CAPÍTULO 83: RECONEXIÓNGaiaHablar con mi padre otra vez… nunca pensé que algo así pudiera hacerse realidad. Sé que suena a una locura fantástica, pero la ilusión de volverlo a ver, aunque solo sea por unos minutos, me llena de una alegría inimaginable.Dejamos salir a Kalixta de la prisión. Nikolai está seguro de que sí se trata de ella aunque su aspecto físico ha cambiado. Y la verdad es que yo también siento lo mismo.Le llevamos hasta una habitación para que pueda cambiarse y descansar. Después de tener los estómagos llenos y asegurarme de que mi bebé está bien, lo dejo al cuidado de Karine para poder realizar el hechizo.—Usaremos el poder de la luna a nuestro favor, estoy muy débil como para solo usar el mío —explica.Draven, Kato, Nikolai y yo le seguimos a través del bosque hasta llegar a un gran claro cubierto de pasto nevado. La luna llena se alza, redonda, brillante y mística como todo lo que rodea a nuestro mundo.Kalixta me guía al centro del claro y aprovecha la nieve p
CAPÍTULO 84: LA VISIÓNGaia—¡Kalixta, apártate! —exclamo.Ella apenas alcanza a agacharse cuando el extraño lobo se abalanza hacia ella, pero consigo llegar a tiempo. Me arrojo sobre él y enseguida nos convertimos en una especie de bola de pelos rodando por la nieve y dejando un surco a nuestro paso.Si mi condición no estuviera tan débil acabaría con él de una sola mordida, sin embargo, los estragos del hechizo comienzan a evidenciarse de inmediato en mi cuerpo. El lobo deforme me ataca con un zarpazo. Aúllo de dolor, mas no me detengo a dejar que me siga atacando. Mis garras y colmillos también desgarran su carne. Su sangre negra mancha mi pelaje blanco, y aunque la impresión de ver a esta cosa me deja un poco paralizada, no puedo detenerme en este momento.La criatura vuelve a arremeter contra mí, esta vez le empujo con fuerza contra un árbol. El tronco se quiebra en el proceso y le cae encima aplastándolo contra el suelo. Por un momento se queda atrapado allí, removiéndose como u
CAPÍTULO 85: MOONLIGHTGaiaLas horas pasan y la herida en mi hombro no parece tener intenciones de sanar por sí sola. Es extraño, porque la debilidad del hechizo ya se ha disipado casi por completo. Nikolai y yo hemos intentado avanzar un poco por el lugar, pero debido a que estoy muy malherida, en realidad casi no hemos recorrido nada para volver.—Esto es inútil, no creo que haya una salida por este camino —me quejo luego de un rato.—Si nos detenemos, nunca lo sabremos —refuta con una voz firme pero tranquila.Me siento sobre una roca con la respiración agitada, ya no puedo avanzar más.—¿Estás bien?—No, no lo estoy. Necesito volver al castillo antes de que esas cosas se atrevan a hacerle algo a mi hijo.—Sigues llamándolo solo tuyo, es nuestro, Gaia —protesta él acercándose a mí.Le miro desafiante, pero no me atrevo a contradecirlo en este momento.—¿Qué te dijo tu padre en la visión de la bruja? —pregunta de pronto.Con todo el revuelo de lo que sucedió, ni siquiera me detuve
CAPÍTULO 86: VENGANZANikolaiVolvió a ser mía.Gaia cedió al deseo que siente por mí, el que sabía que nunca se había ido. Por un momento pensé que no funcionaría, pero mi energía le curó la herida del hombro por completo. Lo que sucedió después pasó solo porque ella lo permitió.Sentirla temblar bajo mis muslos, gemir mi nombre y jadear poseída por éxtasis de mis besos corrió por su cuenta.Quedó tan agotada por la intensidad de nuestra pasión que ahora duerme plácidamente a mi lado, completamente desnuda y en mis brazos.—Gaia —susurro—, lubina, debes despertar.Ella abre los ojos con suavidad. Nuestras miradas se encuentran y por un instante ella sonríe. Hasta que se da cuenta de que está desnuda a mi lado.Se levanta cual resorte y se cubre el cuerpo con las manos.—¿Qué pasó? —pregunta, algo desorientada.—¿Cómo que qué pasó? No me vas a decir que no sabías lo que hacías.Sus mejillas se tiñen de un suave rosa. Recoge su ropa y se la vuelve a poner apresuradamente.—Tenemos que
