Tres días después
Tengo la sensación de que he estado en este hospital toda una eternidad, pero solo han pasado tres días. Lo único que ha hecho que este tiempo fuese menos aburrido, han sido las visitas de toda la familia de Bautista y de mi padre y su nueva esposa. Por el otro lado mi madre me ha llamado mínimo cada dos horas y Bautista obviamente no se ha querido despegar de mi lado. Lo observo mientras me ayuda a colocar todas mis cosas en el bolso para poderme ir de aquí; y solo puedo pensar en lo perfecto que es. No solo es guapísimo, talentosísimo, y romántico, pero, también es detallista, atento, y un gran compañero de vida. Se ha encargado de hablar en mi trabajo y también de que estuviera lo más cómoda posible en este sitio. Tomo las flores que han decorado esta habitación junto a ese oso de peluche enorme y después de que él me abra la puert
Solo es necesario verlo despertar a mi lado para que todo se me olvide, incluso la molestia de la herida. Cuidadosamente tomo mi móvil y miro la hora ocho de la mañana, 《¿Qué hago despierta a esta hora pudiendo dormir hasta tarde?》 Miro la fecha y me doy cuenta que en una semana tenemos que viajar a Paris para la boda de mi madre y ni siquiera he ido a escoger el vestido que usare, pero supongo que ir de compras aquí en Málaga será prácticamente imposible después de todo el escándalo. El hombre que duerme a mi lado abre los ojos lentamente y sonríe al verme. 《Uff esa sonrisa... como me desarma...》 —Buenos días.— Le digo respondiendo a su sonrisa.—Hola cariño, ¿Cómo has dormido?— Me pregunta y acerca su cuerpo al mío.—Bien, pero tuve que dormir boca abajo, tenía miedo de que se saltaran los puntos.— Digo y luego mi
[BAUTISTA]La observo mientras se termina de colocar el vestido corto color negro que ha escogido y solo puedo quedar admirando lo bella que luce. Entiendo porque lo ha escogido y es que casi toda la espalda de ese vestido es al descubierto y de esta manera no le molesta la herida. Me acerco a ella al ver que lucha con la cremallera del vestido y coloco mis manos sobre las de ella —Permíteme cariño.— Delicadamente subo la cremallera y luego con mis dedos recorro el centro de su espalda de abajo hasta llegar a su cuello. —Te ves tan hermosa.— Le susurro al oído. —Podría quedarme viéndote toda la vida, te amo.—Ella voltea su rostro para mirarme de reojo y con una de sus manos toma mi rostro acercándolo al suyo. —Yo también te amo.— Me dice y sus labios se apoderan de los míos. Es un beso tierno, sensual y que me provoca de mil maneras. Sin dejar de besarnos ella se vo
Abro la puerta de mi ex habitación intentando no reírme por la situación, ya que al parecer Bautista y yo estamos predestinados a que siempre llegue alguien en momentos inoportunos como este. Sorpresivamente quien está del otro lado es Carolina, su rostro tiene tatuado una sonrisa que en pocos segundos se transforma en una risa que nos contagia a Bautista y a mí. —Agradezcan que soy yo, porque si Leandro hubiese escuchado lo que yo escuche... madre mía hermanito... te hubieras vuelto a pelear con tu suegro. Podrían controlarse un momento, ¿no?— Dice burlándose de nosotros.Perfecto, lo que me faltaba mi cuñada nos ha escuchado. Al parecer a mi prometido no le importa nada porque solo se ríe de la situación —Gracias al cielo que has sido tú Caro, pero ¿Por qué has venido? Le pregunta mientras se para a mi lado.—Abril, tu padre quiere darte un
