EL ATAQUE

CAPITULO 6

EL ATAQUE

La conversación con la dueña de la tienda esotérica me dejo perturbada, estaba convencida que las personas en este pueblo no estaban bien de la cabeza, ¿Qué significaba ser la hija de la luna?, ni siquiera entendía porque me hacia esa pregunta una y otra vez.

Después del loco día que había tenido regrese a casa con los niños, Harry se encontraba mejor de su fiebre y Kelly y Andrés se sentían felices al verme, los niños se habían convertido en poco tiempo en mi prioridad y aunque no sabía si lo que aquella mujer me había contado sobre el suicidio de sus padres era cierto, me dejaba claro que la razón por la que me encontraba en este extraño pueblo era para proteger de ellos, cenamos juntos e incluso se me ocurrió jugar un juego de mesa con los más grandes mientras la pequeña rubia nos miraba sonriente desde su  silla.

—No deseo que tengas problemas por mi culpa, nuestra familia paterna no es fácil. Madre discutía mucho con ellos por pensar que tenían autoridad sobre mi —comento Harry preocupado.

—No debes preocuparte por nada ¿ok? Me encargare de todo, incluso de tu familia paterna.

—¿Fuiste por el libro?

—¿Quién te hablo de ese libro? Puedes confiar en mí, soy tu tía.

—Escuche a mamá hablar con la dueña de la tienda sobre el libro que debía entregarte, quiero crecer junto a mis hermanos, llevar una vida normal como soñaba mamá —dijo con mirada entristecida.

—Les prometo que crecerán juntos y que llevaremos una vida normal, por lo menos intentare ser una buena tía.

—Ya eres una buena tía —expreso sonriente —. Mamá siempre dijo que nos enamoraríamos de ti al conocerte. Ella confiaba en ti y yo también lo hago.

Tome sus manos con fuerza, prometiendo aquella noche que haría todo lo que este a mi alcance por darles una buena vida, por protegerlos y educarlos con valores y amor, no me importaba lo que su familia paterna intentara hacer para desequilibrar mi convivencia con estos tres niños, desde que llegue a este pueblo lo único que tengo claro es mi papel como tía y tutora legal de mis niños, pelearía con garras de leona si fuera necesario por proteger de ellos.

Aquella noche Kelly me abrazo con ímpetu antes de dormir, su ternura me llenaba de fuerzas para seguir en este nuevo rol, arrope el cuerpo de Andrés ya dormido y apague el video juego que estaba encendido, saliendo de su habitación silenciosamente mientras revisaba que Harry no tuviera calentura, apague la luz de su habitación y baje a terminar de ordenar la cocina, escuche una botella rota fuera de la casa, lo que causó cierta curiosidad en mí, tome un cuchillo y Sali a las afueras del jardín observando la botella rota, sentí una presencia oculta entre los arbustos.

—¿Hay alguien allí ? —grite —le advierto que tengo un arma.

De la oscuridad pude ver dos ojos reflectante de un animal de gran tamaño y pelaje negr0 brillante, quien al ver que mis pasos retrocedían con rapidez corrió hacia mi humanidad, tropecé cayendo al piso donde observe aquel gran animal abalanzarse hacia mí, mientras cerré mis ojos y tape mi rostro con mis brazos, escuche aquel lobo aullar de dolor, al abrir los ojos estaba un hermoso lobo blanco mordiendo el cuello del que pretendía atacarme, quizás en ese momento debí correr hacia el interior de la casa, pero mi cuerpo temblaba que me era imposible moverme, miraba perpleja la pelea entre ambos lobos ¿era posible esto?, el tamaño de ambos era abrumador, la fuerza y la destreza que poseían parecía irreal, el lobo blanco tenía más poder, sus grandes y filosos colmillos entraban en el cuello del intruso, hasta que corrió a gran velocidad adentrándose en el bosque, su pelaje brillaba tanto como una estrella en la oscuridad, sus ojos azules se encontraron con los míos, acercándose lentamente a mi cuerpo tembloroso, su fría nariz acaricio lentamente el muslo de mi pierna desnuda, mientras que su lengua seco la sangre que recorría mi rodilla rota.

—Babi —gritaron los niños desde la ventana, mientras mi mano intentaba tocar el pelaje de aquel hermoso lobo, que huyo inmediatamente.

Entre a casa abrazando a los niños, quienes arroparon mi cuerpo temeroso con una manta.

—¿Estas bien? —pregunto preocupado Harry —. Debes leer el libro.

—Estoy bien niños, solo fue un susto.

—Estas herida —dijo Andrés nervioso.

—Es superficial cariño —acariciando su hermoso rostro —. Los acompañare a su habitación, ya es tarde.

Andrés me miro con cierto temor, mientras arropaba su cuerpo.

—Estoy bien, te acompañare a tu habitación —encontrándome a Harry en el pasillo —. Espero encontrar algo para espantar esos animales, mantenerlos lejos de la casa.

—No son solo animales, son hombres lobos —susurro apretando sus puños.

—¿Hombres que?

—Lee el libro —corriendo a su habitación.

Tome el paquete que yacía sobre mi cama, analizando la portada de aquel libro con cubierta de cuero rojo y grabados en dorados con la figura de un lobo.

