Capitulo 2

Me sorpendo cuando alguien me arrebata mi teléfono, al darmela vuelta Ethan está echando fuego por los ojos y estrella mi teléfono en el suelo.


—¿Pero porqué hiciste eso?


—No me importa la vida que tenías antes, pero de ahora en adelante tienes que respetarme y no voy a permitir que mi esposa hable con tipos y les diga que los extraña y los quiere.


—Pero él..

—No me importa quién sea, que te quede muy claro que ahora me perteneces, y harás lo que yo te diga. 

Me abraza con fuerza y me da un beso tan ansioso que me toma por sorpresa, me lleva de la mano casi arrastrando hasta el elevador, llegamos a una enorme suite y me mete a empujones, me lleva a la cama y me arranca el vestido, comienza a besarme y yo empiezo a llorar, al darse cuenta de como estoy se detiene, está furioso puedo sentir la furia que hemana su cuerpo.

Se pone de pie y sale de la habitación, yo me abrazo a las rodillas y no dejo de llorar no entiendo como mi hermano pudo hacerme esto, van pasando las horas y como veo que no regresa me doy una ducha, me pongo una pijama y me voy a la cama; al despertarme Ethan está sentado en la cama a mi lado, trae un pantalón de pijama negro, su musculoso torzo está desnudo y me doy cuenta que tiene un tatuaje cerca de la costilla.

—¿Gema quién te dio ese golpe que tienes en la cara?

Ni siquiera recordaba que Gonzalo me había pegado, instintivamente pongo mi mano en la mejilla.

—Me golpee en mi trabajo.

—Quiero que sepas que odio las mentiras, no me gusta que me quieran ver la cara de imbécil.

—Yo..

—Ahora eres mi esposa, no sé si tenias novio o no, o como fue que Gonzalo te convenció de que me acepataras, además de que no me importa, ahora ya eres mía y eso no va a cambiar, así que más vale que no quieras burlarte de mi porque no te lo voy a permitir.

Me ve de una manera que me pone nerviosa.

—¿Entendiste?

—Si.

—Tú madre y Gonzalo se fueron esta mañana a Chicago, tú y yo nos vamos a ir a mi casa hoy mismo, así que quiero que estes lista cuanto antes ¿alguna pregunta que quieras hacerme?

—¿Me vas a regresar mi teléfono?

—Si, en cuanto te compre otro.

Se pone de pie y se mete a la ducha, me vuelvo a acomodar en la cama y sin poder evitarlo empiezo a llorar de nuevo.

Sale con una toalla en la cintura y se va a la otra habitación para cambiarse, me levanto rápidamente y me doy una ducha, mi ropa es muy sencilla así que me pongo un pantalón de mezclilla y una blusa de manga larga, recojo mi cabello en una cola y me pongo un poco de maquillaje para cubrir el golpe que me dio Gonzalo.

Al salir está sentado en una pequeña mesa, trae un traje gris echo a la medida con una camisa negra, me ve y sonríe.

—Con esa ropa te vez mucho más joven.

—Lo siento es lo uníco que traje, pensé que este viaje era de turismo.

El me ve asombrado.

—¿No sabías que venias a casarte conmigo?

Me siento en frente de él para ponerme a desayunar.

—Mi madre me invito a pasar unas vacaciones en familia y ya cuando llegamos aquí, me dijeron lo de la boda.

—Pero a mi Gonzalo me dijo que tú estabas de acuerdo.

—Prefiero no discutir por eso.

Sigo desayunando y él no deja de observarme, termina y se pone de pie.

—Mi chofer vendrá por las maletas en un momento, espero que estes lista, yo tengo que pasar a mi oficina por unos documentos y después voy a la casa.

Sale y yo suspiro, aunque le tengo un poco de miedo hay algo en él que me atrae como un iman, no puedo entender que es pero me pone de nervios, tal vez me estoy resignando al hecho de que es mi marido.

Al poco rato entra un chico muy guapo y musculoso con un traje negro.

