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Totalmente confundido

Logan  

Maldecí internamente, mientras observaba como aquel viejo salía por la puerta de la oficina. Agarré las cosas de mi escritorio y las lancé al suelo. 

—Ya no más, vas a destruir todo —ella habla poniéndose de pie. 

Camino hasta la ventana, allí puedo ver toda la ciudad. Es un lugar que me sirve para relajarme y pensar bien. No entiendo la necesidad que tienen de hacerme esto, el matrimonio no está en mis planes, estoy seguro que ni en un futuro estará. No tengo que seguir sus pasos, ni obedecer en todo lo que dice como lo hace mi papá.

—Creo qué él habla muy en serio, deberías dejar tu orgullo y aceptar lo que quiere para ti. 

—¿Sabías de esto? —pregunté enojado. 

—No, pero estoy de acuerdo con él. Debes ya pensar en tu vida personal de otra forma. 

—Vete de mi oficina, no quiero ser grosero contigo. —Ella hace una mueca y sale. 

Jalo mi cabello, mis manos tiemblan de la rabia. Mi abuelo es un resentido, en especial porque siempre le llevo la contraria, quería que yo fuera ingeniero como él o administrador como mi papá. Sin embargo, decidí escoger una carrera que me permitiera expresar todo lo que tengo guardado. También, quiere que me casé con la mujer que él escogió, así como lo hizo con mi padre. 

—Jefe, —Eleonor llama mi —. Uno de los nuevos escritores de deporte, para su aprobación envió está nota. —Déjala allí. —Respire profundo—. Por favor te pido que cites a todos los chicos preseleccionados mañana al auditorio, no vendré a la oficina en la tarde, estaré allí. —Ella sonríe.

—Así los demás no lo vean, tienes un corazón gigante. —Deja la nota allí y sale. 

Ella es una mujer muy especial, lastimosamente está enamorada del cretino de mi amigo Ryan que únicamente busca la forma de jugar con ella.

Me siento a leer aquella nota, desde las primeras líneas me atrapa con su narrativa, la versatilidad con la que habla del deporte es impresionante, sin buscarlo aquella persona sacó una sonrisa en mi. 

—Eleonor, llama a la persona que escribió esto —dije por mi teléfono y volví a mirar, me hizo recordar mis inicios.

No tarda en llegar un joven rubio, alto y con ojos color miel venía con cierto temor, le hice señas para que se sentara.

—Debo reconocer que hace mucho no leía algo tan bueno… ¿Tu nombre es? 

—Jacob, llegué hace un par de semanas acá, hice mis pasantías y me contrataron.

—Perfecto Jacob, por lo que veo no fue un error el que esté acá. Espero y siga haciendo contenido de calidad. —Le estreché mi mano, se reconocer cuando alguien hace un buen trabajo.

—Es un honor para mí que le guste mi trabajo, no tiene idea cuanto lo admiro.

—Puede estar seguro que está nota estará como la principal en nuestra siguiente edición, puede retirarse. —Él se pone de pie, luego me mira.

—Con todo respeto, lo que sucede es que mi esposa tiene un gran talento en el patinaje, pero tenemos los recursos. —Lo interrumpí.

—Lo siento, las convocatorias ya están cerradas. Tal vez pueda prepararse para el siguiente año, si es tan buena como lo dice le podría asegurar un puesto allí.

—Señor, ella se estuvo preparando por mucho tiempo, solo le pido una oportunidad. Le aseguro que no se va a arrepentir. —Rodé mis ojos, muchas veces me cuestiono porque hice eso. 

—Ok, dígale a Eleonor que le dé toda la información, espero y no me haga perder el tiempo. Le recuerdo que en este lugar solo me gusta tratar cosas laborales. —Él asiente y sale con una sonrisa. 

Tomé mis cosas para salir a la empresa de mi papá. Creo que mi día se arruinó con la visita de mi abuelo y en esto tiene mucha culpa mi papá. Llegué hasta el parqueadero y Frank me estaba esperando en la camioneta. Salimos y recosté mi cabeza en la ventana, me enfoque en mi teléfono, levanté mi vista y observé la cafetería que estaba frente a mí, algo llamó mi atención, esa mirada. Un escalofrío recorrió mi cuerpo, una mujer idéntica a ella, un poco más rubia. Le pedí a Frank que se detuviera, fui tras de ella, muchas personas pasaron frente a mí, hasta que se perdió entre la multitud. No sé si era real o solo era un espejismo, lo único que tengo claro es que la vida fue muy injusta en quitarmela. 

