"Ahh...".

Los gritos sonaban como una sucesión de chillidos de cerdos. Eran tan fuertes que lastimaban los oídos de todos los presentes.

No venían de Zachary, sino de Bryson.

El intento de Bryson de apuñalar a Zachary fue rápido, preciso y despiadado, pero ni siquiera pudo ver cómo Zachary lo esquivó. Tan pronto como se recuperó del trance, el pie de Zachary ya había aterrizado contra su pecho.

Aunque Bryson era mucho más fuerte que un hombre común, no podía soportar una patada fuerte de Zachary. Cayó de espaldas sobre la cama, con sangre saliendo de su boca, y perdió la capacidad de luchar.

“¿Están todos sordos? ¡Se está interponiendo en mi camino, así que traigan su trasero aquí y amarrenlo!". La voz de Zachary era tan fría como una ventisca.

"Sí, Presidente Connor". Los dos hombres, que volvieron a sus sentidos, ataron a Bryson a la silla junto a la cama lo más rápido posible.

Los seis hombres poco atractivos atacaron una vez más a Tiffany, que estaba escondida en un rincón.