Melisa decide buscar ayuda profesional para procesar sus sentimientos y superar la decepción de ver a Dominic con Kaida. Se siente un poco perdida y confundida, y cree que hablar con un psicólogo podría ayudarla a entender mejor sus emociones. En su primera sesión, el psicólogo la recibe con calma y empatía. "Hola, Melisa. ¿Qué te trae aquí hoy?", pregunta el psicólogo. Melisa comienza a explicar su situación, hablando sobre Dominic y Kaida, y cómo se siente al verlos juntos. "Me siento como si hubiera perdido algo importante", dice Melisa. "Aunque sé que Dominic y yo nunca estuvimos juntos, sentía que había una conexión entre nosotros". El psicólogo asiente y toma notas. "Es normal sentirse así, Melisa. Pero debemos explorar por qué te sientes tan conectada a Dominic. ¿Hay algo en tu pasado que te haga sentir que necesitas su aprobación o amor?", pregunta el psicólogo. Melisa piensa por un momento antes de responder. "Sí, creo que hay algo. Mi padre nunca estuvo muy presente
Dominic ve a Anthony y Melisa caminando juntos, de la mano. Se siente sorprendido y un poco confundido. No sabía que sus amigos estaban saliendo. Se acerca a ellos y los saluda. Anthony y Melisa se ven un poco nerviosos, pero sonríen y le dicen que están bien. Dominic les pregunta cómo empezó todo y Anthony explica que se dieron cuenta de que tenían sentimientos el uno por el otro después de pasar mucho tiempo juntos. Melisa agrega que se sienten muy felices juntos y que quieren ver hacia dónde va la relación. Dominic se alegra por sus amigos y les desea lo mejor. Pero, no puede evitar sentir un poco de tristeza. Siempre pensó que Melisa y él podrían ser algo más que amigos. Dominic se siente abrumado por sus emociones y, sin darse cuenta, permite que su lado lobo tome el control. Comienza a transformarse, su cuerpo se vuelve más fuerte y su instinto animal toma el mando. Anthony y Melisa se asustan al ver la transformación de Dominic y tratan de calmarlo, pero él ya no puede co
Melisa se siente un poco más aliviada después de hablar con el psicólogo. Comienza a darse cuenta de que ha estado comparándose con Sofía y que eso la ha estado haciendo sentir inferior. Decide que es hora de cambiar su enfoque y empezar a trabajar en sus propias metas y deseos. El psicólogo le asigna algunas tareas para que Melisa trabaje en casa, como escribir un diario y practicar la autoafirmación. Melisa se compromete a hacerlas y a regresar a la próxima sesión con un informe de su progreso. Mientras tanto, Melisa comienza a notar cambios en su vida. Se siente más segura de sí misma y comienza a disfrutar de las cosas que le gustan, sin compararse con los demás. También comienza a salir más y a conocer gente nueva, lo que la hace sentir más conectada con el mundo que la rodea. En la próxima sesión con el psicólogo, Melisa reporta sus progresos y se siente orgullosa de sí misma. El psicólogo la felicita y le dice que está en el camino correcto. Sofía y Melisa se sientan en la
Sofía se acerca a Dominic y le dice: "Dominic, eres más que un hombre lobo. Eres el elegido, el destinado a liderar a nuestra especie hacia un nuevo futuro". Dominic se sorprende, no sabía que Sofía conocía su verdadero destino. "¿Qué quieres decir?", pregunta. Sofía sonríe. "Has demostrado tu valentía y liderazgo en la batalla contra el Rey de los Lobos. Ahora es hora de que asumas tu lugar como líder de nuestra especie". Melisa se acerca y dice: "Sofía tiene razón, Dominic. Eres el único que puede unir a nuestra especie y llevarla hacia un futuro mejor". El padre de Dominic se acerca y dice: "Sí, hijo. Es hora de que asumas tu destino. Estoy orgulloso de ti". Dominic se siente abrumado por la responsabilidad, pero sabe que es hora de aceptar su destino. "Estoy listo", dice. "Estoy listo para liderar a nuestra especie hacia un nuevo futuro". Con la aceptación de su destino, Dominic siente un poder y una determinación que nunca había sentido antes. Se vuelve hacia Sofía, Melisa
