Armando. Aparco mi coche en la residencia de los Úbeda. Me comunique en la mañana con David para reunirnos a conversar sobre los donativos de las dos Casa Hogar. Bueno solo es una excusa ya que necesito información básica para poder hablar con los Castillo, sé que será una noticia fuerte si compruebo que Carime es hija de la Señora Ivania. Javier logró recaudar información en el hospital básica en el hospital. Las grandes puertas de hierro se abrieron dándome paso. El señor David aparece junto a su señora esposa, ambos caminan hasta mí y me saludan estrechando su mano. —Hola Armando Bienvenido. —Hola David, hola señora Mireya gracias por la bienvenida. —Pasemos al jardín— Sugiere Mireya. David asiente dejando un beso en la mejilla de su esposa. Llegamos al hermoso jardín forrado de varios tipos de plantas hermosas de varios colores inclusive una valla repleta de Margaritas. Carime se volvería loca las hermosas Margaritas. —¿Jugo, Té o Café?—Me pregunto David sacándome se mis
Carime.Por la mañana desperté con un inmenso dolor de cabeza, todo me da vueltas. Me sujeto de la puerta del baño para no caerme, entro con dificultad al bañoObservo mi reflejo en el espejo, ojeras y rostro pálido, realmente me veo enferma.Cepillo mis dientes y luego entro a la tina a relajarme un poco, necesito sentir el agua sobre mi piel, mientras froto mi cuerpo lleno de jabón me sumerjo en mis pensamientos. Armando teme hablar de su pasado conmigo, sé que se enojó por haberle dicho lo de la tumba en el jardín, por esa razón se fue sin despedirse de mí, pero no importa que puedo hacer, si el no quiere hablar de su pasado debo averiguar por mi misma.Al salir de la ducha me seco el cuerpo, luego me aplico crema y aceite corporal para que mi piel no se ponga reseca, me pongo un conjunto de ropa interior de encaje que me compro mi esposo. Aún me intriga no saber cómo el conoce mis gustos, definitivamente Armando es un libro cerrado con llave de oro, es una jodida caja de sorpresa
ArmandoMi corazón retumba a mil al ver a mi Carime desmayarse en mis brazos, sentí que la sangre se me hervía por dentro.—¡Lárguense ahora de mi casa!— Grite furioso , apunto de golpear a estos desgraciados.—No puedes alejarnos de nuestra hija. Quieras o no, Carime lleva nuestra sangre y ella hará todo por nosotros.Rio a carcajadas. Hija, si como no.—Tu hija, lo dudo mucho.— Espete seguro, no sé qué mueca hicieron porque me encamine a las escaleras, para entrar a la habitación, necesito llamar al médico, tengo miedo que le pase algo malo. La depósito sobre la cama, acaricio su rostro, se ve pálida.—¿Qué tienes mi amor?Beatriz al verla desmayada se asusta, rápidamente marca el número de Taylor. —Señor, el médico ya viene.—¿Beatriz que mierda le dijeron ese par a mi esposa?—Cuestione con el alma en la boca. Sólo espero que no le hayan dicho alguna mentira más, porque me las pagarán.—Sólo logre ver a su madre llorando y suplicándole a la señora para que se vaya a los Ángeles co
Armando Mi corazón late con fuerzas, había pasado muchos años al no sentir nada, no sentía miedo ni siquiera me importaba los demás. Pero cuando decidí con llevar mi plan de venganza, el miedo, el temor empezaron a indagar en mi duro corazón, el amor que sentía por Carime era más fuerte que cualquier obstáculo en la vida, ahora me duele el pecho más al verla de esta manera.Taylor y Mario entran a la habitación, se acercan y le habla a Carime—Carime debe controlarse.—Cariza contrólate mi amor— le pido acercándome a ella.—¡No me llamo de esa manera! ¿Quiénes son ustedes? Voy a llamar a los guardias, ustedes me quieren hacer daño— Tiembla al hablar, sus manos están sudadas y sus ojos están rojos se nota asustada. Esto no debe estar pasando.—Armando debes soltarla, esta alterada, debe ser que se le ha venido un recuerdo de su niñez y eso provocó un cambio en su cerebro, ella piensa que es una niña, está sufriendo una alteración, está en la fase del recuerdo y eso es muy malo.No qu
