— ¡Ja, ja, ja! Claro que nunca has visto algo como esto. Es un caballo árabe. Es una joya que me costó una fortuna para mi nieta. ¿Sabes cuánto mide? Ciento cincuenta y siete centímetros, todo un gigante dentro de su raza. Y más importante todavía, tiene diecisiete costillas y cinco vértebras lumbares. Algo así es muy poco común, por eso es que tiene la cola tan parada y se lo voy a regalar a mi niña por su cumpleaños.
El señor Thomson estaba muy alegre, jovial y conversador, algo que no era muy común, ya que se enojaba muy fácilmente con cualquier problema y teniendo tantos negocios y propiedades, los problemas eran casi diarios. Tomó al joven por el brazo y lo condujo fura de las caballerizas.
—Mira —dijo señalando un espacio vacío—. Allí es donde mandaré a construir un lugar sol
Otra cosa era su carácter siempre cambiante por culpa de los negocios, cosa que se tomaba muy en serio. Si se le molestaba con cualquier nimiedad cuando estaba enojado, era capaz de golpear él mismo al desdichado con una fusta para caballos que eternamente llevaba en su mano izquierda, mientras en la derecha portaba el bastón de madera negra tallada, el que usaba cuando le dolía caminar.La señora y esposa del señor Thomson era muchísimo más joven que él. Después que la primera falleciera, el señor se tomó unas largas vacaciones de cinco años sin estar comprometido sin mujer alguna, aunque se decía que visitaba a menudo un burdel de categoría en la capital del país, donde tenía una amante francesa de dieciséis años que le hizo perder su equilibrio financiero en cuanto a gastos. Luego se apareció un día con la señora Beatriz
—Hace unos años tuve una novia y usted se le parece mucho, sobre todo en los ojos, si me disculpa la comparación. — ¿Dónde, en las minas? Charley se sorprendió que la señorita supiera que él había trabajado en las minas. Entonces dedujo que el abuelo se lo había dicho. —Sí, en las minas. — ¿Era trabajadora de allí? —insistió en el tema, con la curiosidad propia de una adolescente que no sabía nada de ese mundo. —No, en las minas no trabajan mujeres, no aguantarían ni una semana.— ¿Cómo qué no? El trabajo no puede ser tan duro como para que una mujer no pueda hacerlo. Nosotras podemos hacer de todo. En Paris las mujeres hacen exactamente las mismas cosas que los hombres, trabajan, pintan, conducen autos y hasta tienen negocios. &
. Cuando terminó faltaban unas dos horas para amanecer, así que se tendió sobre los cuadrados de heno y descansó hasta que comenzara la jornada. Sabía que no iba a poder dormir por el esfuerzo realizado y por la excitación de los sentidos, pero a cambio se sintió como nunca antes, ni siquiera cuando imaginó ser el dueño de medio mundo. En el momento que se enfrentó al asesino de Estrellita no sintió ningún placer, el dolor de perderla no le permitió concentrarse en lo que sentía por matarlo. Además, estaba motivado por la venganza e inconscientemente le atribuyó las ansias de matar a ese sentimiento. Ahora había sido distinto. La acción no estaba justificada del todo. De hecho, se podía haber solucionado de otra manera, pues la acusación era fácil de rebatir y el anciano siempre iba a estar de parte de su nieta. Pero desde q
Con esa enorme fortuna pasaría de ser un mísero aprendiz a ser el más grande de todos los tiempos. Su nueva posición de millonario sería el acomodo perfecto para disfrutar lo que era, así tendría a su alcance todos los medios para hacer de su talento oculto y prohibido, la luz que despojara al mundo de la maldad oculta en los seres que eran títeres de las fuerzas oscuras. Respaldado y protegido de la sociedad por su dinero y posición, se mantendría oculto de los que no podrían entender el papel que él tenía en este mundo de idiotas que se conformaban con ser meros seres humanos, cuando podían ser como él, el reflejo de un dios o llegar incluso a ser un Dios él mismo. Quizás fundaría una nueva religión donde todos fueran sus soldados y mandaría sobre ellos como mismo hacía la voz con él.No estaba equivocado. En
Allí, en la comodidad de su cama, calculó que la distancia del túnel debería ser de unos ciento cincuenta pies con una inclinación de quince grados. De lo contrario tendría que hacerlo o muy largo o muy inclinado. Muy largo dilataría mucho el trabajo y muy inclinado sería imposible para él solo al momento de sacar la tierra escavada. Tenía que empezar y terminar la obra desde el lado opuesto al lugar de la entrega para no dejar pistas que pudiese llevar a alguna sospecha. Llegó a la conclusión de que no necesitaría de pilares de soporte para algo así, porque haría el techo del túnel en forma de arco, para que el peso de la tierra sobre él se dirigiera hacia los costados y no sobre el vacío. La excavación sería un poco incómoda por la estreches que quería darle, a fin de prescindir de maderos que harían muy trabajosa la
La búsqueda en la propiedad duró tres días, luego se extendió a las vecinas con la colaboración de sus dueños, que pusieron recursos y personal para ayudar. La policía averiguó entre todos los trabajadores y después en los pueblos vecinos y en la ciudad. La mayoría de los empleados estaban sumados a la búsqueda y el señor Thomson no se apartaba de la policía. Charley estaba a punto de aparentar descubrir la nota de los captores que Jacob había pasado por alto, aunque sabía que si lo hacía, atraería hacia sí las sospechas. Por suerte Jacob encontró la nota que sobresalía un poco de la alforja que colgaba en los establos y se la llevó al señor de inmediato. Entonces la policía abrió un proceso de investigación por secuestro y extorción y cerró la de desaparición. Establec
Al día siguiente se aparecieron los empleados de la casa de subastas con uno de sus directivos y se llevaron más de la mitad de los caballos. El señor Thomson adoraba a sus corceles, pero más adoraba su dinero y sus propiedades. Se trazó un plan para deshacerse de todas las cosas posibles sin tener que tocar sus reservas de oro en el banco ni vender ninguna propiedad. Ahora que la vida de ambos jóvenes corría peligro, la familia real de Holanda tendría que poner parte del rescate o no se lograría nada con los raptores. La policía tenía mucha confianza en que se recuperaría el dinero después de la entrega e insistían que el metal fuera la mayor cantidad posible del rescate, para dificultar la huida de los malhechores y propiciar la persecución por parte de las autoridades. Nadie podría marcharse con esa cantidad absurda de oro sin ser visto y perseguido
Sabía que mientras más caos y desorden hiciera, más oportunidad tendría para aumentar el tiempo de huida. Se sentía indetenible, implacable. Él solo se burlaba de todo un cuerpo de policía y de un millonario con cientos de hombres buscándole. Creció más de lo que cualquiera hubiese crecido con sus limitaciones. Era un verdadero guerrero, marcado para dirigir en lugar de seguir. Ya ni siquiera pensaba en el reconfortante fuego que consumía la materia en sus aburridas tardes en su lugar de nacimiento, ni el retorcido gusto por ver los restos mutilados por el tren. Ahora la satisfacción tenía que salir de sus manos, crear él mismo el destino de los demás, no recrearse en las consecuencias de actos fortuitos o en la mala habilidad de escapar de un viejo borracho ante los incendios provocados y que se asó ante sus ojos en medio de gritos escalofriantes. Ya no veng