Antes de salir, Deva vio el auto de Hilario y pensó que él la estaba esperando. Por eso, se bajó feliz. Pero la realidad le había enseñado. Suspiró profundamente para tranquilizarse, ya que había mucha gente a su alrededor. Ella siempre se mostraba muy modesta y amable, por lo que no podía quitarse su máscara. Con la cabeza caída sobre el pecho y las manos entrelazadas por detrás de la espalda, ella no quería ver las miradas curiosas de los empleados. Todos pensaban que se convertiría en la señora Lucero después de la muerte de su hermana, pero Hilario no le dio su consentimiento. Además, Eliana regresó y le arrebató la atención de Hilario. «¡Hi de puta! ¡Vete al infierno», pensó Deva sentada en su coche.Al mismo tiempo, el auto negro iba a toda velocidad por la carretera.—Luis, ¡para! —Eliana se alejó de Hilario y gritó. —Luis, la mampara.Le dio escalofríos las palabras de Hilario. Luis bajó la mampara que separaba la parte delantera del vehículo de la trasera y aparentó ignorar l
La gerente estaba atónita, pero pronto recuperó la compostura y se enmendó:—Señora Lucero, este vestido sienta muy bien a su piel. «Halagadora. Pero, ¿qué pasó con Hilario? ¿Por qué anunció nuestra relación a los demás? Nunca lo había hecho antes», pensó Eliana y se dirigió al vestidor con las dependientas. La dependienta puso el vestido en el vestidor y luego se retiró con la puerta cerrada, por lo que Eliana no tuvo más remedio que cambiarse de ropa por sí misma. Después de ponerse el vestido, descubrió que necesitaba una ayudante para subir la cremallera trasera porque no podía alcanzarla ella misma. Incapaz de hacer nada más, ella dijo en voz baja:—¿Puedes entrar y ayudarme?Pronto la puerta se abrió. Eliana pensó que era la dependienta. Se alisó el cabello hacia adelante mientras exponía su espalda lisa para que ella le subiera la cremallera.—Por favor, ayúdame. No puedo alcanzarla.Sin respuesta, la yema de un dedo frío tocó la espalda de ella. —Ay —ella se estremeció y gir
—No olvides nuestro acuerdo, señora Lucero. —susurró al oído de ella con una ligera inclinación de cabeza. Este banquete fue organizado por un jefe que cooperaba con el Grupo Lucero. Por supuesto, los participantes eran figuras bien conocidas. Después de que Hilario presentó a Eliana a los socios, la dejó comunicarse por su cuenta. Tomó una copa de champán y se sentó junto a la ventana. Poco después, descubrió que ella era completamente diferente de lo que solía ser. Ya era muy buena en la comunicación. No le importaba quién sea y se comunica de manera adecuada. Hilario bajó la cabeza y retiró la mirada: «Se independizó.» Por otro lado, Eliana y varios inversores estaban teniendo una conversación agradable. Giró la cabeza y vio a Joann junto con un hombre de unos cuarenta años. El hombre le resultaba familiar. Ella recordó que él había estado involucrado en un divorcio con su esposa hacía algún tiempo, lo que se volvió viral por Internet.Ocurrían a veces casualidades increíbles. Joa
—Eliana Dolores, ¿estás loca? —gritó Joann.Eliana no respondió y aflojó ligeramente los dedos. La copa de champán que sostenía en la mano cayó al suelo al instante, haciendo un sonido nítido. Hilario acudió al oír el ruido.Después de que la taza se rompió, Eliana miró a su alrededor. Había algunas personas célebres y periodistas famosos.—¿Qué pasa? —Hilario habló en voz fría.El hombre de cuarenta años también se acercó apresuradamente con perplejidad.De inmediato, Joann se echó en brazos del hombre y se quejó. —Jorge, no entiendo por qué me echó champán sin ninguna razón la señora Lucero.«¡Qué amanerada! Nunca será actriz», pensó Eliana y tomó del brazo a Hilario.—Fue ella quien me humilló primero. Creo que ustedes han escuchado lo que ella dijo. Me calumnió, así que le di una lección. —miró a dos chicas cercanas.Las chicas solo estaban paradas aquí y no sabían lo que había sucedido. Pero no podían evitar responder bajo la mirada de Hilario. La señora Lucero y una modelo desco
