Rezef miró a Tabitha con curiosidad, hablándole de inmediato por su enlace mental. « ¿Qué crees que estás haciendo, Tabitha? ¿Por qué interrumpiste nuestra conversación? » , le preguntó Alfa Rezef fríamente, por medio de su enlace mental. Ella intentó ocultar su incomodidad. « Nada en particular… Es tema urgente de la manada… » , respondió Tabitha casi de inmediato. —Ja~ aquí parece que una futura pareja no puede tener privacidad~ —comentó descaradamente Reina Dayan (Maray). ¡De inmediato captó la atención de Tabitha y Rezef! Ambos la veían sorprendidos. Maray se retiró lentamente, no sin antes apartar a ese Alfa de su lado con una caricia seductora en su pecho y ver de reojo a Tabitha. —Si quieres, podemos continuar nuestra conversación privada, en mi habitación~ Alfa~ —susurró ella, coquetamente. Tabitha gruñó, viendo cómo Maray tocó a Rezef y se alejó dejándolos a ambos en la zona de la piscina. Alfa Rezef se quedó confundido, viendo la sensual silueta trasera de
—¿A raya? —le preguntó Alfa Rezef—. Tabitha es mi prometida. Volverá a ser mi pareja después de ti, a no ser que encuentres a mi verdadera Luna; por supuesto, por el momento no estaré con ella por respeto al trato contigo, pero no te ilusiones, tú nunca podrías- PUF~ La Reina de Cielo Esmeralda, empujó a Rezef con fuerza, cuando él le dejaba en claro su relación. "¡Maldito lobo, es inútil hablar con él!" "¡No me interesa la m@ldita posición de tu verdadera! ¡Solo exijo respeto!" Pensó Maray frunciendo el ceño, mientras mostraba sus colmillos con molestia a ese alto hombre lobo. —¡Lárgate de mi habitación! —señaló ella con su brazo hacia la puerta. —¿Irme?~ —sonrió Rezef altivo— Es mi mansión. ¿Por qué me iría? —¡Si no te vas, me voy yo de aquí con mis cachorros! La amenaza de esa mujer loba no fue nada bien recibida por ese Alfa, que rápidamente volvió a acercarse a ella tomándola de las muñecas e intentó acorralarla… Pero… ¡PUM! En un rápido movimiento, Maray i
Maray no tenía tiempo para intimar con ese lobo, en menos de media hora la poción iba a perder su efecto y ella volvería a su aspecto físico verdadero. Tomar otra dosis tan rápido, podría ser letal… —¿Ahora sí quieres ser tocada? —le preguntó él, con total incredulidad, pero teniendo curiosidad por el "juego" de esa Reina. Maray apoyó una de sus rodillas en el sofá, subiendo seguidamente la otra, ella quedó sentada sobre él, con una pierna a cada lado, viéndolo de frente. Rezef no entendía qué diablos pasaba por la cabeza de esa loba y hechicera de la manada "Cielo Esmeralda". Primero ella lo rechazaba y ahora, ¿correspondía…? Maray comenzó a quitarse la bata blanca que cubría su cuerpo… Únicamente llevaba puesta esa prenda encima, lo que mostró de inmediato su cuerpo desnudo, uno que por supuesto, estaba alterado (no lucía como su verdadero cuerpo), esto, por la poción que consumía. Engañando a la vista de todos, menos la de ella. Una poción que causaba una ilusión… Pe
•••••••••• Hace 10 años atrás: •••••••••• El extenso territorio de la manada de "Noche Carmesí" se extendía entre la espesura del bosque, un lugar casi mágico y lleno de misteriosas montañas y cuevas. En el corazón de lugar, se encontraba la majestuosa mansión de la manada, una antigua, rodeada de altos árboles frondosos, su imponente estructura y decoración así como sus tonos opacos, añadían un ambiente frío y lleno de misterio. Un sector boscoso y colinas montañosas de rocas se extendía a lo largo de la mansión, dividiéndola del resto del pueblo de ese territorio de hombres lobos. El pueblo tras esa división boscosa con la mansión, era un lugar sencillo, humilde, lleno de un encanto natural mezclándose con el vivir de la naturaleza. Casas de madera y cabañas se agrupaban en armonía, creando una atmósfera acogedora y pacífica. En medio de tal belleza, la loba Alfa Ginne, se encontraba en el jardín de la mansión. La tarde gris y ventosa de inicios del otoño, era bastan
