El Alfa le advirtió y fue más que claro con la loba que no volviera a expresarse de sus hijos de esa forma o le arrancaría la cabeza Luciano aventó a la loba hacia un lado, Artemisa, ella tosia con dificultad mientras se llevaba las manos al cuello tratando de aminorar el dolor, caro le había costado hablar mal de los cachorros del Alfa — !Ahora desaparece de mi vista, no te olvides que aunque te nombre la luna de esta manada, no eres más que eso, no te quiero cerca de mis cachorros o de Isabella, estás advertida — dicho eso, el Alfa se dió la vuelta miró hacía escaleras arriba y se dispuso a subirlas En la habitación, Isabella estaba sentada en la ventana, ella estaba mirando al jardín, cuando escuchó la puerta su reacción fue irse al pecho del Alfa a puños — ¿Quién demonios te crees que eres? ¿con que derecho ordenas que me traigan a esta habitación? ¡quiero largarme de aquí con mis hijos cuánto antes! ¡convertiste a tu amante en tu luna, no entiendo el por que te cásate conmigo
Los cachorros fueron llevados por su padre al castillo Salvatore, ellos debían vestirse por qué esa noche habría un gran banquete en su honor, pero resultó que estaban somnolientos y querían tomar una siesta, ambos se quedaron dormidos en el auto — Camilo, baja a un cachorro y ayúdame a llevarlos a su habitación — ¿Ya tienen una habitación? wow, tú si que actúas muy rápido, entonces... ¿cuentame que pasó siempre? ¿Pudiste contener a Artemisa? ella definitivamente no está contenta con que hayas tenido hijos con Isabella y que ahora los hayas traído aquí — Sé que no pero meimporta poco, los lobeznos son lo más importante que hay en este momento en mi vida, si tengo que echarla para que ellos se sientan cómodos lo haré sin problemas — ¿Y con Isabella? ¿pudiste hablar con ella? en verdad no creo que vaya a quedarse a vivir bajo el mismo techo en dónde tienes a la luna con la que la sustituiste — ¡Por su culpa, te recuerdo que fue por su traición que tuve que nombrar a Artemisa la luna
El atractivo lobo salió de la ducha vestido en una pijama azul marino, él secaba su cabello con una toalla, Isabella, ya estaba en la cama, no la habían dejado salir de la habitación y no le quedó más remedio que hacerse a la idea que dormiría ahí — Veo que ya te pusiste cómoda — por un momento el Alfa recordó aquellos tiempos donde él e Isabella se amaban y está escena era habitual como rey y reina que eran — No me dejas salir, no tengo más remedio que dormir aquí, pero a ti no se te ocurra subirte a la cama, no voy a dormir contigo — !Es mi cama, voy a dormir aquí lo quieras o no, mujercita, no vas a venir a sacarme de mi propio cuarto! tomaré un siesta y te sugiero que hagas lo mismo porque la noche será larga — Entonces yo me iré a otra habitación, no tengo interés en compartir cama con el Alfa de la manada, ¿qué diría tu luna si se entera que dormimos juntos? eso es muy inapropiado, que tengas buenas noches — Isabella, se dispuso a salir, pero a medio camino fué tomada por la
Cuando el Alfa se acercó a Isabella, para ofrecerle su mano, los cachorros estaban pendientes de todo, sus amarillos ojos tenían un brillo especial, ver a sus padres juntos los hacía felices De camino al coche, Luciano, dijo a la loba — Tratemos de llevarnos bien está noche por los lobeznos — Isabella asintió, a ella también le gustaba ver a sus hijos sonrientes En el evento la mayor parte de la manada ya estaba allí disfrutando del banquete, ellos vieron llegar a su Alfa con dos cachorros de la mano y a su anterior luna, la misma que una vez lo engañó con otro lobo, los susurros no se hicieron esperar pero Isabella los ignoró En el escenario donde una orquesta tocaba lindas melodías fue callada, era hora de que el rey tomara la palabra — Buenas noches a todos — Buenas noches Alfa... — todos respondieron en coro — Estamos aquí está noche por algo que es demasiado importante para mí, este banquete es en honor a mis cachorros, les presento a mis hijos y herederos, Lucian Salvatore
