Estoy de vuelta en los negocios y es extraño la forma en que la rutina vuelve a ser extrañamente acogedora, si es que se le puede llamar acogedor a torturar personas día si y día también.
— ¿Qué tal ciento cincuenta grandes? — propone el señor Saltsman, es uno de los socios de padre y ha venido a verme, desde hace una semana soy oficialmente un "alto mando" y ahora casi la mitad de los tratos sangrientos eran a través de mi.
El FBI nunca había tenido un infiltrado en un nivel tan alto, sé que Björn espera resultados y que Ekatherina de cierta forma confía en mi, pero a la hora de la verdad, seguía sin comprender mis sentimientos, y la única forma en la que sentía que valía para algo, era como asesina.
Despierto en medio de la noche por el ruido de los disparos.Instintivamente mi cuerpo se mueve, mi arma está fría pero lista en cuestión de segundos, los disparos se escuchan lejanos pero el alboroto empieza a subir de nivel, busco mis botas y me las pongo tan rápido como puedo, la alarma no ha saltado por lo que quien quiera que sea conoce la seguridad.Así que tomo mi mochila (sí, tengo una mochila equipada para escapar siempre a la mano) y mi chaqueta, no había tiempo para pantalones, así que sin pensarlo demasiado abro la puerta.El ruido se intensifica de inmediato.Hay disparos en ráfaga más adelante. Algunos gritos masculinos y hombres corriendo.<
Cuando tenía seis años, mi padre me obligó a matar a mi cachorra, y desde entonces, algo cambió en mi interior.Era una especie de interruptor en mi cabeza, el interruptor hacia la vida más fácil, más llevadera, hacia que las emociones se apagaran, que el dolor cesara... Me ponía en modo automático, la muerte y las masacres se volvieron parte de mi vida, y aquello que no desaparecía con aquel interruptor, se había almacenado en un rincón de mi cerebro, era una parte oscura que a la pequeña niña de seis años que jugaba en la nieve con su cachorro no sabía que existía.Tenía doce años cuando el interruptor hizo clic de nuevo. Tal vez fue la pubertad la que me afectó, tal vez fue el hecho de tene
Igor no me mira a los ojos durante el interrogatorio, que de tortura, no tuvo demasiado, estaba dispuesto a darme la información en cuanto regresé al cuarto donde lo tenían atado.— Me gusta el cabello — susurra en ruso cuando me inclino detrás de él para soltar sus ataduras— ¿Realmente piensas usar palabras dulces? — pregunto mirándolo con tristesa, y sus ojos hinchados finalmente encuentran los míos— No fui yo el que rompió la promesa — se queja, su mirada luce tan malditame te vacía como me siento, pero a pura fuerza de voluntad consigo mantener la compostura— Tu eras el que hablaba con padre —le recuerdo,
No importa como sucedan las cosas, tarde o temprano, Bratva será mía, y aunque la idea solía ponerme a temblar, empezaba a parecerme tentadora.Pero sería una vil mentira decir que en el fondo deseo olvidar todo lo relacionado con Bratva y desaparecer, de forma que nadie nunca me encontrara, poder llevar una vida normal y tranquila.Faltan unos días para la gran resolución, había enviado la señal a Björn, y esperaba una respuesta pronto, Alexander ha empezado a bajar la guardia y yo he sido la cachorra obediente que siempre fui, aunque ahora pensaba morder al imbécil. Igor ha mejorado, pero no aguantaría más de dos minutos en una pelea, así que tendría que protegerlo cuando sea lo que sea que Björn tenga planeado, pase.
Lara está muerta.Igor está muerto.Ixander está muerto.Alexander Está muerto.¿Y yo? Había muerto en el instante en que los perdí.Tal vez sea la adrenalina o el frío lo que me hace sentir entumecida, cierro los ojos de Igor, sintiendo poco a poco como algo dentro de mi se marchita por completo. Le quito su armamento y al rebuscar en sus bolsillos encuentro un anillo de oro con un pequeño diamante, con cuidado, lo pongo en mi dedo antes de seguir rebuscando. Al mirar el cadáver de Lara, busco en los restos el transmisor que había usado para enviar la señal de S. O. S, y lo arrojo lejos.Me arranco el collar que me había dado madre antes de irme y lo arrojo sobre Lara,
Deshacerme de los hombres de Ekatherina es algo difícil, pero una vez que me pongo en contacto con Frank, soy intocable, mi primo/hermano está mirándome con sorpresa mientras estoy frente a él, en la oficina de su casa, completamente cubierta de sangre y exhausta.— Necesito tu ayuda — es lo único que digo mientras me dejo caer, he estado escapando por tres días, y la policía había empezado a investigar, por lo que definitivamente no fue buena idea matar a tres de ellos en mi camino hacia aquí.— Dime que no fuiste tu quien... — empieza, señalando las noticias en la pared, donde hay un anuncio sobre la muerte de madre y como todos sus bienes pasarían a manos de su desaparecida hija "Lara Parks"
Advertencia:No me considero muy buena narrando escenas sangrientas pero a continuación hay una escena que podría superar a la mayoría de las que presento en la obra, por favor si son sensibles a este tipo de escenas, les pido discreción y de antemano disculpas.La primera vez que asesiné a alguien por mi cuenta, tenía doce años, aún no tenía mi primer periodo, pero estaba manchada de sangre, dedos temblorosos y corazón acelerado, había sido "sencillo", mi propio padre me había dado indicaciones sobre qué hacer, me habían entregado al hombre como un "regalo" sus dedos rasposos y regordete habían recorrido mis piernas hasta desnudarme casi por completo y el pánico había hecho la mayor
"Añorar el pasado, es correr tras el viento"La noticia de la muerte de mi padre corre como la pólvora, y todos los hombres que estuvieron presente, se han asegurado de dar los detalles.— Consigueme una habitación en el Kamerdiner — le ordeno a Ivan, quien por el momento será mi mano derecha, Frank lo había recomendado personalmente, era un Zdorogzarkovitchdorv, los ojos azules e intentos eran idénticos a los de Frank, a demás tiene órdenes de protegerme a toda costa.— ¿Doy la orden para quemar la mansión? — miro alrededor mientras caminamos por un destrozado pasillo— la quiero demolida — pido — todos los archivos d