—Sra. Beckett, soy Toni su chofer y guardaespaldas, vengo a recoger las maletas, si ya está usted lista podemos irnos.

—Si estoy lista.

Tomo mi bolsa y salimos del lujoso hotel, me abre la puerta de una enorme camioneta blanca, muy bonita, mientras vamos de camino yo voy viendo todo, es la primera vez que vengo a Portland y es precioso, aunque un poco frío para mi gusto.

Casi a las afueras de la ciudad llegamos a una enorme mansión, no sé podía esperar menos de mi esposo después de que rentara la mitad del hotel para los invitados de la boda.

Toni me abre la puerta y me bajo un poco nerviosa e impresionada, antes de que pueda reccionar viene saliendo la tal Pau.

—Pero que es esa ropa que traes, pareces una muchachita de 16 años, no te das cuenta con que hombre te acabas de casar, ya no estoy tan segura de si esto funcione, creo que Ethan tenía mejores opciones.

Sigue caminando y se sube a un coche deportivo que está estacionado junto a la puerta, Toni me sonríe comprensivo.

—No le haga caso, la Srita. Pau está acostumbrada a hacer lo que quiere con el Sr. Beckett.

—No entiendo porque no se caso mejor con ella y todos seriamos muy felices.

—Porqué a Pau nadie me la ofreció como mercancía a cambio de una sociedad.

Me doy la vuelta y ahí está Ethan de pie, observándome muy enojado, Toni se pone rojo y se va a meter las maletas, me acerco a él.

—Que suerte tuvo Pau que ningun loco quisiera comprarla.

Entro a la casa y me quedo sorprendida con lo lujosa que es.

—¿Me podrías decir dónde está mi habitación?

En eso sale una mujer un poco mayor pero muy agradable.

—Sra. Beckett soy el ama de llaves, Nelly.

—Nelly llévala a mi habitación, es mi mujer y tiene que cumplir con sus obligaciones.

—Si Ethan como tú digas.

La sigo por las escaleras y me lleva a una habitación enorme, en la que destaca el color negro, me imagino que combinará con su conciencia, me siento en la cama y suspiro.

 —Cualquier cosa que se le ofrezca no dude en llamarme.

—Gracias.

Si tan sólo tuviera mi teléfono para llamar a Asher, lo extraño tanto, me recuesto en la cama y no sé en que momento me quedo dormida, me despierto cuando tocan la puerta de la habitación, me levanto un poco desorientada y abro la puerta.

—Señora, Ethan me mando a avisarle que ya está lista la cena y que la están esperando.

—Enseguida bajo Nelly, muchas gracias.

Entro al baño para arreglarme un poco, la verdad que prefiero no asombrarme por los lujos que hay aquí, al paso que vamos no creo que aguante todo esto.

Bajo y escucho las risas de Ethan y Pau, las sigo para dar con el comedor, al llegar están muy risueños y Pau lo tiene agarrado de la mano.

—Sólo te estabamos esperando Gema para empezar a cenar.

Me siento en el otro lado del comedor, mientras ellos están uno al lado del otro y siguen conversando muy alegres.

Nelly empieza a servir la cena y aunque todo se ve muy rico no puedo comer, me duele el estómago, Ethan no deja de verme mientras Pau habla y habla como cotorra, por Dios a esta niña nadie le ha dicho que tiene una voz demasiado chillona, apenas tengo 15 minutos escuchándola y ya me duele la cabeza.

—Bueno yo terminé, si me disculpan me retiro.

Ethan se queda viendome mientras me alejo, subo las escaleras para la habitación de él y cierro la puerta, me deslizo hasta el suelo y empiezo a llorar.

Como voy a aguantar esta situación, tengo que hablar con mi madre, tiene que ayudarme.

Me pongo de pie y tomo el teléfono de la casa, marco y mi madre no contesta, le marco a Gonzalo y tampoco me contesta, estoy a punto de marcarle a Asher cuando se abre la puerta.

—Tú madre y Gonzalo apenas van en camino a Chicago, por si es que los estabas llamando a ellos, su vuelo se retraso.

