Las dos horas de espera, fueron las más largas y difíciles para Juan David, recibía llamadas tras llamadas, hasta que le tocó a Patricia recibirlas y explicar toda la situación, con lujo y detalles, eso tenía a Juan David aun mas molesto, sabia quien la estaba pasando mal, era su esposa, lo que más temía ella y dejaba claro era estar siempre con ella y ahora todo pasaba en un mismo. No estaría con ella en un evento importante en un momento de chisme con su matrimonio. Y era así, las cosas no estaban tan bien para Marisol, al ver que toda su familia y la de Matos, llegaba a la empresa, siendo así más difícil que su rabia cesará, ya tenía planeado huir de la prensa que seguro la esperaban para preguntar sobre su matrimonio y ahora su familia. —Sacame en el helicóptero, no quiero hablar con ellos aquí, los espero en mi casa —Le pidió Marisol a Pablo, Leo entendió que debía quedarse para informarles, por el ascensor subiendo a la azotea, donde ya el piloto había sido informado. En el ca
Capítulo 31 Un amanecer maravilloso, sintiendo el calor de sus cuerpos, olvidando el mal momento que habían pasado, Marisol se levantó sintiendo mucho dolor en todo su cuerpo, sin duda fue una noche muy apasionada, decidió tomar un baño y mientras lo disfrutaba, pensó en hacerle una sorpresa a su esposo. Se arregló y Juan David seguía dormido, beso su espalda y bajó directamente a la cocina, era momento de hacer algo que nunca le había hecho a nadie. —Chicas, tómense el día libre —las chicas del servicio se quedaron viéndose, no sabían qué hacer. —Yo preparo el desayuno, regresen por la noche —les pido Marisol con una sonrisa. —Muchas gracias, mi señora —Agradeció la jefa de cocina, ayudando a las demás chicas a salir, todas Con una sonrisa de felicidad, trabajar en esa mansión era algo muy tranquilo y suave que agradecen mucho estar ahí. Marisol las vio salir y se puso manos a la obra, moría de hambre y estaba segura que su esposo también. Decidió preparar un jugo de naranja, e
Una semana Tranquilidad absoluta, Marisol y Juan David, terminaron los negocios con Ángel, quedando todos satisfechos y en espera de los mejores resultados. La relación de Leo y Patricia estaba cada vez mejor, aunque tenían mucho trabajo, se daban sus escapadas para disfrutar de la mejor manera posible su amor. Mientras que Pablo y Rocío, seguían ocultando su evidente atracción, aunque Marisol le aseguraba que no era un capricho, Pablo seguía evitando acercarse más. —Si sabes que cuando vuelva a su país, tendrá varios pretendientes que posiblemente sus padres acepten para un matrimonio ¿verdad? —le dijo Marisol a Pablo. —¿Qué tengo que ver yo? —respondió Pablo, acostado en el sofá, con su cara cubierta. —Que imbécil, ¿por lo menos te despediste? —interrogó Leo después del insulto. Pablo se levantó con el ceño fruncido. —El idiota no sabía que rocío se va por la noche —se burlo Leo. —Ve a despedirte, sincerate con ella, explícale por qué no dejas que las cosas fluyan; dos recha
Madre e hija, pueden construir una relación basada en el amor y la comprensión sin límites, condiciones sin fin. Aunque Rocío fue una niña mimada y caprichosa, sus padres luchaban por qué fuera feliz, sin saber lo mal que le hacían no negarse a lo que la dañaba, creyendo que la haría feliz. Debían agradecer ese viaje, que sin tratar de hacerse los locos, iba con mala intención hacia Marisol, quien pudo ver su talento, dándole la oportunidad de cambiar su manera de ver las cosas, motivar a conocer el mundo y obtener las cosas con esfuerzo y validez. Para Rosario, saber que su hija era correspondida en el amor, la llenaba de satisfacción, dejando a un lado el dinero, algo que se podía construir, obtener con esfuerzo y dedicación. Rocío ya estaba junto a ella y su padre, en espera de conocer a su yerno, por supuesto que su esposo le dejó claro que no era el millonario que ella deseaba, Rocío estaba muy asustada, Pablo no permitiría que ellos decidieran cómo llevar su relación. —Mam
