La sombra sobre sus ojos vaciló. Zenios le acarició gentilmente el hombro con la mano derecha. El calor de su palma trajo algo de calor al cuerpo frío de Charlotte.

“Respeto tu decisión, por lo que si insistes en irte, no te detendré. Pero hay algo que debo decir por tu bien, el de mi Segundo Tío y el mío. ¿Te lo puedo decir?”.

La melodiosa voz del hombre y sus cálidos labios rozaron suavemente el rostro de Charlotte. Ella sintió un leve hormigueo.

Charlotte suspiró. “Dime”.

“Sé que estás haciendo esto por el bien de mi Segundo Tío. Crees que lo salvarás al hacer esto, pero ¿alguna vez te pusiste en su lugar al considerar el asunto?”.

“No entiendo…”.

Solo entonces Charlotte levantó la cabeza y miró a Zenios. Con los ojos llenos de lágrimas.

“¡Estoy haciendo esto por su propio bien! Él es la figura más noble de Rothesay. Está bajo investigación por mi culpa. No lo van a dejar en paz a menos que me vaya. Lo perderá todo, incluso su reputación. Su madre y su hermana también fueron