Abro la puerta de mi ex habitación intentando no reírme por la situación, ya que al parecer Bautista y yo estamos predestinados a que siempre llegue alguien en momentos inoportunos como este. Sorpresivamente quien está del otro lado es Carolina, su rostro tiene tatuado una sonrisa que en pocos segundos se transforma en una risa que nos contagia a Bautista y a mí. —Agradezcan que soy yo, porque si Leandro hubiese escuchado lo que yo escuche... madre mía hermanito... te hubieras vuelto a pelear con tu suegro. Podrían controlarse un momento, ¿no?— Dice burlándose de nosotros.
Perfecto, lo que me faltaba mi cuñada nos ha escuchado. Al parecer a mi prometido no le importa nada porque solo se ríe de la situación —Gracias al cielo que has sido tú Caro, pero ¿Por qué has venido? Le pregunta mientras se para a mi lado.
—Abril, tu padre quiere darte un
Nuevamente los días regresaron a ser lentos y la semana que estuvimos separados ha sido casi una tortura, pero finalmente estoy llegando a Paris donde he quedado de encontrarme con él. Miro a mi alrededor en medio de este enorme aeropuerto y allí lo veo con esa gorra negra que tanto me gusta y un ramo de flores en su mano. —¡Bienvenue, mon amour!— Me dice con una enorme sonrisa cuando me acerco a él.—¡Hola mi vida!— Lo saludo con muchísimo entusiasmo y me aferro a él —¡Me has hecho mucha falta!— Mis labios buscan los suyos y así nos damos la bienvenida de una manera que me regresa a la vida.—Que efusiva mi amor.— Murmura regalándome una de esas maravillosas sonrisas que tanto amo.No puedo apartar mi mirada de la suya y es que realmente por alguna razón está vez lo he extrañado más que nunca —De verdad que
—¡Dios mío! Pero que preciosa que te ves, mi amor— Me halaga mi prometido al verme con el vestido negro que he escogido para la boda de mi madre.Se acerca a mi con la clara intención de abrazarme, pero estiro mi brazo para detenerlo a la distancia justa, —Detente ahí— Le pido entre risas y lo miró de píes a cabeza. —Tú también te ves muy pero muy... pero muy guapo— Le dejo saber y él solo me lanza una sonrisa de esas que me vuelven loca.—Sabes, creo que es mejor que vayamos porque si no, te aseguro que llegaremos tarde.— Propone.—Si, mejor vayamos...—Luego de unos cuantos minutos de viaje en donde nuestras miradas se han cruzado de manera provocativas y cómplices, llegamos al recinto en donde se llevará a cabo la ceremonia. Claramente ellos no sé qué casaran por iglesias debido a que ambos so
Nuevamente en Madrid después de tres días increíbles en Paris. La propuesta de mi madre de quedarnos en su casa ha sido increíble, después de lo sucedido con Máximo, Bautista y yo necesitábamos un tiempo así a solas. Me preocupa un poco que aun no se sepa donde se ha ido Máximo, pero supongo que en algún momento debe regresar a su casa en Málaga… Doy vueltas en la cama intentando no despertar a mi prometido que duerme como un angelito a mi lado, pero no me siento muy bien. Me estoy empezando a preocupar hace como tres días que estoy así y me pregunto si alguno de los medicamentos que me han dado en el hospital o quizás el antibiótico me han hecho mal.Me veo obligada a levantarme de la cama y salir corriendo al baño; las nauseas son insoportables. Me siento enfrente del wáter y ahí va lo poco que queda en mi estomago. —Cariño,
