Inicio / Romántica / Amor Ardiente: Mi Esposa es Demasiado Dulce / Capítulo 33 No ensucies nuestras manos
Capítulo 33 No ensucies nuestras manos
Clara se acercó a una joven en las gradas y, con una sonrisa educada y refinada, tomó su pañuelo de seda.

—Disculpa, señorita, ¿puedo usar tu pañuelo un momento? Gracias.

Clara llevaba consigo un modulador de voz cuando se disfrazaba de hombre para el boxeo, así que lo usó y se oyó masculino.

El inesperado giro de los acontecimientos causó revuelo entre el público. La joven se ruborizó, visiblemente cohibida.

Clara regresó al ring con el pañuelo y rápidamente lo envolvió alrededor de su mano derecha. Alfa, frunciendo el ceño, aún no entendía qué estaba haciendo Clara cuando ella ya se había lanzado hacia él. Con una sonrisa desdeñosa, Clara saltó y golpeó la nuca de Alfa con un fuerte puñetazo.

Alfa, golpeado como si fuera por un martillo pesado, tambaleó hacia adelante más de diez pasos, casi cayendo. Antes de que pudiera reaccionar, Clara lo golpeó en la sien y luego Alfa cayó de espaldas al suelo.

El público se quedó atónito ante esta situación.

El árbitro intentó acercarse
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo