Viendo el mal estado de Clara, Felipe le dijo a Tomás:—No vamos a casa, vamos directo al hospital. Luego llamó a su buen amigo y médico, Ricardo Navarro: —No esperes en mi casa, vuelve al hospital. Algo no está bien con ella, vamos a hacerle un chequeo completo.Pero Clara no cooperaba en absoluto; se aferraba a la ropa de Felipe y gritaba si alguien la tocaba, mirándoles con ferocidad. El doctor Ricardo entones sugirió:—Felipe, ¿qué tal si le damos un sedante? Así no podemos examinarla. Pero antes de que Felipe pudiera responder, Clara se desmayó, todavía agarrando fuertemente su ropa.Después de una hora, Ricardo le dijo a Felipe:—No te preocupes, es un colapso emocional causado por un nerviosismo extremo. Se recuperará cuando despierte. ¿Qué le pasó?Felipe, apagando la ceniza de su cigarrillo y frunciendo el ceño, respondió: —Les tiene miedo a los truenos.Luego preguntó: —¿Por qué les tendrá miedo a los truenos?Ricardo se quedó pensativo: —Eso deberías saberl
—¡No me lo creo! Definitivamente hay algo entre ustedes dos— dijo Ricardo con una sonrisa maliciosa.Felipe le lanzó una mirada fulminante a Ricardo, quien riendo aún, le dijo:—Bueno, Bueno. Ya no te molesto más, pero en serio… Tu esposa no está nada mal, es bonita, tiene buen cuerpo —asentía con la cabeza también—. ¡Es encantadora!¿Qué no te gusta de ella? ¿O acaso no te gustan las mujeres?Felipe lo miró de nuevo con desdén y sacudió la ceniza de su cigarrillo:—La persona con la que quiero casarme no es ella. Ricardo, sorprendido, preguntó:—¿Tienes a alguien más en mente? ¿Desde cuándo tienes a alguien? ¿Cómo no lo sé?Felipe no respondió, y Ricardo siguió insistiendo:—Ya sé, ¿es aquella niña de hace más de diez años? Recuerdo que cuando te salvaron y fui a verte, hablaste de una niña y dijiste que te casarías con ella cuando creciera. Pensé que era una broma, ¿no será ella, verdad?—¡No!—Felipe dijo dos palabras y dejó de prestarle atención a Ricardo, dejando en duda
Clara no llamó a la policía, ya que no tenía suficientes pruebas para demostrar que querían matarla. Se tranquilizó un rato en su apartamento, luego accedió al sistema del sitio oficial de Emilia y publicó un mensaje: [En una hora, se llevará a cabo una conferencia de prensa para anunciar una gran noticia. Bienvenidos todos los periodistas.]Después de publicarlo, Clara apagó el ordenador y regresó a casa.Se dio una ducha, se maquilló meticulosamente, se puso el lápiz labial más llamativo, rizó su cabello en grandes curvas, eligió un vestido largo negro ajustado, se puso joyas valoradas en millones y tomó el bolso más caro de su armario, saliendo en tacones altísimos.Por otro lado, Emilia estaba confundida al recibir una llamada de su agente:——¿Una conferencia de prensa? ¿Cuándo dije que iba a hacer una conferencia?Su agente respondió: —Está en tu sitio web oficial, ¿no lo sabes?—Pues... yo no lo sabía... ¿No será que me hackearon la cuenta?—Pensé que querías hacer púb
Sofía respondió de inmediato:—No, eso no se puede hacer. Si se descubre, ¡estamos acabadas! No vale la pena arriesgarnos a nosotras mismas solo para matarla. Tenemos que pensar en un plan que beneficie a ambos lados.—¿Qué otro plan podemos pensar ahora? Además, pensar en un buen plan llevará mucho tiempo, y no puedo esperar más. No quiero esperar ni un día más. ¡Quiero que ella muera pronto y de la manera más trágica posible!Emilia enrojeció los ojos y su mirada se tornó oscura, llena de maldad.Sofía frunció el ceño y guardó silencio por un momento antes de decir:—Está bien, déjame manejar lo de Clara. Tú solo preocúpate por tu relación con Felipe. La última vez no matamos a Clara, pero al menos no nos involucraron, ni Felipe ni nadie sospechaba de nosotras. Ve a la conferencia de prensa y déjame pensar bien.Emilia, poniendo morritos, no dijo más y se fue a maquillar.En ese momento, internet ya estaba alborotado. Emilia había estado ausente por un tiempo, y su repentina a