Las atrevidas lobas se marcharon a otro lugar del salón con la cola entre las patas, solo se acercaron a Isabella, para humillarla pero el Alfa Salvatore, llegó a su rescate — Que suerte tiene esa desvergonzada, nunca debió haber venido aquí — murmuraba a la distancia las mal intencionadas lobas — Gracias por defenderme pero no era necesario, yo soy lo suficientemente capaz de defenderme sola... Luciano, yo no debería estar aquí, este no es un buen lugar para que yo viva, sé que ahora que sabes de Landers y Lucian, quieres tenerlos a tu lado, pero... sigo creyendo que lo mejor para nosotros es volver a la manada Diamont Moon, allá somos felices, allá nadie nos desprecia — Allá está Franco Torrenegro, ¿quieres volver para seguir tu noviazgo con él, cierto? este es el lugar donde mis cachorros pertenecen si quieres marcharte a hacer tu vida con ese Alfa... puedes irte, no te voy a detener, dispondré un coche para que te regrese al territorio de los Masherano está misma noche El Alfa
Los cachorros y la ex luna llegaron a ese bello claro que estaba en el lado oeste del interminable bosque espeso de la manada Luna de Plata, había un río en el que abundaban los peces, el paisaje era mágico Allí había estado tantas veces con Luciano, jurándose amor eterno, incluso él la había hecho suya en el verde pasto, ahora volvía aquí con sus cachorros — ¿Les gusta el lugar? su padre y yo, solíamos visitarlo mucho cuando yo vivía aquí — !Nos gusta mucho mamá! los lobeznos corrían de un lado a otro, el paseo era ideal para que quemaran energías Mientras tanto en el despacho, Camilo, vió que el Alfa se quedó perdido en sus pensamientos — ¿Qué pasa Luciano? de pronto te fuiste de aquí, ¿estás pensando en Isabella? — Ella se fué al claro con los cachorros, quisiera poder estar allá con ellos, que cada lugar que conozcan de la manada, sea mostrado por mí — Entonces ve, yo me encargo de todo aquí, te has perdido ya de mucho de tus hijos, no sigas perdiendo más El Alfa asintió,
La espantosa escena de sangre y heridas era atroz, alguien se había atrevido a atacar a la madre de sus hijos, según Landers era por qué habían ofrecido una cuantiosa recompensa, encontraría al autor de tan horrenda encomienda, lo haría sin dudarlo, pero ahora solo le importaba que sus dos amores se salvaran El alfa se transformó en su forma humana, no sabía a quién acercarse primero, fue con Lucian, su cachorro estaba consciente, él estaba sollozando pues su dolor era intenso — Lucian, todo va a estar bien, papá ya está aquí, aguanta cachorro, aguanta solo un poco, hazlo por papá — Papá... me duele mucho, esos lobos querían matar a mamá, ellos dijeron que... la luna de la manada les daría mucho dinero si la enviaban al infierno, ellos mataron a mamá, soy chiquito, no pude salvarla — Eres un cachorro muy valiente, Lucian, déjame ver a mamá, no te muevas — el Alfa dejó escapar gruesas lágrimas al ver a su cachorrito tan mal, le dió un beso en los cabellos y corrió a ver a Isabella
El Alfa estaba sentado en uno de los sofás de la sala de espera, él tenía a su cachorro en brazos, Landers, estaba dormido pero apenas sentía que su padre lo quería acostar, se removía queriendo llorar de nuevo, por esa razón lo mantuvo en sus brazos — Joder, Luciano, hace apenas unos días eras el Alfa más solitario que he conocido y ahora tienes dos cachorros que no se quieren separar de ti, ¿cómo irán a ser mis cachorros? me preguntó si van a ser tan apegados a mí como lo son los tuyos — Los cachorros de lobos siempre son apegados a sus padres, ellos son curiosos por aprender y seguir los pasos de su sangre, Camilo, ve y has los preparativos para lo que hablamos, no podemos seguir perdiendo tiempo, esos miserables no saben lo que se les viene encima — ¿Estás seguro? no quisiera dejarte solo en estos momentos, creo que será mejor llamar al delta Dracko Luan, es de nuestra entera confianza, le diré que vaya adelantando el plan — Está bien, si el cachorro despierta y necesito entra