Capitulo 3

Me voy al comedor y como siempre él y Pau platican mientras desayunan, yo me tomo mi café mientras trato de pensar en otra cosa, cierro los ojos y empiezo a recordar a Asher y las tonterías que me cuenta de las chicas con las que sale, sin poder evitarlo se forma una sonrisa en mis labios, abro los ojos y Ethan me observa molesto.

Terminan de desayunar y Pau se aleja.

—Ethan voy por mi bolsa para irnos a la oficina.

Ándale si hasta trabajan juntos, viven juntos, duermen juntos, no entiendo para que estoy yo aquí, no será que les gusta tener público y para eso me trajeron, Ethan se acerca a mi y me entrega una tarjeta.

—Toni será tú chofer y guardaespaldas, está tarjeta es para que vayas a comprarte ropa.

—¿Oye puede venir Hanna a arreglarme para el evento? 

—Claro, en la oficina está mi agenda con su número para que la llames, también compra un teléfono nuevo, quiero saber dónde estás en todo momento.

—Claro jefe como usted ordene.

—No soy tú jefe.

—Ah lo siento, es que no se como debo llamarte, mi comprador, mi dueño  ¿o cómo?

—No es gracioso Gema, soy tú esposo y nada más, así que dejate de tonterías.

Se aleja molesto y yo me quedo tomando más café, si de por sí con esté hombre mi adrenalina llega al mil ahora con el café me pondre a dar saltos por todos lados.

Escucho la puerta cerrarse y empiezo a caminar para conocer un poco la casa, por poco se me cae la taza cuando salgo a una habitación que tiene cristales alrededor, hay una enorme piscina, pego un grito y me acerco a tocar el agua.

Es un sueño, está caliente.

—¿Qué sucede Gema porqué gritaste? 

Entra Nelly muy asustada y yo sonrío.

—Perdón Nelly es que me emocioné cuando vi la piscina, me encanta nadar.

—Ay niña que susto me diste, por poco y llamo a Toni para que venga a revisar.

—¿Será que puedo usarla?

—Claro niña.

Corro a la habitación y saco un traje de baño de dos piezas que traía, está un poco viejo pero no me importa, me tiro un clavado a la piscina y suspiro, el agua está deliciosa.

Estoy tan agusto que pierdo la noción del tiempo nadando, de pronto Nelly llega muy apurada.

—Gema el señor llegará en 15 minutos.

Me salgo del agua corriendo y me voy resbalando hasta la habitación, mientras Nelly me sigue sonriendo y secando el agua que voy dejando.

—Pareces una niña chiquita huyendo del regaño de su padre.

—No estás muy lejos de la verdad.

Me doy una ducha rápida y me pongo un cambio de ropa deportiva, bajo al comedor y ahí estan ellos como siempre sonriendo, Pau me ve y no puede disimular cuanto me odia, Ethan se queda viéndome.

—¿Gema fuiste a comprar ropa?

Yo me pongo roja ya que por estar en la pisicina se me olvido.

—No pero iré mañana.

—No se te olvide comprar un vestido de noche.

—¿Ethan no me digas que la vas a llevar al evento?

—Claro Pau es mi esposa ¿porqué no iba a llevarla?

—Pero Ethan yo siempre te acompaño a esos eventos.

—También irás Pau, no entiendo cuál es el problema.

—Sólo espero que no vaya a hacer el ridículo.

Yo estoy que me sale humo por las orejas, pero trato de calmarme, está mujer me está colmando la poca paciencia que tengo.

Terminamos de cenar y yo ayudo a Nelly  a recoger los platos, Pau sonríe y toma del brazo a Ethan.

—Podemos revisar las fotos de los edificios.

Ethan voltea a verme.

—Pau ¿no puede ser mañana?

—No, mañana es el último día, así que acompañame a tú oficina.

Se van muy risueños caminando y yo me voy a la cocina con Nelly.

—Niña no pienses mal, él joven Ethan ve a Pau como su hermanita.

Si como no, su hermanita, en fin es algo que a mi no me importa, salgo al jardín y Toni está fumandose un cigarro.

