Capítulo 86
— Sé que estás ahí. Ábreme, por favor. Tenemos que hablar.

— ¡Lucía! ¿Me oyes?

...

— ¡Muy bien, Lucía, muy bien! ¿Así que no vas a abrir? ¿Crees que no puedo entrar si no me abres?

La paciencia de Mateo se agotaba. Pasó de la súplica a la calma, y luego a la furia. Justo cuando se daba por vencido y se disponía a irse, se topó de frente con una mirada fría. Mateo se quedó paralizado, frunciendo el ceño. En el estrecho y oscuro pasillo, Daniel estaba en las escaleras, al parecer recién llegando a ese piso. A esa hora, era obvio a qué venía.

Después del lío con Jorge y ahora con Daniel apareciendo, Mateo, aunque molesto, por fin se dio cuenta de que las "moscas" que rondaban a Lucía no eran cualquier cosa.

Así que, una vez calmado, lo primero que hizo fue investigar el pasado de Daniel. Resultó ser hijo de los Medina, con razón hasta Jorge le tenía cierto respeto.

— ¿Vienes a ver a Lucía? — preguntó Mateo.

Daniel respondió con frialdad:

— ¿Y qué si es así? ¿Qué si no?

— Deberías saber qu
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