A ella le dolía la nariz, y las lágrimas que se habían detenido por un momento volvieron a bajar.

"Si quieres llorar, entonces llora, Hermana". Las puntas de sus dedos rozaron los ojos de ella.

La palabra "hermana" actuó como una llave, liberando todo el dolor y la tristeza que había sido reprimido y encerrado en el corazón de ella.

Incapaz de contener sus abrumadoras emociones en ese momento, Ling Yiran dejó escapar un fuerte gemido y finalmente rompió a llorar.

Ella no había llorado tan amargamente durante mucho tiempo. Ella se dio cuenta hace mucho tiempo de que no importaba cuánto llorara o cuántas lágrimas derramara, sería inútil. Ella no tenía nada en qué confiar más que en sí misma. Esas lágrimas no eran más que cosas sin valor.

Ahora, escucharlo llamarla "hermana" la hizo pensar en su madre, en el hermanito que había tomado forma en el vientre de su madre, pero nunca logró salir y llamarla "hermana".

Si su madre y su hermanito no hubieran muerto, ¿estaría menos sola? ¿Ten