Carime Me encuentro recostada en mi alcoba, mi mente sigue cavilando en esos dos nombre que resuenan en mi cabeza. Andrés y Perla, desde aquel día en el que me desmaye, y en el que llego la noticia de mi embarazo. Ya ha pasado un semana, pero me acuerdo que mi esposo me ha llamado Perla en ocasiones, será que él los conoce o sólo es algo que yo misma estoy creando en mi cabeza. Respiró frustrada de no saber que me está sucediendo últimamente, es mejor que deje de maquinar o el cerebro se me explotara en varios pedazos. Me tocó el vientre en la que crece el fruto de nuestro amor, lo siento por mi madre pero no puedo irme del lado de mi esposo, eso sería injusto. Lo bueno es que Armando les dio una fuerte cantidad de dinero el día de ayer, sólo espero que ella mejore con la quimioterapia y los tratamientos que recibirá en Nuevo Orleans. Aburrida decido en salir de mi habitación. Bajo las escaleras sin ánimos de nada, mi Bestia no está, se ha ido a una importante reunión con el señor D
> Carime. Armando entra a la habitación a toda prisa. Lo miro toda coqueta. —Gracias por traerme a la cama, estaba cansada y no quería subir las escaleras— Expreso mordiendo mi labio inferior. —Corazón me darás las gracias de otra manera, quiero escucharte gritar mi nombre— Susurra seductor. Por tan solo escucharlo se me moja más rápido la ropa interior de encaje, su modo de hablar de esa manera, coqueto y seductor provoca que miles de moléculas viajen por toda mi piel. Armando cierra la puerta de habitación le pone el seguro, se quita la molesta ropa quedando desnudo, mis ojos viajan por todo su dorso desnudo, sus enorme trasero y ni decir de su enorme pene ya listo para la batalla. —Todo eso me pertenece. — Murmuró elevando las cejas. —Soy todo tuyo mi amor. Recorro su bien formado y musculoso cuerpo, su gran miembro avivado sólo para mí. Viene hasta la cama se pone de rodillas, me qu
ArmandoUn molesto ruido provoca que me caiga de la cama, mi celular suena a punto de explotar mis tímpanos, por suerte Carime duerme como una jodida piedra. Me levanto del piso, recojo el móvil y antes de contestar se corta la llamada. Maldición, es una llamada de David.Observó la hora en la mesita, son más de las diez de la mañana.—¡Es tarde!—exclame entrando a tomar una ducha, se me había olvido que teníamos un asunto pendiente. Le devolveré la llamada.Por goloso me pasa todo esto, creo que el señor Jairo ya está enterado de la noticia, solo espero que lo tomen a bien. Aplico champo y jabón líquido por todo mi cuerpo desnudo, el aroma de mi mujer sigue impregnado en mi piel. Pensar en las cosas de ayer me pone como una jodida caldera.La noche de ayer la pasamos entregándonos como dos conejos sin descanso, las posiciones que mi esposa quiso probar me dejo súper rendido, me pregunto si el embarazo la tiene así. Mi pene se pone duro al momento de sentir sus manos posarse en mi fu
ArmandoCansado de todo esta m****a decidí en irme de la casa del David, se que los señores Castillo no tienen la culpa de esto, aunque ellos deben tener paciencia, ya que quieren llevar todo a la ligera. Suelto un bufido de cansancio manejo a toda prisa, mientras tanto pienso en como mi esposa reaccionará en cuanto descubra quiénes realmente son sus verdaderos padres.Llegue a la casa con el corazón a mil, todo lo dicho en la casa de David me desconcierta, si bien yo deseo que ella sea feliz pero por ahora no podemos decirle nada, o saldrá lastimada y es lo que menos deseo.Cuando entro a la casa me encuentro con Beatriz limpiando la sala con la aspiradora.—Señor, ya ha vuelto— dice sonriente como siempre.—¿Mi esposa está en la habitación?—preguntó viendo para todos lados.—Sí señor, hace un rato pidió Jugo y frutas, debe estar leyendo como suele.—Bien—digo subíendo los escalones, entro a la habitación y la veo de pies en la gran ventana, las cortinas están corridas, al parecer no