Cuando las mujeres regresaron a la habitación encontraron a Brit despierta, todos se alegraron dando suspiros de alivio. Margaret estaba emocionada de ver a su hija sana y salva, mientras hablaba con ella se sintió vigorosa nuevamente, pero sin olvidarse de regañarla por haberse dejado herir de esa manera. Su corazón se arrugó viendo su pálido rostro, lo acarició con cariño a la vez que decía con un tono suave “No vuelvas a arriesgarte de esa manera, ya ves que es muy peligroso”. Brit la miró pestañeando sus largas pestañas como una niña inocente que se le acusaba de algo que no había hecho.

Su madre continuó con la reprimenda en el mismo tono suave “Ahora me harás caso con el tema de los guardaespaldas y no quiero ninguna réplica ni negativa de tu parte ¿De acuerdo?”

Brit no tuvo más remedio que aceptar de mala ga