Para cuando Zhuo Qianyun terminó de hablar, la Señora Zhuo ya estaba llorando a mares mientras abrazaba a su hija.

Zhuo Qianyun le dio suaves palmaditas a su madre en la espalda y la consoló dulcemente: "Mamá, no llores. No llores...".

No era su hijo quien más le preocupaba, sino su madre. Su madre le había dedicado tanto, pero como hija, ¡ella ni siquiera podría cuidar a su anciana madre hasta el final de su vida!

***

Zhuo Qianyun fue a un mercado cercano a comprar algunos ingredientes para el puesto de comida y se encontró con Guo Xinli en su camino de regreso.

Guo Xinli estaba feliz de ver a Zhuo Qianyun. "Qué coincidencia. Tenía miedo de que no hubiera nadie en casa cuando llegara".

"¿Qué estás haciendo aquí?", preguntó Zhuo Qianyun.

"Tenía que hacer algo cerca, así que vine a dejar algunos juguetes para Lil Yan. Son juguetes de mi infancia, pero aún están en buenas condiciones. A Lil Yan le llamó la atención cuando le conté sobre ellos, así que quería dárselos. Puedes tirar