Nuevamente los días regresaron a ser lentos y la semana que estuvimos separados ha sido casi una tortura, pero finalmente estoy llegando a Paris donde he quedado de encontrarme con él. Miro a mi alrededor en medio de este enorme aeropuerto y allí lo veo con esa gorra negra que tanto me gusta y un ramo de flores en su mano. —¡Bienvenue, mon amour!— Me dice con una enorme sonrisa cuando me acerco a él.—¡Hola mi vida!— Lo saludo con muchísimo entusiasmo y me aferro a él —¡Me has hecho mucha falta!— Mis labios buscan los suyos y así nos damos la bienvenida de una manera que me regresa a la vida.—Que efusiva mi amor.— Murmura regalándome una de esas maravillosas sonrisas que tanto amo.No puedo apartar mi mirada de la suya y es que realmente por alguna razón está vez lo he extrañado más que nunca —De verdad que
—¡Dios mío! Pero que preciosa que te ves, mi amor— Me halaga mi prometido al verme con el vestido negro que he escogido para la boda de mi madre.Se acerca a mi con la clara intención de abrazarme, pero estiro mi brazo para detenerlo a la distancia justa, —Detente ahí— Le pido entre risas y lo miró de píes a cabeza. —Tú también te ves muy pero muy... pero muy guapo— Le dejo saber y él solo me lanza una sonrisa de esas que me vuelven loca.—Sabes, creo que es mejor que vayamos porque si no, te aseguro que llegaremos tarde.— Propone.—Si, mejor vayamos...—Luego de unos cuantos minutos de viaje en donde nuestras miradas se han cruzado de manera provocativas y cómplices, llegamos al recinto en donde se llevará a cabo la ceremonia. Claramente ellos no sé qué casaran por iglesias debido a que ambos so
Nuevamente en Madrid después de tres días increíbles en Paris. La propuesta de mi madre de quedarnos en su casa ha sido increíble, después de lo sucedido con Máximo, Bautista y yo necesitábamos un tiempo así a solas. Me preocupa un poco que aun no se sepa donde se ha ido Máximo, pero supongo que en algún momento debe regresar a su casa en Málaga… Doy vueltas en la cama intentando no despertar a mi prometido que duerme como un angelito a mi lado, pero no me siento muy bien. Me estoy empezando a preocupar hace como tres días que estoy así y me pregunto si alguno de los medicamentos que me han dado en el hospital o quizás el antibiótico me han hecho mal.Me veo obligada a levantarme de la cama y salir corriendo al baño; las nauseas son insoportables. Me siento enfrente del wáter y ahí va lo poco que queda en mi estomago. —Cariño,
[BAUTISTAEstoy aquí parado contra la pared que divide nuestro cuarto del baño, y tengo una mezcla de sentimientos; ansias, nervios, felicidad, preocupación, y dudas. Intento parecer lo más calmado posible, pero con solo imaginarme que ella pueda estar embarazada me tiemblan las piernas; sería el hombre más feliz del planeta de ser así. —¡¿Cariño?! ¿Te encuentras bien?— Le grito para que me escuche.Lleva varios minutos allí dentro y creo que me dará un ataque si debo seguir esperando. De pronto la puerta se abre y su cara no me dice absolutamente nada; no está ni sonriente, ni preocupada. Solo me da la prueba de embarazo y la tomo en mis manos con más nervios de los que sentí cuando fue a la premier de mi primera película. Miro el test detenidamente y una enorme sonrisa se dibuja en mi rostro al ver que hay dos rayitas —¡E
Sus manos me acarician mi vientre haciendo que deba abrir mis ojos. —Buenos días.— Digo sonriente, y sus ojos se clavan en los míos y esa sonrisa que tanto amo aparece en su rostro contagiándome.—Buenos días, amor... ¿Cómo amaneciste?— Pregunta y sus labios me besan antes de darme la oportunidad de responder.—Mejor que ayer seguro...— Respondo entre risas.—Eso es muy bueno y ahora que lo pienso deberías pedir turno con el doctor, ¿no crees?— Me pregunta sin dejar de acariciarme.—Lo hare guapo— Me parece tan tierno que se preocupe tanto que creo que me lo comeré a besos en este instante.—¿Qué haces?— Me pregunta riéndose mientras posiciono mi cuerpo sobre el suyo.—Es que te vez tan tierno así de preocupado por mi y por tu hijo, que solo me provoca comerte a besos.—