Pero ahora, ¿qué le había hecho a esta mujer?

El hombre no tenía expresión y sus ojos parecían estar cubiertos de pulgadas de nieve. Nadie podía ver a través de sus pensamientos.

“Ya puedes irte”. No fue hasta que la voz del hombre volvió a sonar que Sotiria se dio cuenta de que el hombre había terminado de ayudarla a limpiar su vestido y había tirado el pañuelo a la basura.

Aunque Sotiria estaba confundida, no se atrevía a permanecer ahí. Ella fingió una sonrisa, le dio las gracias, se dio la vuelta y estaba a punto de irse.

Tan pronto como dio un paso, el hombre dio un gran paso y apareció frente a ella de repente. Él envolvió su brazo derecho alrededor de su cintura y la abrazó.

¡Paf!

En el momento en que su cuerpo chocó con el de él, la mente de Sotiria se quedó en blanco y su corazón parecía haber dejado de latir. Unos segundos más tarde, el ritmo reanudó y se emocionó como el estruendo de un trueno por un momento.

El hombre no dijo una sola palabra. Sus pobladas cejas se f