—Sabemos lo difícil que debe ser para ustedes dos, pero de verdad, tienen nuestro más sincero agradecimiento.

—No tiene por qué, cualquiera hubiera hecho lo mismo para proteger y mantener estable a Gaia.

Asienten con la cabeza y luego nos dicen que nos van a dejar solos, antes de irse, Reese me ha besado y abrazado, me ha susurrado lo mucho que me ama y que lamenta que tenga que pasar por esto, para aliviar su dolor y preocupación, le dije que todo saldría bien y que estamos haciendo esto por un bien mayor. Dicho esto, ha salido de la habitación, dejándome sola con la hiena.

—Menos mal que ya se ha ido, ya me había empezado a dar nauseas sus muestras de afecto— Suelta una risa extraña. —No entiendo cómo es que ustedes soportan estar tan melosos, es tan asqueroso ver esas parejas enamoradas.

Pongo los ojos en blanco y camino hacia el pequeño cuarto seguida de él, todos los vellos de mi piel están erizados y tengo los nervios a un punto máximo que no puedo dejar de temblar. Apenas atrav