Empieza a quitarse la ropa hasta quedarse en bóxer, yo me siento en un pequeño sillón que hay en la habitación y abrazo mis piernas, entra al baño y cuando sale se acomoda en la cama.

—Gema no piensas venir a dormir.

Entro al baño y me pongo la pijama, me lavo los dientes y me acuesto a su lado.

—¿No tienes otra pijama que no sea de niña? 

—Es la única que me traje.

—Tienes que comprar ropa, no puedes ir vestida como una adolescente cuando ya estás casada. En unas semanas tengo un evento muy importante y tienes que ir conmigo, le diré a Pau que te acompañe a comprar un vestido.

—No, no es necesario yo puedo ir sola.

—No me fio de tus gustos.

—Prefiero hacerlo yo si no te molesta, te prometo que compraré uno de acuerdo a la ocasión.

—Está bien.

Se acerca a mi por la espalda y me besa el cuello.

—¿Te estás cuidando con algún anticonceptivo? 

—No.

—¿Porqué? 

—Yo no..

—¿Tú no que? 

Trago saliva.

—Soy Virgen.

El se pone de pie de un salto.

—¿Qué? Tienes 24 años.

—Si lo sé, pero no he tenido novio.

—Gema no me gusta que me vean la cara, el día que te vi en Chicago estabas con un chico y te tenía abrazada, no me vengas con ridiculeces de que eres virgen.

—No son ridiculeces, es la verdad, el chico con el que me viste es mi mejor amigo Asher.

—De seguro me lo estás diciendo para que no me acueste contigo.

—No...

No me deja terminar de hablar cuando se lanza sobre mi besándome con agresividad, estoy tan soprendida que me aferro a sus hombros.

Empieza a quitarme la ropa y yo estoy temblando de los nervios que tengo, el verlo completamente desnudo no me ayuda a relajarme de hecho me pone peor.

—Gema estás muy tensa.

—Lo siento.

Se detiene y comienza a darme pequeños besos, yo siento que poco a poco me estoy relajando, empiezo a sentirme ansiosa, cuando de pronto escuchamos un horrible grito, él se pone de pie y rápidamente se cambia, yo me pongo de nuevo la pijama y lo sigo, abre la puerta de la  habitación de enfrente y está Pau gritando dormida, él la despierta y ella abre los ojos y lo abraza.

—La vi Ethan, la vi de nuevo estaba ahí frente a mi, llena de sangre.

Al darse cuenta que estoy parada en la puerta se queda callada, yo me doy la vuelta y regreso a la habitación.

Esa chica no me cae nada bien pero tuvo que ser muy horrible su pesadilla para que diera ese grito.

Me acomodo de nuevo en la cama y no tardo en quedarme dormida. Cuando despierto por la mañana Ethan no está en la habitación, las sábanas de su lugar siguen como las dejo.

Me doy una ducha y bajo a buscar la cocina, al entrar esta Nelly preparando el desayuno.

—Buenos días Sra. Beckett, si gusta sentarse en el comedor enseguida le sirvo.

—No Nelly no es necesario, no tengo hambre, solo quiero un café si no te molesta.

Me da la taza de café y yo me acerco a la ventana.

—Que hermosa vista.

—Si la verdad a mi me encanta estar viendo por la ventana mientras cocino.

—Nelly no me llame Sra. Beckett sólo dígame Gema, me siento más cómoda.

Ella me sonríe.

—Está bien, y cuéntame como fue que conociste a Ethan, él nunca me dijo que se iba a casar.

Estoy por contestarle cuando entra Ethan, está guapísimo con un traje beige, trae una camisa verde que hace que sus ojos se vean de ese color.

—Sírvenos el desayuno Nelly por favor, Gema ven a acompañarnos.

—No Ethan gracias pero no tengo hambre.

—No es una pregunta.

Sale de la cocina y Nelly voltea a verme avergonzada.

—Gema yo..

—No te preocupes Nelly, es mi esposo y tengo que obedecerlo.

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