Debido a lo que Clara dijo recientemente sobre ser la principal patrocinadora detrás de Emilia, los flashes de las cámaras se concentraron inmediatamente en ella.El ambiente en el lugar se calentó aún más que antes, y los periodistas comenzaron a murmurar entre ellos:—¿No se suponía que el gran patrocinador detrás de Emilia era un hombre? ¿Cómo es que ahora es una mujer?—Sí, hace un momento Emilia estaba diciendo que su patrocinador estaba intentando cortejarla, ¿acaso están en una relación... Homosexual?—¡Ah! No puede ser, Emilia había revelado que su patrocinador era un hombre.—Entonces, ¿quién es esta mujer? ¿Cuál es la situación?El público abajo estaba alborotado, y Emilia también se quedó con los ojos muy abiertos: —¿Eres... tú?Si no fuera por la voz de Clara, ella nunca la hubiese asociado con la mujer que tenía al frente. Y cómo iba a reconocerla, si siempre veía a Clara vestida deportivamente, con una coleta, su estilo casual y sencillo, como una estudiante pobr
Emilia, lloraba con rabia e impotencia ante aquella verdad.— ¡Cómo te atreves a tratarme así, veremos cómo terminas esto!—sollozó.—Si él cree que he hecho algo mal, que venga a hablar conmigo en cualquier momento, siempre es bienvenido a pedir el divorcio. Pero, sea que nos divorciemos o no, es un asunto entre él y yo. Si te atreves a molestarme nuevamente, ¡me aseguraré de que tú vida esté acabada!Clara dijo esto y se fue con paso firme, sus tacones altos resonaban en el suelo, cada paso demostrando su autoridad como protagonista.El lugar se convirtió en un caos. La noticia de Emilia como la amante se difundió rápidamente por todos lados, con rumores volando por todas partes.Felipe estaba en su oficina revisando documentos cuando Tomás entró a contarle lo sucedido, y al principio le costó creerlo.No fue hasta que vio la transmisión en vivo de la conferencia de prensa...Felipe se quedó en shock, acostumbrado a ver a Clara con una apariencia juvenil e inocente, se sorprendi
Después de que todos oyeran las grabaciones y mensajes de texto , Felipe se dirigió a Emilia , y furioso exigió:—¡Explícate!Emilia apenas se había puesto de pie cuando, asustada, se derrumbó de nuevo al suelo.—Yo... yo... no sé qué decir, yo...Felipe, con el rostro sombrío, dijo: —Te doy una última oportunidad para explicarte.El tono de Felipe era tranquilo pero firme, cada palabra cargada con una intensidad que presagiaba una tormenta.Emilia estaba claramente aterrorizada, temblando de miedo.—Yo..., yo... Nunca quise hacerle daño, nunca lo pensé, soy inocente, ¡buaaaa!—se echó a llorar.Emilia se negaba a admitir nada.—¡Todavía te atreves a mentir!Felipe estalló en ira, gritando tan fuerte que incluso Clara levantó la cabeza para mirarlo.Emilia, asustada, ya no se atrevía a hablar, simplemente se quedó sentada en el suelo llorando, llenando la casa con sus sollozos.Clara frunció el ceño y le dijo a Felipe:—Creo que deberías llamar a su madre, seguro que sab
Emilia estaba a punto de gritar y llorar de nuevo, pero Felipe la detuvo: —¡Cállate primero!Gritó, sin darle una mirada extra a Emilia, dijo a Sofía:—Llévala a casa, no puede quedarse en el país. Yo arreglaré para que salgan al extranjero.Al oír esto, Emilia se quedó con los ojos bien abiertos: —¡No me voy al extranjero! No quiero ir al extranjero, buaa...Ahora mismo, aunque estaba con Felipe, no podía ganar su amor. Si se iba al extranjero, ¿tendría alguna oportunidad de acercarse a Felipe?—¡Prefiero morir antes que ir al extranjero!—Emilia seguía haciendo berrinches insoportables para Felipe.Viendo la vena en la frente de Felipe a punto de estallar, Sofía rápidamente arrastró a Emilia lejos y se fueron. Finalmente, la casa quedó en silencio, en el enorme salón solo quedaron Felipe y Clara. Felipe tenía el rostro tenso, con el ceño fruncido. Clara también fruncía el ceño, con una expresión sombría. Se metió un trozo de mandarina en la boca, masticándolo lentamente,