Zachary respondió sin dudarlo. “Naturalmente, le creeré a mi esposa”.

“Lo sabía, lo sabía…”. Lorraine cerró los ojos dolorosamente, dos ríos de lágrimas cayeron a borbotones sobre sus delicadas mejillas. “Jeje, me siento tan estúpida e ingenua. En ese entonces, cuando todavía tenía una imagen impresionante en tu corazón, también la favorecías y actuabas indiferente hacia mí sin importar lo que encontraras. Y ahora, seguramente le creerás incluso más que antes. ¿Qué soy comparada con ella?”.

Zachary le sonrió y no dijo nada, como si lo estuviera admitiendo con su silencio.

Lorraine luego continuó: “Por fin entendí que Zachary, quien me amaba, consentía y me consideraba como una existencia que era más importante que su vida, murió en el momento en que conoció a Charlotte, ¡y nunca volverá!”.

Zachary no respondió a ninguna de sus acusaciones. En cambio, se podía ver un rastro de desprecio entre sus cejas gruesas y oscuras.

Lorraine, que estaba llena de resentimiento, dijo de nuevo: “