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DAIANA JONES:

-APRESURA TU PASO - grita riendo por mi caminar lento.

-Jodete-digo de la misma forma arrastrando la maleta por la pista, de la nada el recuerdo de hace unos días se instala en mi mente cuestionando quien era ese chico que me salvo.

-Dai, apurate ya casi llegamos-dice mirando el GPS de su celular.

Al pasar unos minutos más veo el cartel de rentar autos, me apresuro a entrar junto con ella y después de hacer todo el papeleo nos dirigimos a unos rios fuera de está ciudad.

La musica me hace cantar sin preocuparme de que a mi compañera de viaje le moleste. Mi vista pasa de la ventana al espejo retrovisor donde alcanzó a ver un auto completamente negro con lunas polarizadas.

Me confunde de inmediato y preocupada lo sigo mirando hasta que ella se da cuenta de donde miro.

-¿Qué pasa?-pregunta también mirando ese auto.

-Te sonará estúpido, pero ese auto nos ha estado siguiendo hace mucho-digo mordiendo mi labio con nervios.

-No digas locuras tontita, seguro sólo quiere que le demos pase- dice bajando la ventana de su puerta y sacando su brazo, hace pequeños movimientos con su mano y después de unos segundos el auto nos adelanta.

La calma por fín se instala en mi pecho relajando mis músculos enseguida.

Agarro mi botella con refresco y lo bebo sin pausa hasta que siento que el auto frena de golpe haciendo que bote un poco del contenido de la botella sobre mi.

-¿Que pasa?-pregunto exasperada por su repentino movimiento. Ella no dice nada, solo mira al frente horrorizada, miro al mismo lugar que ella mira y la preocupación me vuelve a invadir haciendo que mi corazón empiece a latir muy rápido-No-digo con temor al ver que del auto bajan hombres encapuchados, las armas en sus manos me dicen que no vienen por algo bueno-Vamonos de aquí-pido asustada-ARRANCA-grito y veo que ella vuelve en si, pero antes de poder si quiera encender el auto se escucha un disparo, miro al frente y un hombre esta con su arma en mano, pero la dirección en la que enfoca no es a nosotras, sino al auto.

-TE DARÉ CINCO SEGUNDOS PARA QUE BAJES DAIANA-grita el hombre señalando el coche, mi sangre se congela al escuchar mi nombre.

-CINCO-cuenta sacando su arma, miro a Luci preocupada sin saber que hacer, ella me mira de la misma forma y puedo darme cuenta que tiene mucho mas miedo que yo.

-CUATRO- al oír eso el seguro del auto se activa haciendo que todas las puertas se cierren.

Veo la mano de mi mejor amiga en ese botón, pero niego entre divertida y asustada.

-Eso no funcionara-le digo agachando la mirada- Luci tienes que prometerme que apenas salga del auto te quedarás encerrada hasta que esos tipos se vayan.

Ella me mira sin entender, pero luego reacciona.

-NO- niega repetidas veces.

-Luci, es la única forma.

-TRES, DOS-grita el hombre rápidamente haciendo que lo mire-ES TU ÚLTIMA OPORTUNIDAD PERRA-grita molesto apuntando el arma a Luci, rápidamente salgo sin decir mas.

El hombre se quita la capucha y me deja ver todo su rostro lleno de tatuajes y aros, me doy cuenta que él no es de aquí, no solo por su apariencia sino por su acento, parece que lo enviaron por eso, es el único que conoce mi idioma.

-VEN-dice haciendo movimientos con su mano desocupada.

Un nudo vuelve en mi garganta dándome ganas de llorar, niego dando pequeños pasos al darme cuenta que suelta el seguro del arma.

-'adhhab khalfiha (vayan por ella)- cuando dice eso que ni si quiera entendí, tres hombres se acercan y me cogen de manera brusca, trato inútilmente de soltarme hasta que me ponen algo en la cabeza que tiene mal olor, mi vista se comienza a nublar y lo ultimo que escucho es.

-'ahdir alakhar (Traigan a la otra).

No puedo ver nada a mi alrededor, los nervios se apoderan de mi cuerpo al ver que estoy en un cuarto, un sollozo sale de mi boca tratando de saber dónde estoy.

-¿Hay alguien más aquí? ¿Daiana?-la conocida voz de Luci llega a mis oídos, esfuerzo más mi vista para poder ver algo más, pero lo único que puedo ver son sombras o siluetas oscuras lejos de mi, algo pesado en mis muñecas hace que comience a palpar por todo el contorno hasta darme cuenta que estoy encadenada.

-Luci-un nudo se acumula en mi garganta-¿Por que no hiciste lo que te dije? ¿Por qué no te fuiste?-no quiero que esté aquí, no quiero que le hagan daño.

-No pude Dai, de solo pensar en dejarte sola hizo que mis manos fallaran-explica con pequeños sollozos saliendo sin parar-¿Ahora que pasará? ¿Qué nos harán? Dai tengo miedo-dice llorando.

-Todo estará bien, te sacaré de aquí, ya verás-digo lo más segura que puedo.

-Se ve que están despiertas señoritas-dice una voz afuera del cuarto, su forma de hablar me confunde, lo he escuchado antes, rápidamente el recuerdo del chico que me salvo llena mi mente y me hace afirmar esto, ella es bilingüe por eso su forma en la que habla el español es muy confusa -justo a tiempo, Rosa han alwaqt (ya es hora Rosa)-dice en voz alta las últimas palabras, escucho tacones caminando cerca de nosotras, la puerta hace un sonido escalofriante al abrirse justo cuando una mujer entra.

-Bueno jovencitas, llego la hora de su debut-escucho más personas en la habitación y luego siento como me levantan y me sientan en un lugar, demoran solo unos minutos antes de quitarme lo que sea que me cubría mi visión, el cuarto esta alumbrado por una bombilla que estoy segura que en cualquier momento explotar, a través del espejo veo las paredes desastrosas.

La chica frente a mi me muestra una jeringa, yo niego aterrorizada de lo que sea que haya en eso, trato de moverme, pero me detienen con fuerza antes de inyectarme, mi cuerpo se comienza a sentir ligero, y mi visión de nuevo se pone borrosa.

-Daiana-me llaman-NO, SUELTENME-reconozco los gritos de mi amiga, escucho como lucha, pero muy dentro de mi sé que no podremos salir de esta-No le hagan daño-suplica en voz alta, un golpe seco se escucha y me odio internamente por no poder moverme.

Parece que lo que sea que había dentro de eso hace que este consiente, pero no pueda moverme a mi manera, no me deja pensar con claridad.

Hacen lo que quieran con mi rostro y luego me desvisten, me cambian a otro atuendo y después de largos minutos me arrastran hasta sentarme en un lugar completamente alumbrado.

Escucho como hablan en su idioma y yo no me esfuerzo en moverme.

-'iinaha diana , tati mubasharat min 'asdiqa' landan , mawhubat wajamilat jdana. hal yurid 'aya shakhs 'an yakun 'awal man yakun laha mirsar?

(Esta es toda un joyita, es virgen y muy sensual señores, déjenme y les presento a Daiana Jones, una extranjera que estará dispuesta a todo para consentir a su cliente, ¿Quién será el primero que la tendrá a su merced?)

Escucho sonidos, los botones alumbrados son tocados muchas veces que me causa repugnancia. Sé lo que esta pasando, me están vendiendo como si de carne fresca se tratara.

-tama albaye (vendida)-dice el anfitrión y soy llevada a la oscuridad de nuevo.

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