[BAUTISTAEstoy aquí parado contra la pared que divide nuestro cuarto del baño, y tengo una mezcla de sentimientos; ansias, nervios, felicidad, preocupación, y dudas. Intento parecer lo más calmado posible, pero con solo imaginarme que ella pueda estar embarazada me tiemblan las piernas; sería el hombre más feliz del planeta de ser así. —¡¿Cariño?! ¿Te encuentras bien?— Le grito para que me escuche.Lleva varios minutos allí dentro y creo que me dará un ataque si debo seguir esperando. De pronto la puerta se abre y su cara no me dice absolutamente nada; no está ni sonriente, ni preocupada. Solo me da la prueba de embarazo y la tomo en mis manos con más nervios de los que sentí cuando fue a la premier de mi primera película. Miro el test detenidamente y una enorme sonrisa se dibuja en mi rostro al ver que hay dos rayitas —¡E
Sus manos me acarician mi vientre haciendo que deba abrir mis ojos. —Buenos días.— Digo sonriente, y sus ojos se clavan en los míos y esa sonrisa que tanto amo aparece en su rostro contagiándome.—Buenos días, amor... ¿Cómo amaneciste?— Pregunta y sus labios me besan antes de darme la oportunidad de responder.—Mejor que ayer seguro...— Respondo entre risas.—Eso es muy bueno y ahora que lo pienso deberías pedir turno con el doctor, ¿no crees?— Me pregunta sin dejar de acariciarme.—Lo hare guapo— Me parece tan tierno que se preocupe tanto que creo que me lo comeré a besos en este instante.—¿Qué haces?— Me pregunta riéndose mientras posiciono mi cuerpo sobre el suyo.—Es que te vez tan tierno así de preocupado por mi y por tu hijo, que solo me provoca comerte a besos.—
Ha llegado el día por el cual tanto hemos esperado; cabe destacar que parece que él está más ansioso que yo, pero es tanta la ternura que me provoca que me hace sonreír a cada instante. ¿Cómo puede ser que este así? Debería de estar asustado, preocupado y todo eso que los hombres normales sienten al saber que serán padres, pero no... él no es normal. Esta aquí sentado a mi lado camuflado con su gorra, una especie de bufanda y su sudadera en la sala de espera de esta clínica. En algunos minutos es mi cita con el médico y los nervios me consumen; aun no me hago a la idea de que seré madre... ha ocurrido tan de repente que no sé ni siquiera como es que ha fallado el anticonceptivo. —Mi amor, tienes las manos heladas— Me dice apretando mi mano un poco más.—Son los nervios.— Le admito.—No cariño, no te pong
Salimos de la clínica y yo prácticamente no puedo ni siquiera hablar. Mi mente solo da vueltas a lo que me espera… dos hijos. Madre primeriza y dos hijos al mismo tiempo ¿Cómo voy a hacer? Bautista estará súper ocupado con su nueva película, con su promoción, sus premiaciones... no puedo truncar su carrera, no puedo ser egoísta y pedirle que deje todo en pausa para poder ayudarme cuando nazcan nuestros hijos. —Cariño, ¿me escuchas?— Me dice pasando su mano por delante de mis ojos intentando regresarme al aparcamiento de la clínica.Sacudo mi cabeza y vuelvo a percatarme del sitio donde estamos —Eh... si, ¿Qué decías?— Le pregunto bastante confundida.—Te preguntaba si te sentías bien...— Repite y se detiene en la mitad del camino para mirarme a la cara.—No amor... estoy con un ataque de p&aa
Días después...Hay maneras y maneras de amanecer, pero esta es perfecta... él besando mi vientre y susurrándole cosas a nuestros hijos. Definitivamente no hay imagen más tierna que haya visto hasta ahora.—Buenos días— Le digo con una enorme sonrisa en mi rostro y con mis dedos enredándose en su cabello.—Buenos días, cariño. ¿Cómo has amanecido hoy? ¿Estás mejor de las náuseas?— Me pregunta y se acerca a mi rostro.—Si, al menos hasta ahora si.— Le respondo mordiendo mi labio inferior, ya que mi futuro marido esta más tierno que nunca.—Eso es bueno— Dice sonriente —¿Preparada para ir a Málaga y pasar las fiestas con toda la familia?—Cuestiona.—Si, pero creó que eso te lo debería preguntar a ti... recuerda que le daremos la not