Mary

Llegué hasta la casa, estaba el señor Owen esperándome con su rostro tenso, sé que me estaba esperando por sus mensajes preocupado. Cuando llegué pude ver como él se tranquilizó y en esto momentos me siento mal al ver que lo hice preocupar sin necesidad. Mi hijo se acerca y me saluda, luego me muestra uno de sus dibujos que hizo en la escuela.

—Mi abuelo me dio un helado de chocolate —grita lleno de emoción.

—Uy pero te quedo demasiado hermoso. Eres todo un artista, sacaste el espíritu innovador de tu papá —él sonríe con lo que le digo—. Iré a contarte un cuento, voy a hablar con tu abuelo.

—Vale mami, te amo con todo mi corazón —me envía un beso con sus manos, luego se va directo hasta su habitación.

—¿Quiere algo de beber? —le dije a mi suegro, él negó y se sentó.

—Pensé que me ibas a esperar como todos los días, pero no. Preferiste irte, tampoco respondiste las llamadas y sabes que es lo peor Mary… Fui a buscarte al restaurante y no estabas ¿A dónde te fuiste Mary? allá