Nikolay.

Me maldigo a mí mismo por no poder mantenerme separado de Anabel, debo de poner un poco de distancia con ella pero no si lo deseo en realidad cada vez me vuelvo más atrevido con ella, hoy al tocar su mejilla con mi labio sentí que mi cuerpo se calentó hasta diría que se me aselero el pulso, por qué Dmitry llegó en ese preciso momento creo que si sigue llegando así tendré que desaserme de el no me gusta quedarme con las ganas de algo y menos si eso está a mi alcance, escucho la puerta de mi cuarto ser tocada doy el paso y por el aroma que llega a mi nariz se que es Anabel desearía poder estar tiempo a solas con ella pero debido a que estoy en la tina solo le dijo que deje mi ropa en la cama y la escucho irse, mejor le hubiera llamada para que me flotara la espalda con sus manos suaves y delicadas, me recargo en la tina y pasa por mi mente la idea de bañarla poder tallar su piel blanco con mis manos y poder alcanzar la gloria a su lado, maldición soy un maldito pervertido es ta