Me acerco a él y se lo quito, le doy una calada y empiezo a toser.

—Señora cómo se le ocurre.

—Toni no me digas señora me llamo Gema, además me siento tan triste que pensé que fumar me ayudaría.

El sonríe.

—Lo dudo.

—Por cierto debes de dejarlo hace mucho daño.

—Estoy tratando.

—Mañana tengo que salir temprano, la verdad no conozco nada aquí, podrías llevarme a algún almacén a comprar un vestido muy elegante y algo de ropa.

—Claro usted sólo me dice a que hora y yo estaré listo.

Me pongo de pie para entrar de nuevo a la casa.

—Señora.

—Gema.

—Bueno Gema, mi novia trabaja en una tienda muy exclusiva, no sé si quiere que la lleve ahí y ella puede ayudarla.

—¿De verdad Toni? 

—Si.

—Me encanta la idea, muchas gracias. 

Entro a la habitación y veo a Ethan muy abrazado de Pau cerca de la cama, al verme se separan de inmediato.

—Sigan en lo suyo, no quiero interrumpir yo sólo venía por mi pijama.

La tomo y salgo muy apurada mientras Ethan me grita.

—Gema ven aca, Gema.

Bajo a la cocina lo más rápido que puedo.

—¿Qué haces aquí niña, no ibas a dormir?

—Si pero Ethan y Pau están ocupados en la habitación, me podrías decir si hay otra para que pueda dormir.

—¿Cómo que están ocupados en la habitación?

—Nelly porfavor, no quiero hablar de eso, dame otra habitación.

Pienso que el verme a punto de llorar la convence.

—Está bien, vamos.

Se da la vuelta de repente y por poco chocamos.

—¿Qué pasa Nelly?

—Tengo una super idea.

La sigo rumbo a la piscina, yo sólo espero que no me quiera dejar a dormir ahí, me gusta nadar pero prefiero dormir seca, salimos por un pasillo que da a la parte de atrás y hay una pequeña cabaña, saca las llaves y la abre.

—Vamos niña quédate aquí, nadie la usa es para los invitados.

Entro y me quedo encantada, es casi como mi antiguo apartamento, incluso tiene una pequeña cocina.

—Sé que Ethan se va a poner furioso, pero él tiene la culpa, ya le he dicho que Pau nunca lo dejará ser feliz y no lo entiende.

—Gracias Nelly eres un sol.

Se va y me acomodo en la cama, por un momento me siento como si estuviera en mi hogar, me pongo la pijama y me quedo dormida casi al instante.

Me despierta la luz del sol entrando por la ventana, veo el reloj y no puedo creerlo pasan de las 10, seguramente mi dueño estará furioso porque no los contemple está mañana mientras desayunaban. 

Me doy una ducha con toda la calma posible y me preparo un delicioso café, cuando ya me siento más tranquila entro a la casa, esperando que Ethan ya no esté, pero no, mi buena suerte se ha ido por completo.

—Me imaginé que estarías en la cabaña pero no quise comprobarlo por mi mismo.

Está sentado en el sillón observandome con la pierna cruzada sobre su rodilla, y yo tan alegre pensando que ya se había ido.

Se pone de pie y se acerca a mi.

—Mira Gema, tienes 24 años creo que no eres una niña, me imagino que te haces una idea de las obligaciones que tienes como esposa y una de ellas es que duermas en mi habitación.

—Ethan ayer tú estabas ocupado en tú habitación, y sí tengo 24 años pero a mi no me gustan los tríos y mucho menos ser expectadora.

—Pero que..

—Ahora dejame hablar a mi, no sé cual sea la razón por la que te casaste conmigo y la verdad es que ya no me importa, puedo hacerte caso en la mayoría de las cosas que me pidas pero tengo un límite, me voy a quedar en la cabaña el tiempo que yo quiera, no puedes obligarme a compartir tú habitación con Pau, esas cosas depravadas se las dejo a ustedes los ricos. Puedo aguantar mucho pero creeme que no te gustará verme enojada, puedo darte dolores de cabeza muy fuertes, ahora si me permites tengo que ir a comprarme un vestido para que mi marido pueda presumir a su esposa y a su amante juntas.

