En tanto que Hilario estaba pregúntandola, se le había caído a Eliana la cabeza, dando muestras de estar profundamente pensativa. En realidad, tampoco sabía la respuesta a esa pregunta. Estaba muy nerviosa y asustada, pero no por ningún hombre, sino porque tenía miedo de un accidente y nada más. —Dime. —habló Hilario en voz baja, llena de intimidación. —Eres mi jefe y Roberto es mi socio. Sois vitales para el proyecto. —ocultó Eliana su agitación interior y respondió a la pregunta con una sonrisa, como si la pregunta fuera tan aburrida.El hombre abrió la boca, pero no encontró palabras. —Señor presidente, no quiero asumir la responsabilidad de un accidente causado por la pasión. Aunque ella no eligió entre los dos hombres, eso no era la respuesta que él quería. Entonces, Hilario se inclinó para besarla, pero ella lo esquivó—Señor presidente, creo que mi rechazo es explícito. Cerca de la puerta, Eliana aguardaba con los brazos cruzados y lo miró con disgusto en sus ojos. Había qu
En ese momento, solo le surgió una idea a Deva: «¡No! ¡Deja la taza! ¡No!» Se levantó pronto y salió de la habitación como un rayo. Joann quiso detenerla, pero ya era demasiado tarde. Normalmente, Deva siempre se mantenía serena y digna, pero cuando se trataba de cosas relacionadas con Hilario, no podía controlar sus impulsos de hacer algo apresurado.En la habitación de Eliana, Hilario recibió la taza pero la volvió a poner sobre la mesa. El hombre sabía que ella estaba burlandose de él. Su ira se desvaneció y no quería provocar un nuevo conflicto entre ellos. —No estoy enojado. —¡No te creo! Me has amenazado con palabras y comportamiento. Hilario no dijo nada y abrazó a Eliana torpemente, echando su aliento en su cuello. Eliana no se movió esta vez. Los dos mantenían esta posición por más tiempo.—Eliana, te quiero. No estoy enfadada contigo. Solo estoy celoso de que estés cerca de Roberto... No siento mucho.Eliana no podía creer lo que estaba escuchando. Nunca le había oído deci
—Yo... Estoy aquí para discutir con la directora los detalles de la cooperación. Eliana, ¿estás libre? —dijo Deva sonriendo, como si fuera verdad su mentira. —Bueno. Me voy. —Hilario aceptó su explicación.—Hilario. —lo llamó Deva.—¿Pasa algo?—No... Nada. Hasta luego.Ella quería confirmar si el hombre había bebido el agua de esa taza, pero no sabía cómo preguntarlo. —Hasta luego —se despidió Hilario y salió de la habitación. Unos segundos después, solo quedaban las hermanas en la habitación.—¿Los detalles de la cooperación? —Eliana no pudo evitar una sonrisa al pensar en la excusa ridícula de Deva. Sabía por qué su hermana estaba tan ansiosa. Era cierto que había un monitor en la habitación, y la taza era rara y sospechosa. Deva se apresuró a venir, pero no se atrevió a preguntarle a Hilario si había bebido agua o no. Esto muestraba que el veneno en la taza no era mortal, sino afrodisiaco. Era muy clara que Deva quería que su hermana tuviera relaciones sexuales con Roberto y que
Eliana se levantó de la cama y no tocó la taza de agua, sino que la ignoró y llamó a Victoria.—Tengo hambre. Vamos a comer.—Sí.—Nos vemos en el restaurante. —colgó el teléfono y se cambió de ropa en el baño. No tomó un sorbo de agua hasta que ella salió, lo que decepcionó mucho a Joann. Mientras bebiera esa taza de agua, las dos podrían continuar con sus planes, y entonces Eliana no estaría tan tranquila.En el restaurante, después de que Eliana pidió la cena, también llegó su asistente. —He pedido el menú.—Muchas gracias —sonrió Victoria y preguntó perpleja mirando a su alrededor—. ¿Pasa algo?—Tenemos que aprovechar la treta de ellas. —dijo Eliana en voz baja.—¿Cómo?—Joann instaló una cámara en mi habitación y envenenó el agua. Estoy muy segura de que quiere grabar algo para deshonrarme. —dijo Eliana y tomó un sorbo de vino.Pero Victoria no estaba tan tranquila como su jefe. Apenas podía controlar su voz:—¡Qué descarada la mujer! ¿Qué vamos a hacer? ¿Lo decimos al señor Luce