—¿Débiles?, ellos tienen astucia y un incómodo sistema de protección en su territorio, fuera de él, si… Supongo que lo son. Rey Alfa Dalton, vió con desprecio y cero humildad a su Beta. Estaba muy seguro que podría contra Rezef… PERO… Dalton era un macho muy protector que no quería daños en sus lobos, después de todo, el don de la diosa que se les concedió fue el de "un escudo de protección a los suyos". Uno que solo podía utilizar el Alfa y su descendiente cuando tome su lugar… Solo había un problema. ¡Dalton ya era un lobo maduro! ¡Uno que NO HABÍA encontrado a su mate! Uno que intentó reproducirse con lobas distintas de la manada, pero vergonzosamente fracasó sin preñar a ninguna con éxito. ¡NO TENÍA NI PODÍA TENER DESCENDENCIA! Sin embargo… Su Linaje no estaba complemente muerto. Existía un lobo macho de su rama principal, que podría aparte de él, tomar su lugar… Era solo que… ¡ALFA DALTON TENÍA Y QUERÍA MATARLO! •••••••••• ✧✧✧ Tres días después. ✧✧✧
Con paso firme la Reina de Cielo Esmeralda, se acercó a Rezef y extendió la pluma hacia él, solicitando su mano izquierda. Alfa Rezef, curioso por la situación, extendió su mano sin vacilar, intrigado por lo que estaba a punto de hacer esa Reina. Maray tomó la mano de ese Alfa, entre las suyas, sintiendo la calidez de su piel… Ella tragó saliva un poco nerviosa. ¡Sentía una emoción electrizante recorrer todo su cuerpo de la cabeza a los pies! Su corazón latía aceleradamente. Sabía que no era otra cosa que sus instintos, que esa especial conexión de mates a la que ella era muy sensible. ¡PERO TENÍA QUE CONTROLARSE! Con movimientos precisos, esa mujer loba de cabello falsamente oscuro, comenzó a grabar con la afilada punta de la pluma alrededor del dedo anular izquierdo de ese alto hombre lobo. A medida que la punta de la pluma rozaba la piel de él, Rezef no pudo evitar hacer un gesto de incomodidad, pero se mantuvo en silencio, cautivado por el misterio de ese mome
Seguidamente, los Betas llegaron portando un tazón de oro puro, preparándose para llevar a cabo la unión y el pacto de sangre que conectaría a las dos manadas. Dando inicio a la nueva alianza para vencer a su poderoso enemigo en común "Garra Dorada". ………. Más tarde esa noche, en el apogeo de la fiesta. El ex Alfa, Richard, el padre de Alfa Rezef, se encontraba en la sección del bar hablando con Tabitha. Él observó cómo ella bebía sin control, sumergida en un mar de emociones, con una clara expresión de tristeza y desagrado. Mientras tanto, Alfa Rezef bailaba con Reina Maray, en el incómodo primer baile de casados. Los mellizos disfrutaban de su comida en una de las mesas, acompañados por los Betas y Liza, la esposa Omega de Beta Aiden de Luna Plateada. Richard, ese lobo maduro, se acercó a Tabitha con una mezcla de preocupación y comprensión. Él se sentó en un banco frente a la barra, junto a Tabitha. —Sé que amas al Alfa —comenzó él hablando—. Lo amaste en el pasado y
La noche en todo su esplendor, seguía siendo testigo de la festividad ceremonial, en ese salón especial de la manada "Luna Plateada". La pareja recién casada, se debía retirar para seguir con su ritual de unión, esto en una hermosa cabaña no muy lejana del salón ceremonial, ubicada a la orilla de un lago. Reina Maray, envuelta en una mezcla de emociones, estaba de pie en el lujoso baño de la cabaña. Ella observaba su reflejo en un largo espejo. Su verdadero físico… Su verdadero cabello largo, ondulado, de un hermoso pelirrojo que resaltaba como fuego. Su tez blanca ligeramente colorada, dando un hermoso tono rojizo a sus pómulos, sus grandes senos bien desarrollados y sus seductoras caderas de buen tamaño. Ella suspiró y sacó un frasco. Nuevamente tenía que tomar la poción, no se iba a arriesgar a que ese Alfa la reconozca en medio ritual de apareamiento para consumar el matrimonio. A diferencia de sus lobos en la manada Cielo Esmeralda, que solo debían tomar la poción una