“¡Lory!”. Jebediah gritó a todo pulmón.

En ese momento, el corazón de Zachary se apretó repentinamente.

Sin embargo, su pie derecho solo se movió una pulgada al frente, y se obligó a retraer su pie abruptamente y solo miró con indiferencia mientras Jebediah levantaba a Lorraine del suelo.

¡Zas! La puerta de la sala se abrió de una patada.

Jebediah, que había salido de la sala con ansiedad mientras cargaba a Lorraine, se detuvo tristemente al ver la expresión despreocupada de Zachary.

“¡Zachary Connor! ¡Me siento mal por Lory! Su amor por ti realmente te importa menos que la mi*rda de un perro… Je… Hablando de perros, si ella hubiera arriesgado su vida para salvar a un perro en ese entonces, ¡creo que el perro la habría tratado mejor que tú!”.

El rostro de Zachary estaba inexpresivo, ya que la frialdad en la superficie había cubierto todas las emociones subyacentes.

Sin embargo, después de que Jebediah se fue, Charlotte captó claramente la culpa asfixiante que cruzaba por sus ojo