CAPÍTULO 87: ESTRATEGIAGaiaEl sonido de la puerta del castillo abriéndose resuena en mis oídos, acelero el paso. La ansiedad me devora por dentro. Cada paso que doy hacia el salón principal es un latido más de mi corazón desbocado. Después de todo lo que hemos pasado, la sola idea de que Parisa haya podido llevarse a mi hijo es insoportable. Nikolai camina a mi lado, su presencia ahora mismo es la única ancla que tengo para no desmoronarme.Al entrar, mis ojos buscan desesperadamente a mi hijo y casi enloquezco al no verlo, pero Karine aparece detrás de una puerta secreta con mi hijo en sus brazos. Ella me sonríe con alivio y yo corro hacia ellos, sin poder contener las lágrimas que ya brotan de mis ojos.—Mi pequeño, mi amor —murmuro, tomando a mi hijo en brazos y abrazándolo con fuerza. El calor de su pequeño cuerpo contra el mío es el único consuelo que necesito en este momento.—Gaia, tranquila, está a salvo —dice Karine, poniéndome una mano en el hombro.—¿Qué pasó? —pregunto,
CAPÍTULO 88: PROTEGERLO A TODA COSTAGaiaLa tensión en el castillo nos ha mantenido a todos alertas y estresados. No saber cuándo nos atacará es una incertidumbre que amenaza con volverme loca. En especial porque aunque no quiera debo trabajar con Nikolai.Las cosas entre los dos han sido extrañas desde que cedí a mis deseos en esa cueva. No puedo sacármelo de la cabeza, y lo peor de todo es que aunque lo niegue una y otra vez, mis sentimientos no han desaparecido del todo como quisiera.—Gaia.Su voz a mi espalda me pone tensa. Me giro con una fachada de seriedad e indiferencia.—Nikolai —respondo.—Debo irme. Mi reino está en peligro, ahora que ya hemos dejado todo listo aquí, debo volver a Stormwolf y asegurarme de que todavía quede algo que salvar.La sola idea de pensar que tiene que irse hace que sienta un profundo dolor en mi corazón. En especial porque temo que le pase algo malo. Debo reconocer que todo el odio y el rencor que había crecido dentro de mí se ha ido marchitando
CAPÍTULO 89: TENGO EL CONTROLParisaNunca me había sentido tan poderosa en mi vida. Sabía que atacar a Gaia mientras Nikolai estuviese en Sunwood habría sido imposible, pero mi plan funcionó a la perfección. Engañar al lobo faldero de Gaia para hacerlos creer que atacaría Stormwolf para así poder alejarlo y llevarme a su hijo fue pan comido.De vuelta en el reino de Miridian, la magia de Teriza me envuelve en una cálida sensación de triunfo. Las llamas del fuego iluminan la gran sala, reflejándose en los rostros de mis lobos, mis creaciones. Al principio pensé que había matado a todos los humanos de Miridian, pero la sorpresa de que despertaran como unas bestias sin más raciocinio que seguirme a mí ciegamente fue muy gratificante.Teriza y yo nos miramos y compartimos una sonrisa de satisfacción.—Lo logramos —dice Teriza, con una chispa de euforia en sus ojos oscuros—. Por fin, tenemos al hijo de Gaia.Asiento, tomando un sorbo de vino mientras observo al niño dormir en una cuna imp
CAPÍTULO 90: DESESPERACIÓNNikolaiEsperaba encontrarme con el reino en un caos absoluto, pero cuando arribo en Stormwolf me llevo la sorpresa de que todo está mejor de lo que imaginaba. Aunque lo que no esperaba es descubrir que mi madre no logró sobrevivir.Darryl me recibe en la entrada con la cabeza gacha y una mirada de tristeza profunda, al igual que el resto de mis lobos.Los gemelos Brian y Bernard me hacen una reverencia antes de pasar al salón donde están velando los restos de la reina madre.—Lamentamos mucho su pérdida, majestad. Hicimos todo lo posible, pero no encontramos la forma de contrarrestar el hechizo —explica Rowen, quien está al lado de mi madre vigilando su cuerpo.Caigo de rodillas sintiendo un nudo de emociones en mi interior. Pensé que estaría bien y ahora, una vez más he perdido a alguien que me importaba, todo por culpa de ese monstruo que yo mismo propicié a crear.Aprieto mis puños y una furia se abre paso por todo mi ser. Tengo que acabar con Parisa, de