En ese momento, Eliana notó que Hilario estaba aprovechando la oportunidad para esclarecer los equívocos y mejorar su estatus frente a todos. En cuanto a Joann, ella sintió un hondo odio hacia Eliana, pero no se atrevió a mostrarlo ante el público.—Bueno, es una tontería. Entonces, me pide disculpas y no pasa nada. No soy una persona mezquina que le gustara pelear con los demás. —dijo Eliana.Jorge inmediatamente empujó a Joann, indicando que debería disculparse con Eliana. A ella no le quedó más remedio.—Lo siento mucho, señora Lucero. —dijo y bajó la cabeza. Eliana asintió con un gesto indiferente. La altivez de Eliana y la humillación de Joann formaron un fuerte contraste entre ellos. De modo que todos los presentes comenzaron a reexaminar a Eliana, que acababa de regresar después de desaparecer durante varios años. Joann sintió los ojos a su alrededor llenos de ridículo, su puso palidá y odiaba a Eliana aún más.Una hora después, la cena había terminado. Eliana tomó la mano de H
Su cuerpo se puso rígido y ella se quedó quieta por un tiempo. Quiso empujar al hombre, pero Hilario la agarró de las muñecas y levantó las manos sobre su cabeza. Su cuerpo se inclinó ligeramente hacia ella y profundizó el beso con fuerza. Eliana dejó de luchar por completo y lo miró con frialdad. Pronto, Hilario notó la actitud indiferente y la soltó. —¿Ni siquiera fingiste un poco?—¿Por qué tengo que satisfacer tu necesidad? Nos divorciaremos después de tres meses y no habrá ninguna relación entre nosotros. ¿No crees que es hora de empezar a mantener las distancias? Especialmente, en lo que respecta al sexo.—¿Sexo?—Por supuesto. Eres un hombre, entiendo que tienes algunos deseos. Si necesitas una mujer, puedes elegir la que más te guste. Creo que hay muchas mujeres que quieran acostarse contigo, pero no soy una de ellas. —¿De qué demonios estás hablando?—¿Necesitas que te ayude a encontrar una mujer?—¡Absurdo! —Hilario se enojó y salió de la habitación.Esperó hasta que los pa
—No esperaba que estuvieras tan ansiosa por visitarme. —Es solo un estudio. No hay que ser tan lujoso. —Un estudio en el centro de la ciudad y bien comunicado hace que sea fácil para mí venir aquí cuando quiera verte. —sonrió Roberto.—Pero señor Morales... —Eliana levantó la voz, pero Roberto la interrumpió y cambió de tema.—La oficina está especialmente diseñada por ti, señorita Dolores. Sígueme. Los dos entraron a la oficina. Roberto se sentó en el sofá con las piernas cruzadas, luciendo relajado y cómodo. —No sé si te gustará que esté adornado así. —Muy exagerado. Solo necesito una mesa. —Eliana miró alrededor de toda la oficina. Sabía que los adornos en los estantes definitivamente no eran baratos, pero también sabía que el carácter de Roberto era imposible de cambiar. —Solo una oficina tan preciosa como esta sería digna de tu belleza. —Señor Roberto, podemos hablar sobre el proyecto. —No hay prisa. No sé cuándo tendré el honor de salir a tomar una copa contigo. —Señor M
—¿Le guardas rencor a Hilario? —preguntó Eliana.Pero Roberto no respondió y solo le dio una sonrisa enigmática.«Si tiene problemas con Hilario, la enemistad entre ellos me pone en una situación violenta y me utilizará como peón», pensó Eliana—Si me tomas como un alfil son albedrío para lidiar con Hilario, me temo que no saldrá como quieres. —No eres un alfil. Quizás en el futuro, me enamoraré de ti. —Roberto se inclinó hacia adelante y le sonrió a ella. Pero Eliana se sentó más atrás y se alejó del hombre. —Señor Morales, hablemos de formalidad. Aquellos que pueden decir tales palabras no son personas con buenas intenciones. Pero, deberías poner tu objeto en mi hermana si quieres robar a la mujer del presidente Lucero. Después de todo, Deva es la mujer favorita de él. Soy nada de una víctima.—Parece que no conoces claramente la situación actual. —Roberto negó con la cabeza.Se calló Eliana. Sabía lo que él quería decir, pero prefería creer que no había ni una pizca de amor entre