Subí de nuevo a la camioneta, abrí la ventana para que el viento golpeara mi cara. Es increíble como también la observó despierto, no solo aparece en mis sueños sino que ahora, también se va a aparecer en mi realidad, en está jodida realidad que me tocó. Como quisiera que fuera real, poderla tocar por última vez, poderle dar un beso y escuchar un te amo de sus labios. 

Me di cuenta que nos detuvimos, sacudí mi cabeza para que mi sentido común volviera a tener control sobre mí. Entré a la empresa y subí hasta el décimo piso, saludé a la secretaria y ella me permitió la entrada, le di un fuerte abrazo a mi papá y me serví una copa.

—Creí que te habías olvidado de mí, me quedé esperándote la otra noche para que jugaramos billar —dice sentándose a mi lado.

—Papá, quiero ser muy claro contigo. No voy a acceder a las peticiones de mí abuelo, él puede hacer lo que quiera pero yo no soy tu títere. —Mi papá sonríe.

—Hijo, muchas veces tenemos que hacer cosas por la familia. Lo que tu abuelo quiere es que por fin veamos a un heredero.

—Eso no va a suceder. No quiero casarme ni tener hijos, eso no es para mí.

—¡No más, Logan! mira que el pasado quedó atrás, esa mujer se murió y tú seguiste con vida. Abre los ojos y date cuenta que lo que más quiero es verte feliz y lamento mucho lo que sucedió esa noche, pero estoy seguro que si nos hubieras obedecido no hubiera pasado nada de eso. No te estoy pidiendo que te cases, al menos no por ahora. —Mi papá respira fuerte—. Lo único que si te pido es que tengas una novia y que formalicen  delante de nosotros. 

—¿Eso es lo qué quieren? —Mi papá asiente—. Está bien, les voy a mostrar que estoy saliendo con alguien, así ya me dejan de una vez en paz. Lo único es que no me van a tener en su dichosa cena esta noche.

—Quisiera creerte, ¿Quién es la afortunada? —cuestiona con ironía.

—Es Ruby. —Me puse de pie, y salí furioso de ese lugar. 

No comprendo porqué son así, llame a Ruby, ella tendrá que ayudarme a eso. Me fui directo al apartamento, el clima no es el mejor y los vientos cada vez son más fuertes, hoy me quedaría lo que quedaba del día en la casa. Luego de darme un baño, me senté al ver por la ventana, la imagen de esa mujer hoy fue realmente idéntica a ella, ahora no puedo quitarme esa imagen de mi cabeza y se va a juntar con las otras que generan mi insomnio. 

Me desperté tarde, es el único día que he aprovechado para dormir más. Tengo mensajes de mi padre y mi abuelo por no asistir a su dichosa cita. También tengo mensajes de Ruby, ella si fue y no me imagino que tanto dije, en fin… Eso lo tendré que solucionar después. Hoy voy hasta la fundación, el coliseo lo compre hace unos tres años aproximadamente y en cierto modo, sé que es una forma de que ella esté siempre viva en mí. 

Salgo junto con Jack, la hija de él fue una de las primeras beneficiadas en todo esto, así que él es uno de los que siempre me acompaña a la selección de aquellas personas. 

Al llegar estaban todos ya ubicados, muchos se acercan para darme un abrazo o algo parecido, cosa que detesto. Fui a mi lugar, esto sería rápido, a la gran mayoría ya los he visto. Observó que viene este chico, Jacob.

—Señor, me tomé el atrevimiento de venir para traer a mi esposa. —Lo miro y cruzo los brazos. 

—No tenías que dejar tu trabajo a la deriva, ella supongo es una mujer adulta y llegaría perfectamente sola. Sabes que se te descuenta el día. —Baje mi mirada, observando mi teléfono. 

—Lo sé, solo quería acompañarla. 

—Suficiente, dígale que venga a llenar los datos. Frank tiene el formato. 

—Claro. Ven amor, —escucho como la llama, es realmente patético escuchar esos términos. 

—Buena tarde señor. —Lentamente subí mi mirada cuando escuché su voz, era ella. 

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