Me introduje en la lectura, hablaba de los hombres lobos que durante siglos han albergado estas tierras, la guerra que siempre ha caracterizado a esta raza entre ambos bandos por lo cual se dividió el pueblo en dos, y el nombre de una de las manadas llamo mi atención pues esa frase estaba escrita en el cartel que reposaba en la entrada de la que ahora era mi hogar ¡MANADA HERMANO GRIS!... mordí mi labio inferior, no podía creer toda esta fantasía que narraba de manera empírica estas viejas hojas, pero la característica de los animales era exacta a los que había visto pelear en el jardín de la casa.

Me quede dormida en medio de la confusión despertando después de una pesadilla reviviendo todo el caos de la noche anterior, Harry me miraba parado desde el pie de la cama.

—¿Te iras? —pregunto preocupado —. Entiendo, pero Kelly creo que se ha encariñado contigo.

—Ven —apartando la manta para que se acostara a mi lado —. No iré a ningún lugar —. No sé si todo lo que ese libro narra es cierto, es más fantasía que vida real.

—Es verdad Babi, papá era el Alpha de la manada hermano Gris, algún día tendré que tomar su puesto. Odio convertirme en uno de esos monstruos, odio ser uno de ellos —abrazando con fuerza mis piernas —. Quiero ser un humano normal.

—Cariño —acariciando sus cabellos —. No debes odiar quién eres. Mírame —alzando su mirada —. Eres un ser humano hermoso, Dios tiene un propósito para cada uno de sus hijos en la tierra, no importa si tienes habilidades diferentes a los humanos, estaré aquí para apoyarte y asegurarme que usaras todas esas habilidades para ayudar a otros. Es como ser un súper héroe —bromee —. Todo esto es nuevo para mi, pero te juro que me nutriré de todo el conocimiento sobre esta especie, siempre estaré con ustedes y los protegeré de todo aquel que quiera lastimarlos.

—Eres la mejor tía del mundo —abrazándome con fuerza.

El timbre de la casa no dejaba de sonar con gran furor, la bocina de un auto no paraba de sonar.

—Son ellos, es la manada de papá.

—Ve con tus hermanos —dije con seguridad mientras me vestía.

—Ellos no están contentos con la decisión de nuestros padres, dejarnos a tu cuidado.

—Lastima por ellos, legalmente ustedes están a mi cuidado y eso no cambiara.

Baje abriendo la puerta, encontrándome a varios hombres entre ellos a Dante.

—¿Nos permites unos minutos? —dijo mirándome.

—¿Son las 6:00 Am, los niños duermen.

—No estamos aquí por los niños —grito uno de ellos, quien note tenía heridas recientes en cuello y pecho —. Estamos aquí para llevarte a la montaña para que hables con el chaman.

—Marlon —intervino Dante —. Discúlpalo, no tiene buenos modales, mi tío el chaman amerita hablar contigo.

—Ya sabes donde vivo, si quiere hablar conmigo tendrá que venir a mi casa.

—¿Cómo te atreves? —grito Marlon.

—Bajas la voz, estas en mi casa —subiendo el tono de voz —. Les aclarare que no obedezco ordenes de nadie, mucho menos de unos pendej0s hombres, que creen que por ir al gimnasio intimidan a una mujer, dile al abuelo de los niños que puede venir el sábado —cerrándole la puerta en la cara.

Masajee mi cuero cabelludo para mantener la cordura, estaba segura de que aquel hombre con heridas en el cuello y pecho fue ese hombre lobo que me había atacado anoche y la única razón por la cual vino anoche hasta la casa fue para asesinarme porque soy la única barrera entre ellos y los niños.

—¿Ya lo sabe? —pregunto María.

—¿Saber qué?, supongo que es usted uno de ellos.

—Uno de ellos me hizo esto —apartando el cabello que tapaba la mitad de su rostro —. Su hermana estaba segura de que usted era la única mujer capaz de cuidar de sus hijos, era difícil para ella separarlo de esos hombres, de su chaman, de sus planes con Harry, pero un día escribió una carta para su hermana, tomo decisiones difíciles, pero guiadas por el amor que sentía por sus hijos.

—¿Usted sabía lo que hizo?

—Lo único que hizo fue apartarlos legalmente de todos ellos.

—Anoche me atacaron, estoy segura que fueron ellos ¿Me quieren muerta?

—Quizás solo querían asustarla, pero no imaginaron que usted tenía un guardián.

—¿Cómo sabe que alguien me protegió?

—Porque de no ser así, usted hoy tendría una cicatriz parecida a la mía.

—Protegeré de mis sobrinos, no me importa que en un futuro sean lobos o vampiros, pero ahora son niños y cuando llegue el momento de convertirse en uno de ellos, será bajo su propio criterio.

—Esas decisiones pueden molestar a la manada. Quizás alguien del otro lado del pueblo pueda proteger de los cuatro.

—No conozco a nadie de la otra manada.

—Quizás si lo conoce, solo que en su forma humana.

Las palabras de María me hicieron analizar aquel lobo guardián, sus ojos azules eran idénticos a los de Kay Silvert.

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