Salió caminando entre las secretarías, Marco estaba conversando con una de ellas cuando observó a la mujer salir de la oficina de Axel.
Se levantó confundido. “¿Melissa?”.
Ella levantó su mirada para ver al hombre que pronunció su nombre. Hizo una pequeña mueca. “Marco”.
El camino hacia ella de manera agresiva. “¿Qué vienes hacer aquí?”.
“No te preocupes ya me iba”. Ella caminó hacia el elevador, pero Marco la tomó del brazo lastimándola.
Ella solo cerró sus ojos aguantando el dolor.
“Es tu culpa que su abuela muriera y ahora regresas como si nada”. Marco le recriminó.
Melissa negó extrañada. “Su abuela… murió”.
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Conozcamos un poco de nuestra protagonista... Buena Lectura!!
“Dicen que está becada, no tienen dinero para pagarle la universidad”. “Pero si en la ciudad hay otra universidad para gente pobre porque entrar aquí”. Yo las escuchaba en silencio, estas chicas se la pasaban hablando más de los alumnos en especial de los que eran de bajos recursos. Al llegar casi a mi aula sentí una mirada extraña y giré para ver hacia el pasillo, no era la primera vez que sentía que alguien me observaba. “Vamos al salón chicas es tarde”. ………………………… Días después… Tenía que repasar algunas páginas de mi libro porque más tarde tendría un examen importante, busqué mi libro en mi mochila, pero no lo encontré, pensando en donde pude
Mi padre serio dijo. “Necesitas hacer todo rápido, la fábrica necesita tu ayuda recuerda que es el futuro de la familia. Yo comprendí lo que mi padre quería. “Si, pero necesito tiempo, apenas y nos conocemos, no es tan fácil”. Papá aceptó darme tiempo. “Está bien, te daremos unas semanas, pero no más ¿de acuerdo?”. Subí a mi habitación triste, no quería, pero tenía que hacerlo para complacer a mis padres, siempre me recordaban que tenía que hacerlo por la familia, yo solo esperaba algo de atención y cariño de parte de ellos. Al día siguiente me aliste para ir a la escuela, cuando baje a desayunar ninguno de mis padres estaban, nana me dijo que salieron temprano, otro día más comiendo sola en esta gran mansión. Durante mi
Mi padre serio dijo. “Necesitas hacer todo rápido, la fábrica necesita tu ayuda recuerda que es el futuro de la familia. Yo comprendí lo que mi padre quería. “Si, pero necesito tiempo, apenas y nos conocemos, no es tan fácil”. Papá aceptó darme tiempo. “Está bien, te daremos unas semanas, pero no más ¿de acuerdo?”. Subí a mi habitación triste, no quería, pero tenía que hacerlo para complacer a mis padres, siempre me recordaban que tenía que hacerlo por la familia, yo solo esperaba algo de atención y cariño de parte de ellos. Al día siguiente me aliste para ir a la escuela, cuando baje a desayunar ninguno de mis padres estaban, nana me dijo que salieron temprano, otro día más comiendo sola en esta gran mansión. Durante mi
Al día siguiente después de la escuela me despedí rápidamente de Axel, tenía que arreglarme para la comida. Mi nana me ayudaba con mi cabello mientras yo me miraba en el espejo, mi reflejo mostraba a una chica muy arreglada y bonita, pero yo no la reconocía, era como una muñeca que estaba siendo vendida al mejor postor. Al terminar mi nana salió de mi habitación dándome unas palmaditas en mi hombro, yo solo sonreía amargamente. Me acerqué al cajón de mi cómoda y saqué una cajita azul de terciopelo. Al abrirla observe el colgante que compré para Axel, era un dije de obsidiana tallada en forma de cubo Rubik. La cadena era de plata pura, fue hecha especialmente para él. El dueño de la joyería quedó encantado con mi idea y cuando me lo entregó yo estaba feliz, Ahora tení
Ella solo me abrazó más calmandome, pero mi corazón estaba destrozado, había lastimado a la persona a la que más le importaba y sabía que Axel me amaba tanto como yo a él, lo que hice era algo de lo que siempre me arrepentiría. Unas semanas después, ninguno de mis padres vino a visitarme en todo el tiempo, solo mandan dinero para comprar nuestras necesidades, yo estaba triste y desesperada, los días pasaban y no hacía nada, mi apetito cada vez era menos, pensar todo el tiempo en lo que le hice a Axel y las consecuencias no era sano. Quería buscar entrar a la universidad o trabajar en algo, mi nana y yo caminábamos por las calles, la gente era amable y tranquila, recorríamos los lugares más llamativos. Caminamos por la acera y vimos un puesto de comida cerca, al pasar por ahí el olor de la comida me dio náuseas, c
Yo solo le grite. “¡Estoy embarazada!”.Mi padre se volvió a acercar. “¿Qué dijiste?”.No podía dar vuelta atrás… “Estoy embarazada, tendré un hijo de Axel”.Mi madre se levantó indignada. “¡¿Cómo pudiste meterte con ese muerto de hambre?!”.Los observé a ambos y les dije. “Querían el sistema ¿No? Me dijeron que hiciera lo que fuera para tenerlo, eso hice”.Después de decir esas palabras solo sentí un gran dolor en mi mejilla, mi padre me dio una gran bofetada y enojado me recrimino. “¡Eres una cualquiera! ¡Igual a tu madre!”
“¡Yo no quiero otro!, ¡Yo lo quiero a él! ¡Es lo único que me queda de Axel! no quiero otro!, ¡Es mi hijo por favor! ¡Díganme que no es cierto!”. Me altere tanto que me sedaron, sentía tanto dolor, en todo mi cuerpo, pero más en mi corazón, estaba desecho, al despertar de nuevo ya más tranquila me resigne, ya no tenía nada… La señora Gastelum se acercó y acarició mi cabello. “Debes estar tranquila, tu herida se abrió y te tuvieron que intervenir de nuevo, no te sobresaltes, debes cuidar tu salud”. ……………………………….. Tiempo después me recuperé poco a poco, algo dentro de mí se rompió por completo, ya no sonreía, nada me hacía feliz, todo me daba igual. Las visitas de Donato eran más frecuentes, los señores Gastelum esta
Estaba tan cansada, me recosté en unos cartones que encontré cerca de un bote de basura, tenía días sin darme un baño, hacía frío y tenía hambre, cerré mis ojos por un momento cansada, hasta que sentí una presencia, al abrirlos me encontré a un chico de unos doce o trece años de pie mirándome. “No deberías estar aquí”. Me levanté, el chico se notaba agresivo y molesto. “Lo siento, solo necesitaba dormir un poco”. El me miro. “Debes irte”. Caminé para salir del callejón, pero mi vista quedó en unos hombres… eran ellos de nuevo. Los hombres de Donato estaban muy cerca, regresé al callejón asustada, el chico me miró con curiosidad. Yo le suplique con las fuerzas que me quedaban. “Ayúdame por favor, necesito esconderme”. El