Sotiria estaba parada frente a la puerta de una villa con una fina bata de hospital mientras el viento frío seguía rozando su frágil cuerpo.

¡Bum! Un trueno sacudió el cielo de diciembre y el granizo comenzó a caer desde arriba.

Su cuerpo estaba exhausto, sus piernas estaban débiles y estaba a punto de caer de cara sobre el suelo cubierto de granizo.

Sin embargo, el dolor que esperaba no llegó.

Un brazo fuerte se envolvió alrededor de su cintura cuando su rostro estuvo a punto de estrellarse contra el suelo y la levantó suavemente.

Ella vio un rostro impresionante a través de la brillante luz plateada. En medio de la nieve y el granizo, los ojos que la miraban parecían dos gotas de tinta negra y espesa que habían caído sobre un glaciar, y el aura regia y fría de un rey penetró su pecho y fue directamente a su corazón.

“¡Zachary!”. Sotiria lo llamó por su nombre y se sentó en su cama, solo para darse cuenta de que solo era un sueño.

Ella frotó su cabeza adolorida.

'¡Qué raro! A