Ella tenía un miedo mortal de salirse del personaje, de que él descubriera que ella estaba fingiendo y... Bueno, ¡no podía soportar pensar en las consecuencias!

Por fin podía relajarse.

‘Zachary debe estar yéndose ahora que me dejó en la cama... ¿Pero por qué no lo escucho irse para nada?”.

En cambio, sintió que algo pesaba sobre la cama blanda: Zachary estaba sentado en el borde de la cama.

En este punto, Charlotte podía sentir una sombra que se cernía sobre ella a pesar de tener los ojos cerrados.

Entonces, Zachary presionó sus delgados labios contra la frente de ella.

Sus labios estaban un poco fríos.

Sin embargo, Charlotte sintió un calor ardiente. Al instante sintió como si lava caliente y fundida se hubiera esparcido por su piel desde donde se habían posado los labios del hombre. Podía escuchar su corazón, acelerando dentro de su pecho, como un caballo al galope...

"Buenas noches, mi niña". La voz del hombre era fría y magnética, como el sonido de una flauta en un glaciar