No le doy tiempo a contestarme cuando salgo a buscar a Toni que ya me está esperando en la camioneta, me subo y nos vamos, volteo a la puerta y Ethan está de pie con cara de muy pocos amigos.

—¿Todo bien Gema?

—Si Toni, necesito pedirte otro favor.

—Si, dime.

—Llevame a comprar un teléfono.

—Claro.

Llegamos a una tienda de teléfonos y me compro uno igual al que traía, no era de última generación pero me gustaba bastante.

—Me gusta tú forma de ser Gema, a pesar de estar casada con un hombre muy rico eres muy sencilla.

—Yo sé de donde vengo Toni, mi padre siempre trabajo muy duro para darnos lo mejor, por desgracia cuando falleció, mi hemano y mi madre mal gastaron todo lo que nos dejo.

—Lo siento.

—No te preocupes es la verdad, todo lo que tengo me ha costado a mi.

Llegamos a una tienda muy exclusiva y me pongo de nervios.

—Gema mi novia Bea nos espera anda vamos.

Me bajo y entramos a la tienda, la gente me observa con curiosidad por como estoy vestida, una chica muy guapa viene a nuestro encuentro y le da un beso a Toni.

—Bea ella es mi jefa Gema.

Le doy la mano.

—Hola Bea mucho gusto.

—El gusto es mio Gema, ven quiero que me digas que es lo que necesitas.

—Bueno yo te espero afuera, si me necesitan no duden en llamarme, Bea te la encargo.

Bea nota mi nerviosismo.

—Ven Gema no te pongas nerviosa yo te voy a ayudar en todo.

Una mujer mayor y  muy elegante se acerca a nosotros.

—Bea no estés perdiendo el tiempo, necesito que atiendas a las clientas.

Bea se pone un poco roja.

—Sra. Hensi, ella es la esposa del Sr. Beckett.

La señora se sorprende mucho y se acerca a mi avergonzada.

—Disculpeme Sra. Beckett, la vi tan joven que nunca me lo imaginé, permitame un momento y le enviaré a una de nuestras mejores vendedoras.

—No, no es necesario, Bea ya me estaba atendiendo, además somos amigas me siento mas cómoda con ella.

—Está bien pero si necesita algo no dude en llamarme.

Se va y yo respiro con normalidad.

—Bueno en que estabamos.

—Necesito un vestido muy elegante, mi esposo tiene un evento muy importante y es la primera vez que lo voy a acompañar, necesito algo espectacular.

—Deja todo en mis manos, además tienes muy bonito cuerpo todo te va a quedar hermoso.

—¿Algún color en especial?

—No, lo dejo en tus manos.

—Perfecto, no me tardo.

En un rato llega cargada de vestidos, pero hay uno en especial que llama mi atención, es negro de encaje, manga larga, ajustado, con un poco de vuelo en la parte de abajo.

—Pruébatelo es precioso.

Entro al vestidor y me lo pongo, es hermoso, mi piel resalta con el encaje y se ve precioso, salgo y Bea abre la boca enorme.

—Wow Gema te queda precioso, creo que es  perfecto, elegante y muy sexy.

—Si la verdad me encanta, creo que me lo llevaré, también necesito que me ayudes con alguna ropa más formal, necesito ropa interior, pijamas y de todo un poco.

—Perfecto tú no te preocupes.

Salgo de la tienda cargada de vestidos, pantalones, blusas, algunos conjuntos de ropa interior, pijamas, zapatos, bolsas.

Ni siquiera quise ver la factura cuando pague, no quiero tener pesadillas.

Llegamos a la casa muy tarde y Toni empieza a bajar las bolsas y yo lo dentengo.

—Llévalas a la cabaña por favor.

—Gema estás jugando con fuego.

—No te preocupes Toni que puede pasar, que me divorcien, de eso pido mi limosna.

El sonríe y se lleva los paquetes a la cabaña, entro a la casa y me voy directo a la cocina.

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