El Secretario Wang habló como si no estuviera preocupado: "Empecé a trabajar para el Viejo Amo Yi cuando no tenía un centavo a mi nombre, y él me salvó la vida. Ahora que el Viejo Amo ha muerto, por supuesto, haré lo que me pidió. Joven Amo, ya le dije lo que debía. No le diré de más. Lo descubrirá cuando llegue el momento".

Yi Jinli apretó sus delgados labios con fuerza. Conocía bien al Secretario Wang. Entre las personas que estaban en el círculo del Viejo Amo, el Secretario Wang era el más leal a él.

'¿Qué le pidió el Viejo Amo... que hiciera?'.

'¿Una apuesta conmigo?'.

'El Abuelo está muerto ahora, pero todavía quiere apostar si podría dar mi vida por una mujer. ¿Cómo va a apostar el Abuelo esto conmigo? No importa la apuesta, la mujer involucrada... ¡es Yiran!'.

'¿Yiran?'. De repente, Yi Jinli se estremeció al pensar en algo. Entonces, sacó su teléfono y marcó el número de teléfono de Ling Yiran.

Sin embargo, no hubo respuesta del otro lado de la línea.

La cara de Yi Jinli