“¿Qué tipo de… método?”.

Sotiria no tenía idea de cómo logró encontrar su voz.

“Necesitamos usar un método anticonceptivo para evitar que mi semen entre en tu cuerpo”, respondió Garrison con una mirada cálida en sus ojos.

Sotiria, cuyo rostro ardía como llamas, ahora estaba más roja que nunca como si estuviera a punto de explotar. Ella sacó la lengua. “Está bien, no soy una niña. Solo tenías que decirme que necesitábamos usar anticonceptivos. ¡No tienes que dejarlo tan claro! Sin embargo… no tengo nada de eso en mi habitación. Deberías buscarlo en tu habitación”.

“Tiria, planeé tener hijos contigo tan pronto como nos casáramos, así que nunca consideré usar anticonceptivos. Por lo tanto, tampoco tengo en mi habitación. Sin embargo, puedo ir a comprar unos ahora mismo”.

Garrison inmediatamente se levantó de la cama mientras decía esto. Rápidamente se vistió y pellizcó la mejilla de Sotiria.

“Regresaré pronto. Espérame en la cama”.

Garrison estaba tan ansioso por “hacerlo oficial”