ella.—No puedo creer que vayas a ser tú con quien trabajare.— Me dice Gabriel con una enorme sonrisa. —¿Hace cuánto que no nos vemos ¿un año? ¿dos?— Me pregunta dando un paso hacia delante para estar más cerca de mí.—Más o menos...— Le respondo intentado volver a tener distancia entre su cuerpo y el mío.Él vuelve a dar un paso al frente —¿Y de dónde conoces a Bautista?—No sé bien que decirle... no creo que sea conveniente deci
Bautista, Gabriel y yo nos estamos poniendo de acuerdo con las fechas de las sesiones de filmación y reuniendo ideas para el proyecto, estoy sentada al lado de Bautista, pero siento la mirada de Gabriel clavada en mí. Esta situación realmente me está poniendo un tanto incomoda, porque por un lado él está mirándome y por el otro la mano de Bautista juega sobre mi pierna por debajo de la mesa.—Si yo fuera tú, la dejaría de mirar de esa manera.— Comenta Bautista de la nada con su mirada clavada en él.No puedo creer que el haya dicho eso... creí que no diría nada de lo nuestro, al menos ese era el trato.Gabriel lo sigue mirando un poco confundido —¿Disculpa?——Es que verás... Abril, tiene novio y la verdad es que si lo conocieras te darías cuenta de que no quieres tener problemas con un tipo como él. Es m&a
[Bautista]Terminándome de ajustar el cinturón salgo del estudio para ver quien ha entrado, sea quien sea tiene un “timing” increíble... no podría haber llegado en peor momento. Al llegar a la recepción me encuentro con un hombre bastante alto de tez bastante clara y muy corpulento; no tengo ni idea quien es. —Hola, ¿Quién es usted?— Le pregunto algo preocupado. Hasta donde yo sé, no mucha gente tiene las llaves de este lugar.—Mi nombre es Sergio y soy el guardia de seguridad. El señor Leandro me ha enviado porque este lugar debe de ser desocupado.— Me explica y me da un documento.—¿Desocupar el estudio? Pero si esta alquilado el sitio...— Le pregunto con algo de dudas.—Lea el documento y deje el lugar por favor...— Me insiste.Abro el documento bastante confundido y ciertamente Leandro ha rescindido
Entramos a nuestra casa en una guerra de besos que van quitando el rastro de las lágrimas de mi rostro —Tus besos saben a sal— Me dice mientras que sus manos sujetan mi cintura.—Los tuyos son dulces...— Rebato con mis manos agarradas a las cintura de su pantalón.Sus labios besan todo mi rostro quitando los rastros de mis lágrimas. —Hablaré con tu padre para que solucionemos esto entre él y yo... no quiero volverte a ver llorar por esta situación; simplemente no lo soporto.— Explica mirándome a los ojos.Entrecierro mis ojos sin poder creer lo que me dice —¿Te has vuelto loco?— Le pregunto.—No, no estoy loco. Solo quiero lo mejor para ti... y lo mejor es que tu padre y yo hablemos de frente. Ahora no te preocupes por eso y sigamos con lo que habíamos comenzado.— Propone y vuelve a besarme sin darme oportunidad de h
Me levanto cuidadosamente de la cama intentando no despertarlo, es que se ve tan guapo durmiendo… Parece un niño, su rostro refleja paz, todo lo contrario que siento yo en este momento. A pesar de que le he prometido ser la madre de sus hijos porque en verdad es lo que siento y de que me llene felicidad que él quiera eso conmigo, me es inevitable sentir culpa. Antes que yo llegara a su vida él tenia una vida en paz, una donde su carrera no se veía perjudicada.Sin hacer ruido busco su camiseta del suelo y me la coloco, salgo de la habitación y voy hacia la cocina para prepararle su desayuno. Comienzo a preparar todos los ingredientes para prepararle tortitas, y una vez que tengo todo listo comienzo a cocinar. Estoy demasiado concentrada en mi tarea cuando unas manos cubren mis ojos asustándome bastante —Pero que cocinera más sexy— Me dice al oído y luego besa mi cuello mientras quita sus manos.
[BAUTISTA]Entramos a la casa de Martin después de que él mismo nos abriera la puerta de la imponente casa que tiene, y la cara de él al ver a Abril va a ser la típica reacción que recibiré de todos mis amigos. Primeramente, porque hace dos años que no llevo a ninguna mujer a ninguna fiesta o reunión, y segundo por lo bellísima que es mi novia.—Bautista, tanto tiempo.— Dice finalmente y luego me saluda.—Ya era hora, ¿no?— Le digo sonriente —Te presento a mi novia Abril.——Mucho gusto Abril.— Le dice y luego le da dos besos. —Te la tenías muy escondida ¿eh?— Comenta entre risas.Abril me mira y luego mira a Martin —Mucho gusto.——No la tenía escondida... solo no hubo oportunidad para que la conocieras antes...— Le explico.—Vengan...— Nos pide
Después de un largo día en la fiesta del amigo de Bautista, finalmente llegamos a casa. Estoy bastante cansada y de lo único que siento ganas es de dormir entre sus brazos. —Cariño, te ves agotada ¿te sientes bien?— Me pregunta al ver que camino como una zombi hasta la habitación.Me acuestosobre la cama —Si, solo que estoy agotada... debería ir a ducharme, pero muero de sueño...—Le respondo finalmente. —¿Quieres que te lleve hasta el baño?— Me pregunta con una media sonrisa.Me pongo de pie —No, está bien... ya voy.— Lentamente camino hacia el baño y una vez que me despojo de mi ropa, entro a la ducha.El agua caliente golpea sobre mi espalda y siento como cada musculo en mi se va relajando, haciendo que el cansancio sea mayor. Al salir de la ducha envuelvo una toalla alrededor de mi cuerpo, voy a la