El rostro de Charlotte se puso rojo cuando miró a Garrison con sus ojos claros llenos de culpa.

“Lo siento, Garrison. No esperaba que las cosas resultaran así…”.

“Recuerdo haberte dicho antes que nunca tienes que disculparte conmigo”. Garrison la interrumpió, sus hermosos ojos estaban llenos de tristeza y dulzura.

“Además, conozco tu verdadera identidad, por lo que, fundamentalmente, no eres mi esposa y no tienes que disculparte conmigo”.

La comisura de los labios de Charlotte se torcieron.

¡Garrison!

Él siempre había sido tan amable con ella, por lo que no podía odiarlo a pesar de que le había estado mintiendo estos 4 años.

“Está bien”.

Cuando él vio que Charlotte estaba a punto de decir algo, le guiñó un ojo y agregó: “Será mejor que dejes de hablar dada tu condición actual. Date prisa y vístete”.

“Bien…”.

Charlotte bajó un poco la cabeza y caminó hacia la puerta.

Lo que no notó fue que el rostro de Zachary se había vuelto tan oscuro como el fondo de una olla.

Aunque no p