Melisa, observaba con preocupación desde la distancia la batalla contra el hombre lobo. Su corazón latía con ansiedad mientras veía a sus amigos enfrentarse a un peligro tan aterrador y sobrenatural. Al ver que Rebeca y Carlos lograban neutralizar la amenaza y regresaban victoriosos al pueblo, Melisa corrió hacia ellos con alivio y alegría en su rostro. Abrazó a sus amigos con fuerza, expresando su gratitud por haber salido ilesos de la peligrosa confrontación. Sin embargo, la preocupación seguía latente en los ojos de Melisa, quien temía que más peligros acecharan en las sombras del pueblo. La noche guardaba más sorpresas y peligros, pero juntos estaban listos para enfrentarlos con coraje y determinación. A medida que Rebeca y Melisa se acercaban al final de su último año de escuela, la emoción y la incertidumbre llenaban sus corazones mientras contemplaban el futuro que les aguardaba en la universidad. Con sueños y metas brillando en sus miradas, las dos amigas compartían la emoció
Dominic suspiró y miró a su alrededor, asegurándose de que nadie los estuviera escuchando. "Es solo que... siento que algo está a punto de suceder", dijo, su voz baja y seria. "Algo relacionado con mis enemigos " Sofía se puso seria, recordando la conversación que habían tenido anteriormente sobre los enemigos "¿Qué crees que es?", le preguntó, su voz llena de preocupación. Dominic se encogió de hombros. "No lo sé, pero tengo un mal presentimiento. Necesito estar atento y protegerte a ti y a los demás". Sofía asintió, sintiendo un escalofrío en su espalda. "Estoy contigo, Dominic. Juntos podemos enfrentar lo que venga". Melisa observaba a Sofía y Dominic desde lejos, sonriendo al ver cómo se habían acercado. En realidad se sentía bastante celosa . Mientras los observaba, Melisa notó que la relación entre Sofía y Dominic parecía ser más que un simple romance. Había una conexión entre ellos, una química que no podía negarse. Melisa se sintió un poco sorprendida por esto, ya que s
El silencio fue incómodo. Dominic se sentó en el sofá, con la cabeza entre las manos. "No entiendo qué pasó", dijo. Melisa se sentó a su lado. "Lo sé, Dominic. Pero Sofía está celosa. Cree que hay algo entre nosotros". Rebeca y Carlos se miraron nerviosos. "¿Qué podemos hacer?", preguntó Rebeca. Melisa se encogió de hombros. "No lo sé. Pero debemos hablar con Sofía y aclarar las cosas". Dominic asintió. "Tienes razón. Voy a hablar con ella". Dominic se levantó y salió en busca de Sofía. La encontró en el jardín, sentada en un banco, llorando. "Sofía, por favor, habla conmigo", dijo Dominic, sentándose a su lado. Sofía se secó las lágrimas y lo miró. "No quiero hablar contigo", dijo. Dominic suspiró. "Sofía, por favor. Debemos aclarar las cosas. No hay nada entre Melisa y yo. Somos solo amigos". Sofía lo miró, su rostro lleno de dolor. "¿Por qué no puedes ver que te amo?", dijo. Dominic se sorprendió. "Sofía, no... no lo sabía". Dominic se quedó en silencio, sin saber qué d
Dominic pasó los siguientes días reflexionando sobre su decisión. Caminaba por el bosque, pensando en sus sentimientos por Sofía y en la tradición de la manada. Un día, mientras caminaba, se encontró con Sofía en un claro. Ella lo miró con ojos tristes y preguntó: "Dominic, ¿has tomado una decisión?" Dominic suspiró y se sentó en una roca, invitando a Sofía a sentarse a su lado. "No sé qué hacer, Sofía. Mi madre quiere que me case con una lobezna de una manada aliada, pero yo siento algo especial por ti". Sofía sonrió débilmente. "Yo también siento algo por ti, Dominic. Pero no quiero que te sientas atrapado por mí. Debes hacer lo que creas que es mejor para la manada". Dominic la miró, con los ojos llenos de emoción. "Sofía, no puedo imaginar mi vida sin ti. Quiero estar contigo, no con alguien que no amo". Sofía se acercó a él, con lágrimas en los ojos. "Dominic, eso significa mucho para mí. Pero debes hablar con tu madre y explicarle cómo te sientes". Dominic asintió, sabiend