Meses después. Meses después y la felicidad reina en todos lados, las aguas estaban claras y la paz abundaba. Los buenos negocios seguían dando fruto y eso hacía feliz a todos. Rusia —¿Ya puedo salir de viaje sin que me estén vigilando? —reclamó Ángela, a sus padres y hermano. —Mi amor, no te vigilamos, solo cuidamos de ti —respondió su padre. —Puedes viajar donde quieras y cuando quieras —afirmó Ángel. —Voy a Japón, ya tengo los pasajes, vamos un grupo de amigas —les anunció muy entusiasmada, estaba tan feliz y cambiada que todos se alegraron por ella. Sin imaginar lo que pasaba por la cabeza de ella, sus planes y maldades planeadas con mucho cuidado. Madrid —Pablo estamos en la oficina —susurró Rocío, siendo besada por su prometido. —Lo sé y es rico saber que nos pueden descubrir —respondió él, subiendo la falda de Rocío, dándole la vuelta para que se sostuviera del escritorio. —Aah —gimió al sentir los dedos de Pablo. —No detendré tus gemidos, queda en ti si quieres qu
Miedo a perderlo todo en un instante, porque eso era Marisol para todos en la familia, la joya más preciada, la mujer más fuerte y admirable. Desesperación de no poder hacer nada, aún teniendo todo el dinero disponible, necesario para pagarle a todo el que pudiera encontrarla. Todos vueltos en una desesperación y dolor de encontrarla sin vida, pegados a sus teléfonos por si una llamada de rescate entraba. Un hombre que vivía sus últimos años de vida feliz por la familia que tenía, la nieta hermosa e inteligente de la cual pudo disfrutar verla crecer, apreciar su matrimonio aunque empezó como un contrato, y con la esperanza de ver sus bisnietos. Todos sumergidos en un dolor y desesperación por obtener información de su paradero buscando poder encontrarla con vida. Juan David ya no sabía dónde buscarla, lo menos que ellos imaginaban era que dos personas conocidas, eran las responsables de la desaparición de Marisol, en los últimos meses todo estaba bien, sus negocios iban de maravi
Marisol prefería morir antes que darle todo lo que sus abuelos lucharon con sudor jamás se daría a ese hombre lleno de maldad algo tan importante para su familia. Ella no sabía que para su familia su vida era más importante, no les importaba si perdían todo el dinero que tenían con tal de verla viva ante ellos. Tres horas después. Ya tenían el lugar rodeado, para sorpresa de ellos, solo estaba la camioneta donde se llevaron a Marisol y un helicóptero, Ángela tenía todo calculado, lo que ella nunca imaginó, era ese GPS que la pondría en evidencia. Las horas ya habían pasado y Ángela ya había perdido el control no iba a esperar más porque estaba segura que Marisol jamás le firmaría esos documentos a Aguirre estaba a punto de deshacerse de ella confiada que en pocas horas estaría en Japón tranquila justo cuando se enteraran de la muerte de Marisol. —No necesitas matarla, no sobrevivirá —replicó Aguirre molesto por no obtener su cometido. —Depositar el dinero a tu cuenta del extran
—YA DIJE QUE QUIERO VER A MI NIETA —grito Cortázar nuevamente, Patricia no sabía cómo calmarlo, había despertado con la idea que su nieta estaba muerta, no sabía nada de lo que había pasado después de su desmayo. Pero sí estaba consciente de que su nieta estaba en muy mal estado tanto que podía morir en cualquier momento y Justo eso era lo que él estaba pensando. —Lo llevaremos para que la vea, pero cálmese — habló la enfermera, tranquilizando un poco a Cortázar. No pasó mucho tiempo cuando ya todos llegaban a la clínica, Soledad abrazó a su padre, agradeciendo verlo bien. Aún no estaba preparada para ver morir a su padre, no en un momento donde también su hija estaba en un estado crítico. —Señorita, queremos verla —Pidió Mario con súplica. —Solo podrá entrar uno, los demás pueden ver desde la ventana —Habló la enfermera, todos se veían las caras, para ellos no había uno más importante, en el corazón de Marisol, cada uno tenía una parte especial, si faltaba uno, estaría incompl