Oliver se acercó, la tomó de los hombros y mirándola a los ojos le dijo. “Vivamos juntos”.
Ella se quedó muda mirándolo. “¿Qué?”.
Oliver repitió. “Vamos a vivir juntos, quiero disfrutar de tu compañía, verte por las noches sin tener que llevarte a tu casa, dormir por las noches contigo”.
Lucia cubrió la boca de Oliver y sonrió. “Hablaré con mis papás”. Lucia era mayor de edad y podía tomar sus decisiones, ella tenía un departamento donde vivía sola por un tiempo, pero como viaja constantemente prefirió quedarse con sus padres cuando regresaba, al final lo vendió.
Oliver le dijo. “Iremos a hablar con ellos, quiero hacerme responsable de todo y no quiero que malos entendidos de nuevo”.
Ella sonrió y lo besó antes de salir
Greta y la madre de Marco estaban en el hospital para un chequeo, Marco las llevó ahí.La madre de Marco no dejaba de hablar de su experiencia y le pedía constantemente a Greta estar presente cuando los bebés nacieran.Greta no pudo negarse era una buena mujer y por lo que la conocía sería una gran abuela.Marco miraba a Greta como congeniaba con su madre, él sonrió pensativo recordando lo que su padre le dijo, desde hace días una loca idea se le había ocurrido.Después del chequeo, Marco llevó a su madre a casa y después a Greta al centro comercial, estaciono el auto y cuando Greta estaba a punto de salir, él tomó su rostro y la beso, Greta al principio se qued&oacut
Axel se acercó a su oído. “Se que me esperas despierta por las noches”. Él acaricio su oreja con su nariz. “Cuando al fin te tengo en mis brazos, descansas y roncas”. Ella enojada refutó. “Yo no ronco”. Axel sonrió más. “Claro que sí y balbuceas dormida, siempre lo has hecho, en el pasado lo hacías…” Llegaron a Axel recuerdos de cuando dormían juntos en la casa en la playa. La observaba durante mucho tiempo dormir hasta que se hacía tarde. Todo se quedó en silencio, el pasado eran recuerdos bellos pero dolorosos. Había algo en Melissa que no podía negarse, Axel tenía razón, ella necesitaba de él, de su compañía, de su tacto, solo dejo que él se acomodara en la cama y se quedó en silencio. Ella se movía para tratar de zaf
Tania sonrió nerviosa. “Lo siento, se que no es de tu incumbencia, solo … no tengo con quien hablar, esta ciudad es nueva para mi y no conozco a nadie”. Melissa tomó su mano amablemente. “No te preocupes, te entiendo, hubo un tiempo en que yo también viajaba mucho y siempre estaba sola, después conocí a mi hermano Octavio el fue de gran ayuda para mí”. Tania frunció el ceño. “¿Octavio? ¿Es el hermano del señor Connor?”. Melissa escuchó como Tania se dirigía a Axel, era muy respetuosa le gustaba la forma de ser de Tania. “Es una larga historia, pero encontré a Octavio en uno de mis viajes y cuando regresé a esta ciudad nos enteramos que era hermano de Axel”. Tania escuchaba a Melissa atenta… En la otra canoa Axel y Tadeo
Axel se quedó en silencio por unos segundos y después la giró para besarla. Axel no se contuvo, se aferró a ella con pasión, Melissa trató de hablar y alejarlo, pero Axel era más fuerte, al final ella vencida por la situación, se rindió, se abrazó a su cuello mientras él subía encima de ella, la beso de un forma tan delicada y llena de amor. Empezó a bajar lentamente dejando besos esparcidos por su piel, ella jugaba con su cabello observando cómo llegaba hasta el final de su cuerpo, después de un tiempo se acomodó allanándola cuando estaba lista para él, él volvió a su boca y sin dejar de besarla ambos llegaron juntos, sintieron como sus cuerpos se extrañaban, cada fibra de su ser vibraba con cada caricia y beso, así permanecieron toda la noche. A la mañana siguiente…<
Gonzalo tomó la hoja y la abrió, era una carta de Tania… Gonzalo. Demos por terminado este matrimonio, me doy cuenta que no soy suficiente para ti, he intentado por todos los medios que funcione nuestra relación, pero hoy me doy por vencida… Espero y te vaya bien en tu camino, no te deseo ningún mal, en aquellos años cuando recién nos casamos, fuiste un hombre amoroso y protector, siempre detallista y agradable, ame a ese hombre como no tienes una idea, pero hoy ese hombre ya no existe o al menos no para mí. Cuando firmes los papeles déjalos en el mismo lugar y haré los trámites convenientes lo más pronto posible… Cuídate. Gonzalo se sentó en el sillón mirando la carta, much
La chica se levantó y caminó hacia su tía diciéndole amablemente. “Dejaste tu almuerzo en la mesa y pasamos a dejártelo”. Tania sonrió. “No debieron molestarse se hará tarde para sus clases”. Ximena se acercó y dijo en tono bajo. “También queríamos conocer dónde trabajas”. Tania asintió. “Es hora de irse”. Ellas entendieron, su tía estaba ocupada y se haría tarde para llegar a sus clases. “Nos vemos en la noche”. Ambas chicas se despidieron de su tía. Caminaron hacia el elevador y tocaron el botón, Octavio se despidió de Oliver al ver a Tania caminar con sus sobrinas al elevador, subió junto a ellas en silencio, al cerrarse Octavio preguntó. “¿Eres la chica que golpeó
Él tomó un sorbo de su café, las palabras de Tania eran ciertas él no estaba interesado en tener hijos, después de la experiencia de cuidar a sus sobrinas supo que sería una gran responsabilidad. "Lo siento Tania, pero yo no deseo hijos". Ella lo observó en silencio por unos segundos. "Ahora lo sé y me doy cuenta que nosotros ya no tenemos las mismas prioridades ni mucho menos los mismos deseos". Gonzalo sentía un dolor en el pecho que rápidamente ignoró, la miró por un momento, sacó los papeles de su portafolios y los puso en la mesa, Tania observaba los papeles de divorcio en silencio. Gonzalo los tomó sacando su pluma y firmó, se los mostró a Tania y le ofreció la pluma, ella lo observó por un momento y después los papeles y la pluma algo indecisa, suspiro y tomó la pluma firmando. Al terminar su trabajo, Tania salió de su trabajo camino por la acera buscando las llaves de su coche en su bolsa, un hombre se paró frente a ella. Ella se sobresaltó. "Gonzalo, me asustaste". El hombre observó a la mujer por un momento. "¿Podemos hablar?". Tania se negó. "No creo que tengamos de qué hablar". Ella quería caminar hacia el auto, pero Gonzalo la detuvo tomándola del brazo. "Por favor solo unos minutos". Ella trató de zafarse, pero sintió un mareo, se quedó quieta tratando de recobrar el sentido, pero fue inútil, se desmayó, Gonzalo la tomó en sus brazos. "¡Tania!". La llevó a su carro y se fue directo al hospital. La observaba mientras conducía, estaba muy angustiado. La llamaba de vez en cuando, pero ella seguía sin responder. Al llegar al hospital, la llevaron a urgencias, Gonzalo se quedó en la sala de espera, una hora después le dieron información de donde se encontraba. Cuando entró en la habitaCAP 84 NOTICIA