Eliana miró directamente a los ojos de Roberto. Tenía la corazonada de que el hombre estaría de acuerdo. Pero Roberto no le dio una respuesta definitiva, sino que le preguntó a cambio:—¿Por qué me acudes a mí en lugar de tu marido?—Es mi plan. Mi hermana y su amiga quieren que traicione a Hilario contigo para ensuciar mi reputación con el escándalo y conseguir que me divorcie de Hilario. Supongo que ya sabes en lo que te estás metiendo.—Muy interesante. —sonrió Roberto con los ojos entrecerrados. Eliana también sonrió, creyendo que su plan tendría éxito.Joann estaba en la habitación, mirando la pantalla sin parar. Esperaba mucho tiempo, pero no vio a Eliana regresar a su habitación hasta que sus ojos estaban secos. Justo en ese momento, sonó el timbre. Joann inmediatamente irguió la cabeza. Pero no había ningún sonido desde la pantalla. Ella se congeló por un momento antes de darse cuenta de que alguien había presionado el timbre de su propia habitación. Volvió a mirar la pantalla
Joann se apresuró a llamar a Deva, mientras la sonrisa breve resbalaba de sus labios.—¡Eliana ha bebido el agua! ¡Rápida, tenemos que actuar!—¡Por fin!Deva se levantó de la cama después de escuchar las buenas noticias de su amiga. Estaba lista con el siguiente paso. No podía resistirse a llamar a Roberto.—¿Aló? —contestó Roberto la llamada.—¿Señor Morales? Soy Deva Dolores.—¿Qué pasa?—Quiero darte una buena noticia.Deva se sirvió una copa de vino, tomándolo como una pre-celebración. Agitó su vaso dos veces, y escuchó la voz del hombre con cierta perplejidad.—¿Oh? ¿Cuál es la buena noticia? —Fui a ver a mi hermana y quería hablar sobre los detalles de este proyecto, pero cuando llegué, ella no se encontraba bien. —dijo Deva sonriendo y tomó un sorbo de vino tinto.—No entiendo lo que quieres decir.—Señor Morales, no se encuentra bien mi hermana. ¿No vas a visitarla? —dijo Deva apretando su teléfono móvil. Eliana ya había bebido el agua. Entonces, el punto clave era Roberto.
Al principio, Joann pensó que era por haber visto una escena tan sensual por lo que todo su cuerpo estaba caliente, pero lo que ocurrió a continuación superó sus expectativas. Roberto le tocó la frente y le dijo:—Tienes fiebre. Te ayudaré a descansar.—Estoy muy mal. —murmuró Eliana y apoyó la cabeza en el brazo del hombre, permitiendo que Roberto la llevara a la cama.Después de colocarla en la cama, Roberto la cubrió con una colcha y le acarició la mejilla.—Tienes fiebre y necesitas un buen descanso. ¿Dónde está el termómetro? Te tomaré la temperatura.—Pero...—De verdad, pienso que estás sobrecargada de trabajo. Bueno, no te muevas. ¿Tienes un botiquín aquí?Al escuchar esto, Joann casi se enloqueció y se quedó resentida:—¡Fiebre! ¡No puede ser! ¿Por qué no ha pasado nada?Aún así, su cuerpo se estaba calentando cada vez más, y se sentía extraña porque el calor no era causado por la ira, sino más bien por el deseo sexual. Joann giró la cabeza, miró el vaso de agua sobre la mesa
Ella levantó su encantador rostro y miró a Hilario con una expresión coqueta, mostrando claramente su afecto en sus ojos. Después de reflexionar un poco, decidió que sería una buena idea convertirse en la mujer de Hilario. Así ya no tendría que soportar más a Deva, quien siempre la trataba con arrogancia. ¿Se atrevería Deva a tratarla de la misma manera si Hilario tuviera una relación íntima con ella? Al pensar en eso, la sonrisa en los ojos de Joann se hizo aún más radiante y comenzó a coquetear con el hombre frente a ella:—Hilario, me siento... tan caliente…—¡Lárgate! —exclamó Hilario con furia, apartándola con un empujón. Sin embargo, la mujer volvió a acercarse a él de inmediato. Estaba tan enfadado que sentía ganas de estrangular a esa mujer. ¿Qué demonios estaba pasando?A Joann no le importaba si el hombre estaba enfadado o no. No creía que su figura de modelo no pudiera atraer a un hombre. Después de todo, todos estos hombres se volverían locos al ver a una mujer tan atracti