Incluso Zachary, que nunca perdía el control de sus emociones, se veía evidentemente sorprendido.

“Señor Connor, encantada de conocerlo. A menudo escucho al Señor Valentine hablar de usted. El Señor Valentine dijo que se parece a él, pero siempre he sido bastante escéptica. Al verlo con mis propios ojos hoy, es verdad. Aunque soy muy cercana al Señor Valentine, si se paran uno al lado del otro, es posible que no pueda distinguirlos”. Una mujer que llevaba un vestido rojo sangre movió su esbelta cintura mientras se pavoneaba hacia Zachary como una anaconda.

El inexpresivo Zachary miró el rostro de la mujer aturdido. Había un atisbo de sorpresa en sus ojos habitualmente helados, que rara vez mostraban emociones.

Si Zachary estaba sorprendido, Charlotte aún más.

Charlotte miró el rostro de la mujer aturdida. Sus ojos estaban a punto de salirse de sus respectivas órbitas.

Aunque esta mujer se vestía descaradamente, tenía un maquillaje glamuroso y tenía un aire seductor que era muy dis