Si la persona que les había hecho daño a ella y a su padre hubiera sido otra persona, ella podría vengarse.

Desafortunadamente, la persona que los había lastimado era la mujer que le había dado vida y la mujer amada por su padre. Ella no podía vengarse en absoluto.

Todo lo que podía hacer era asegurarse de que Kourtney se mantuviera muy, muy lejos de su padre para que nunca más pudiera lastimarlo…

“Señorita, ¿puedo hacer un comentario?”.

Una voz anciana resonó detrás de Charlotte.

Charlotte miró en dirección a donde se había ido el coche de Kourtney con lágrimas en los ojos.

“Adelante, Señor Gold”.

“Escuché sobre las cosas que Kourtney le hizo. Como mayor, le puedo decir que ella no es apta para ser madre. No le debe nada. No necesita mostrarle misericordia…”.

El Señor Gold habló con sinceridad mientras se acercaba a Charlotte.

“Señorita, son cientos de millones de dólares. Nadie lo consideraría un número pequeño. Además, ahora mismo no tiene un centavo e incluso ha recurrido